La ciudad de la furia

Cuatro movilizaciones por la inseguridad en menos de un mes evidenciaron el enojo de los riocuartenses a raíz de la creciente ola de hechos de inseguridad. La Provincia intentó hacer un “control de daños” y el Municipio direccionó el reclamo al Poder Judicial para “frenar la puerta giratoria”. Las consecuencias de haber cantado victoria antes de tiempo.

Sofía vive hace tres semanas en Río Cuarto. Todavía se está adaptando a la ciudad, ya que viene de un pueblo del sur provincial y, como tantos chicos y chicas de su edad, vino a la Capital Alterna para cursar sus estudios universitarios. Le han dicho que “Río Cuarto está brava” pero hace tiempo que su hermano también vive acá y nunca le ha pasado nada. Es consciente de que hay que tomar precauciones. Por ejemplo, jamás se volvería caminando a su casa desde el boliche y siempre le avisa a su hermano cuando va a salir a algún lugar y si llegó bien a destino. Es martes y hace un calor infernal. Cerca de las 21, cuando empezó a correr una mínima brisa y después de terminar su jornada de estudio, Sofía se dispuso a salir de su departamento para comprar comida. Después de todo, es verano y vive en pleno macrocentro. ¿Qué puede salir mal?

Créditos: MARÍA FERNANDA ULLOA

Sofía tiene apenas 17 años (el nombre fue cambiado para proteger la identidad de la víctima). Mientras es contenida por su hermano, los vecinos y personal policial, repite que quiere volver a su casa, a su pueblo, donde (todavía) todo es tranquilo y no hace falta estar con las alarmas encendidas para ir a comprar un sándwich a las 9 de la noche. Con mucha bronca, sabe que se vienen días difíciles. Sabe que va a evitar por un buen tiempo salir a la calle, salvo que sea estrictamente necesario. Se bajará del colectivo en la parada más cercana a su casa, volverá más seguido a su pueblo que de costumbre. Las cuadras que deba caminar sola durante un tiempo le parecerán eternas. Son las secuelas de haber vivido un hecho tan traumático y que, aunque “todo salió bien” (término que se utiliza cuando un víctima no sufre secuelas físicas) tendrá que convivir con una sensación de angustia y desprotección durante un buen tiempo.

Sofía fue una de las víctimas de la inseguridad de aquel “martes negro”. El 25 de febrero se contabilizaron cerca de 10 delitos de esta índole. Algunos con armas de fuego y otros en los que la intervención de los propios vecinos evitó que los delincuentes lograran su cometido (como ocurrió en la calle Sebastián Vera y Santiago del Estero). Esa seguidilla de hechos fue uno de los disparadores para que, por tercera vez en menos de un mes, los vecinos vuelvan a movilizarse al Palacio Municipal. Incluso hubo una cuarta manifestación que se llevó a cabo este lunes, en pleno feriado de carnaval. Ese día, el ministro de Seguridad provincial, Juan Pablo Quinteros, arribó a la ciudad y aseguró: “No vamos a dejar solos a los riocuartenses en este tema”.

Sin dudas, la imagen de la quema de neumáticos frente a la Municipalidad permitió graficar el enojo y la bronca de los manifestantes. La tercera manifestación fue la única que se realizó en un horario en el que los funcionarios municipales pudieran ser interpelados. Aquel mediodía se vio algo inédito en los últimos gobiernos municipales: el personal de seguridad que resguardaba la puerta del Palacio de Mójica llevaba escudos y, si bien no se registró ningún hecho represivo, los cadetes que encabezaron el reclamo no ocultaron su disconformidad ante el despliegue policial. “¿Van a reprimir a los laburantes? Para los chorros no están”, dijo uno de los trabajadores ante las cámaras del noticiero de Canal 13.

Casi todos los vecinos que dialogaron con los medios presentes aseguraban que su participación en la movilización estaba impulsada por haber sido víctimas de algún hecho de inseguridad reciente. Si no eran ellos, lo hacían en nombre de algún ser querido que había sufrido alguno de estos hechos. “Mi hijo está quebrado, por eso no puede venir acá. Un tipo entró a la casa mientras mi hijo estaba durmiendo y mi nieto estaba en la cocina. No podemos salir a las calles y ni estar tranquilos en nuestra propia casa”, dijo una vecina con la voz entrecortada. Otra mujer que se encontraba en la manifestación aseguró que su hijo había recibido un disparo en la rodilla en un arrebato en la vía pública. Otra de las presentes aseguró haber sido arrastrada media cuadra por un delincuente que le robó la cartera en plena tarde de noviembre.

Créditos: MARÍA FERNANDA ULLOA

Facundo Pedemonte y Pablo Mugica fueron los voceros del reclamo de los vecinos y se reunieron con el secretario de Gobierno, Roberto Koch y el jefe de la Unidad Departamental, Jorge Olguín para entregar un petitorio y avanzar en la resolución del conflicto. Al rato, un piedrazo en esa oficina dio por finalizado el encuentro de manera abrupta y dio pie a que el oficialismo se escudara en la “politización” de la marcha. La presencia de un solo concejal opositor en dicha manifestación bastó para que el oficialismo apunte sus cañones en esa dirección. “Benítez debería dejar de agitar marchas violentas y hacer más propuestas serias desde su banca”, planteó Koch, algo que fue replicado por el edil en cuestión. “Secretario, no se ofenda por el reclamo. Oféndase por la inseguridad de debatir de su bloque. Hace 25 años, la Provincia y 8 años el Municipio vienen con lo mismo: no resuelven la inseguridad. ¿Van a seguir dilatando el tratamiento del proyecto que presentamos o van a tratar la Emergencia en Seguridad? La vida de los riocuartenses está en juego”, replicó el juecista Pablo Benítez.

Uno de los detonantes de las cuatro movilizaciones que se realizaron fue el cadete baleado en la calle Colón al 600. Este hecho, ocurrido a mediados de febrero, también aumentó el enojo de los trabajadores que, con sus bicis y motocicletas, fueron la cara visible del enojo de la ciudadanía. El día después, el secretario de Seguridad Provincial, Ángel Bevilacqua, se hizo presente en la ciudad. El mensaje de las autoridades provinciales, al día de hoy, apunta a alivianar un poco la “mochila” del Ejecutivo Municipal. “La responsabilidad está en manos del Ministerio de Seguridad y de nuestra fuerza policial”, enfatizó el secretario luego de anunciar que aumentarían la cantidad de agentes y móviles en la ciudad. Pese a ello, el delito no cesó en la Capital Alterna y, este lunes y en pleno feriado de carnaval, se hizo presente la máxima autoridad de la Provincia en materia de seguridad.

Control de daños

“Vinimos a atacar una situación puntual y no la vamos a abandonar. No vamos a dejar solos a los vecinos de Río Cuarto. Nunca los dejamos solos”, aseguró el ministro de Seguridad provincial, Juan Pablo Quinteros, en su último paso por Río Cuarto. Este lunes se llevó adelante un operativo interfuerzas en el marco del programa 90/10 que depende del Ministerio de Seguridad de la Nación. El resultado arrojó la detención de nueve personas y el secuestro de 48 motocicletas y 20 autos y camionetas. Participaron más de 180 efectivos pertenecientes a personal de la Policía de la Provincia, la Fuerza Policial Antinarcotráfico, Policía Federal Argentina, Gendarmería Nacional, Policía de Seguridad Aeroportuaria, Infantería, Canes, Caballería, ETER, DUAR, SEOM, Patrulla Preventiva, Policía Barrial, División Investigaciones, Patrulla Rural, Policía Caminera, Guardia Urbana local y Dirección de Tránsito. Las acciones incluyeron patrullajes preventivos, controles vehiculares y operativos de identificación en puntos estratégicos de la ciudad.

“Hemos desplegado innumerable cantidad de recursos, con móviles de Gendarmería, Policía Federal, el helicóptero de la Provincia que siempre es un apoyo fundamental para este tipo de procedimientos. Estuvimos en barrio Oncativo, Cola de Pato, San Martín, 400 Viviendas. Atacamos con saturación los lugares más conflictivos de la ciudad. Estamos trabajando todos los días del año las 24 horas para brindar seguridad a los vecinos. El gobernador tiene el principal interés de responder ante esta situación que se dio aquí en los últimos días, con trabajo en el territorio y trabajo de campo”, aseguró Quinteros y resaltó que el año pasado se incorporaron 1600 policías entre oficiales y suboficiales y se compraron 400 móviles. Agregó que este año se incorporarán 600 motos y 700 patrulleros.

Este despliegue pudo haber menguado la cantidad de delitos en aquella jornada pero no parece haber aplacado el enojo de buena parte de los riocuartenses. La presencia de diversas fuerzas de seguridad en la manifestación reavivó el enojo de algunos vecinos que interpretaron que hay recursos pero no se los vuelca en sus barrios. No obstante, aunque el blanco principal de las críticas haya sido la Municipalidad, en la última movilización se advirtió un pedido más contundente a los legisladores provinciales y a los funcionarios judiciales para “poner un freno a la puerta giratoria”.

En un sentido similar, el intendente Guillermo De Rivas dio sus primeras declaraciones luego de las últimas movilizaciones. “Hay manifestaciones que son genuinas. Siempre me van a encontrar trabajando y escuchando a los vecinos”, dijo el mandatario municipal luego del encuentro interinstitucional que encabezó y que tuvo lugar en el Salón Blanco hace dos días. Una de las conclusiones principales del encuentro fue requerir modificaciones en la legislación provincial y que haya “un sistema de protección para contener a los menores”. De Rivas dijo que, actualmente, hay 50 menores judicializados y “el sistema debe contenerlos con la modificación de la ley”. 

Estos pedidos abrieron también un debate complejo en relación al Código de Convivencia y la Baja de la Edad de Imputabilidad, algo sobre lo que recientemente se pronunció el presidente Javier Milei tras el asesinto de Kim Gómez (la niña de 7 años asesinada en un asalto en manos de dos adolescentes).Milei redobló la apuesta de la mayoría de los proyectos que se conocen y que plantean una baja que oscila entre los 14 y 16 años: propuso que la baja alcance los 10 años de edad (!).

La reunión que contó con la presencia de diversas instituciones (Defensoría del Pueblo, Consejo Económico y Social, Universidad Nacional de Río Cuarto, concejales opositores, CECIS, Sociedad Rural, movimientos sociales, entre otros) también arrojó como resultado el pedido de la incorporación de dos fiscales nuevos. Cabe resaltar que, a mediados de febrero, se dio a conocer que la fiscal de Instrucción de Laboulaye, Georgina Osella, fue propuesta para encabezar la Fiscalía Antinarcotráfico en Río Cuarto.

En consonancia con lo planteado por el subsecretario de Seguridad, Rafael Filippa, el intendente no descartó que la Guardia Urbana Local implemente la utilización de armas menos letales (algo que ya aplicó el intendente de la Capital, Daniel Passerini, en el mismo cuerpo de agentes) y agregó que van a colocar 1000 nuevas luces LED en los barrios que aún no cuentan con esta luminaria. La mayoría de los actores presentes en el encuentro advirtió la ruptura del tejido social en tiempos de crisis socioeconómica como uno de los factores principales en el aumento de los hechos de inseguridad.

Cantar victoria antes de tiempo

A comienzos de enero, el Municipio celebraba estadísticas que indicaban una presunta baja del delito en la ciudad de Río Cuarto. Atribuían estos números a la presencia de la Guardia Urbana Local que había detectado a delincuentes “in fraganti” y habría prevenido varios delitos como arrebatos en la vía pública. Se habló de una disminución del 30% de delitos en este tipo de arrebatos y el robo de vehículos. No obstante, en esa oportunidad, el subsecretario de Seguridad, Rafael Filippa, dialogó con Otro Punto y remarcó que el nivel de violencia urbana que se advierte en la actualidad dista mucho del que se veía hace 12 años, cuando él se retiró de la Fuerza Policial.

Por esos días, De Rivas se había erigido como uno de los embajadores de la Guardia Urbana Local, algo que despertó interés en municipios como General Deheza, donde analizaban adherir a la Ley de Seguridad Provincial y, en consecuencia, sumar un cuerpo de agentes de la Guardia Urbana (tal como lo establece la normativa). No es algo sencillo de dirimir, ya que es el Estado Municipal el que debe contar con los recursos para mantener dicha estructura.  En ese momento, se firmó un convenio de trabajo entre el gobierno local y la localidad del departamento Juárez Celman.

Días después, la Capital Alterna estuvo en el centro de la escena provincial e incluso en medios nacionales que replicaron imágenes de las últimas protestas. Entre las distintas expresiones que se vieron en las últimas marchas, varios vecinos apelaron al archivo reciente en el que el Municipio aseguraba que el delito había bajado a partir de la acción preventiva de la Guardia Urbana. “Uno es esclavo de lo que dice”, reza el dicho que podría aplicarse a esta situación.

Por ahora, las explicaciones que se han dado desde distintos sectores no parecen ser suficientes para el grueso de la población. Hablar de ruptura del tejido social es importante para no tapar el sol con las manos y ser conscientes de que el problema es complejo. No obstante, estas explicaciones no contribuyen a llevar tranquilidad a los vecinos que piden una mayor presencia de las fuerzas de seguridad para la prevención del delito. En diálogo con FM Gospel, el secretario de Prevención y Convivencia, Gastón Maldonado, rompió el silencio y dijo que la Policía es la principal responsable en el abordaje de la problemática y que “el Municipio se dedica a ayudarla desde nuestras facultades”. Celebró que los vecinos se manifiesten y aseguró: “Debemos escuchar y tomar nota”. Pero dvirtió que “las soluciones no son mágicas, no le vamos a mentir a la gente. Nosotros no hacemos populismo discursivo”

En tiempos en donde, además, se han endurecido los discursos en contra de la dirigencia política, el panorama actual resulta incómodo hasta para la propia oposición, quienes fácilmente pueden ser chicaneados por “utilizar políticamente” este tipo de hechos para raspar al oficialismo en un año electoral. Lo mismo ocurre si se mantienen al margen y son tildados de “funcionales” al gobierno de De Rivas.

En tanto, el Gobierno provincial sigue enfatizando en que ellos son los principales responsables de garantizar la seguridad de los riocuartenses. El jefe de la Unidad departamental, Jorge Olguín, planteó algo similar en la mesa interinstitucional que se desarrolló en el Salón Blanco. Esta semana, el reclamo parece haberse direccionado al Poder Judicial y la Legislatura Provincial. Quizás en pos de descomprimir la “mochila” del Ejecutivo Municipal luego de que Río Cuarto se convirtiera, al menos por unos días, en la Ciudad de la Furia.

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