El Río Cuarto que viene de la mano del ascenso

La llegada de Estudiantes a la Liga Profesional no sólo reconfigura el deporte de la ciudad: obliga a pensar la ciudad como sede nacional, con impacto en infraestructura, economía y turismo. Las voces del presidente Alicio Dagatti, Iván Safadi desde el CECIS y el funcionario Rodrigo Siravegna empiezan a imaginar el nuevo escenario. La experiencia de Paraná y Patronato sirven de espejo de lo sucede cuando la elite futbolera irrumpe. Cómo se la debe aprovechar.

Río Cuarto ya no sueña con Primera: se prepara para habitarla.

El domingo en Puerto Madryn no se festejó únicamente un triunfo deportivo. Cuando Estudiantes empató 1-1 y confirmó su regreso a la máxima categoría tras 40 años, algo que parecía reservado para las grandes urbes se volvió riocuartense de nuevo. La ciudad tuvo que aprender rápidamente que un ascenso puede implicar mucho más que un lugar en la tabla: puede cambiar el funcionamiento completo de una comunidad.

La postal del regreso lo explica mejor que cualquier cifra: después de un viaje larguísimo en colectivo desde Chubut, el plantel llegó a un Candini colmado sin que hubiera partido. No había arco, no había rival. Sólo estaban ellos, la Copa y miles de personas dispuestas a recibirlos. Esa escena, espontánea, improvisada, significó otra cosa: la ciudad recibió al club como si regresara de otro país. Y, de algún modo, eso es exactamente lo que pasó.

El club ante el salto más grande

Alicio Dagatti, presidente de Estudiantes, lo expresó con una claridad poco habitual en el fútbol en la conferencia de prensa que brindó el martes: el desafío ya no es deportivo, sino estructural. “Es un salto grande, nosotros nos tenemos que capacitar y perfeccionar. Tenemos que crear distintas áreas, reconstruir. Eso empieza puertas adentro desde la misma dirigencia”, afirmó. No es una frase emotiva: es un programa de gobierno institucional.

Estudiantes tendrá que adecuar el Candini, revisar accesos, protocolos, seguridad, salas de prensa, sectores para TV, áreas de doping, plateas, iluminación, comunicaciones y marketing. Detalles que jamás formaron parte hasta llegar a la máxima categoría: numeración individual, tercera camiseta, entre otras cosas. La AFA inspeccionará el estadio en los próximos días para auditarlo y confirmar si podrá ser sede de los encuentros de Estudiantes en condición de local.

Dagatti lo sabe y lo advierte. “A partir de enero veremos si estamos en condiciones de afrontar todo el torneo, si la ciudad y la seguridad están preparadas para lo que viene”, dijo, dejando ver que no es solo un asunto de puertas adentro. Primera, en Río Cuarto, es una obra compartida entre club, Estado y sector privado.

Por eso se permitió una frase que excede lo futbolero y habla de gobernanza urbana: “Así como tenemos que crecer dirigencialmente nosotros, el crecimiento debe ser a nivel ciudad y tenemos que estar todos de la mano”. Es un manifiesto. Y una advertencia.

Río Cuarto anfitriona

Rodrigo Siravegna no sólo es Subsecretario de Deportes y Turismo: se crió en Estudiantes. Pasó de la tribuna al escritorio estatal. Y desde ese lugar mezcla orgullo con responsabilidad. Para todo Río Cuarto es un sueño ver que venga San Lorenzo, Independiente, River, Boca. La gente paga un codificado para ver un partido, y ahora lo vamos a tener en nuestra ciudad”.

Lo que advierte Siravegna no es banal. Un partido con Boca o River no es un partido: es un evento cultural, mediático, turístico y de seguridad. Como él mismo explica, cada fecha implica delegaciones, televisación, dirigentes, logística, periodistas, hotelería, gastronomía y transporte: “Cada 15 días Río Cuarto va a tener un movimiento muy grande y eso va a favorecer a toda la economía riocuartense”.

Al mismo tiempo, el Estado debe reorganizar su propia agenda deportiva: la actividad en el Polideportivo n° 2, fechas, disponibilidad, tránsito, prioridades y regulaciones. La ciudad tendrá que aprender a convivir con una máquina que mueve multitudes, cámaras y negocios. Siravegna lo acepta con franqueza: “La ciudad se tiene que adaptar a este movimiento. No es un inconveniente: es un cambio favorable. Pero nos va a hacer reorganizarnos”. No es el club el que llega a Primera. Es la ciudad entera la que debe entrar a la grilla del fútbol grande.

Cuando la pelota empuja la economía

Iván Safadi, presidente del CECIS, no necesita estadísticas para explicarlo. Su descripción es simple, casi callejera: “Cuando la demanda existe, el empresario invierte. Si hay gente en la puerta de tu negocio esperando para entrar, vos vas a abrir la puerta”.

Safadi habla de hoteles llenos, bares explotados, merchandising, taxis, estacionamientos, movida de fin de semana, publicidad, consumo local y regional. Lo hace desde el lugar exacto en que se cruzan las pasiones con la economía: el interés comercial y el orgullo. “Tenemos buena gastronomía, buena hotelería, y esto impulsa a mejorar. Es una actividad turística, aunque venga alguien de Cabrera, de Huinca o de la zona a ver a su equipo”.

El turismo deportivo no es solo turistas de lejos. Es circulación, consumo y regionalidad. Aún sin visitantes oficiales —algo que dependerá de seguridad provincial y AFA— la ciudad puede llenarse igual. Lo explica el propio Safadi: “En el interior se termina haciendo trampa con el público neutral. Si sos de River o Boca vas igual, quizás sin camiseta, pero vas”.

Primera puede ser el motor que modifique la economía riocuartense sin necesidad de ver turistas a la vista. Puede hacerlo con algo más silencioso: movimiento.

La lección que llega desde Paraná

Paraná no parecía destinada a vivir de un club. Su identidad deportiva siempre fue múltiple: básquet competitivo, rugby fuerte, hockey en crecimiento, vóley con presencia y, sobre todo, softball como marca nacional. Allí, el fútbol convivía en un segundo plano, más barrial, más local. Pero cuando Patronato ascendió en 2015, el deporte insignia cambió de escala y obligó a la ciudad a mirarse distinto. “Acá hay muchos hinchas de Boca y de River que pudieron ver a sus equipos en el ‘Grella’. Eso hizo que la ciudad empezara a valorar tener fútbol grande en su casa”, recuerda Gabriel Arrieta, periodista entrerriano que vivió de primera mano todo lo que sucedió con el “Patrón”.

Lo que modificó no fue sólo la asistencia a la cancha. Cambió el sentido de pertenencia, incluso entre quienes no eran hinchas del “Patrón”. Arrieta lo explica con una lógica que Río Cuarto deberá entender pronto: “Patronato estuvo muchos años en Primera y cuando jugaba, la ciudad se unificaba. No hay otro club acá que convoque así. No había rivalidad a la altura, entonces el club terminó representando a toda la ciudad”.

El impacto no fue únicamente simbólico. Las inferiores explotaron. Paraná dejó de exportar pibes automáticamente a Rosario o Santa Fe y empezó a retener talento. “Muchos chicos que antes se iban a buscar posibilidades afuera, ahora podían mostrarse contra equipos grandes acá. Eso cambió muchísimo el semillero”, explica el periodista.

Pero la enseñanza más fuerte llegó con el éxito. La Copa Argentina que ganó Patronato en 2022 transformó la relación entre ciudad y club para siempre: “Nunca vi la plaza de Paraná tan llena como ese día. Fue como un Mundial, pero nuestro. No era Boca o River: era gente esperando a su propio equipo, el de la ciudad, el de todos los días”.

Ese logro, más la posterior participación en Libertadores —con un gran triunfo en Colombia— marcó una identidad que Paraná absorbió tarde: recién la dimensionó cuando Patronato descendió. Arrieta lo describe sin romanticismo: “La gente termina de valorar lo que estaba haciendo cuando te encontrás con que ahora jugás contra Almirante Brown un viernes a las 6 de la tarde. Ahí te cae realmente la ficha de lo histórico que fue”.

Y deja, casi como consejo para Río Cuarto, una frase que vale más que cualquier dato económico: Si el día de mañana Patronato ascendiera otra vez, la gente lo valoraría mucho más. Porque ahora sabe lo difícil que es, y lo que significa para una ciudad tener un equipo en Primera”.

El reto de lo que vendrá

El desafío no es solo sostener la categoría. Es sostener el crecimiento estructural que la categoría exige. Estudiantes puede bajar en dos temporadas o mantenerse diez. Lo que quedará en la ciudad no es el resultado final: es la infraestructura, la profesionalización institucional, la industria cultural, la autoestima urbana y la experiencia compartida de haber sido sede.

Porque cuando el equipo viaja, la ciudad queda. Y cuando la ciudad crece, el club deja de ser sólo un club. El Candini, de pronto, no es el Candini: es una frontera donde Río Cuarto se mira a sí misma.

Estudiantes cargará con rivales, puntos, presiones y derrotas. Eso es fútbol. Pero Río Cuarto cargará con otra tarea: definirse como anfitriona nacional. Y eso no se juega en el césped.

A partir de enero, vendrán inspectores, cámaras, hoteles llenos, calles bloqueadas, debates sobre entradas, movimiento regional, tensiones, oportunidades y negocios. Vendrá, sobre todo, algo que la ciudad nunca vivió sostenidamente: ser vista. Primera no llega para coronar a la ciudad. Primera llega para ponerla a prueba. Y, si sabe aprender, puede transformarla.

Porque el fútbol puede durar dos años o diez, pero lo que quede de esta etapa no será un gol en Madryn: será la ciudad que Río Cuarto decida ser con lo que el fútbol le abrió.

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2 comentarios en “El Río Cuarto que viene de la mano del ascenso”

  1. Brillante nota de un periodista que relata un escenario deseado por todos los hinchas y seguidores de este club y que también aman Río Cuarto. Una experiencia única para formar parte de ese ascenso como relator y corresponsal de medios ya que llevas en la sangre la pasión de este deporte. Hablo como mamá, pero también objetivamente, sabiendo de las enormes capacidades y virtudes que pones a la vista de todos en cada nota que elaboras y en los que te siguen y leen. Estudiantes ES BRILLANTE, pero también lo sos vos @brunoarico_.
    Aplausos de pie por la descripción exacta de lo que vivió cada hincha y seguidor. Aplausos de pie para Otro Punto que da estas oportunidades a periodistas comprometidos. Felicitaciones

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