Hace más de 18 meses que la Maternidad Kowalk no atiende partos y deriva a sus pacientes al Hospital San Antonio de Padua. El Municipio y la Provincia dieron a conocer el nuevo esquema de servicios. ¿”Reconversión” de una institución que llegó a registrar la mayor cantidad de nacimientos en la región?
El lugar que literalmente vio nacer a más de 1000 riocuartenses al año ya no cumple con ese propósito hace más de 18 meses. Los partos se trasladaron al Hospital San Antonio de Padua, debido a las obras de refacción que se estaban llevando a cabo en el lugar. Pero, una vez culminadas, la centenaria institución no ha vuelto a tener partos y todo indica que seguirán siendo atendidos en el hospital. La atención general del nosocomio ha registrado un incremento del 30% y se estima que, en cuanto a nacimientos, la cantidad se habría duplicado y llegaría a 100 partos al mes aproximadamente.
Con la presencia del ministro de Salud provincial, Ricardo Pickenstainer, el Municipio acaba de “relanzar” la Maternidad Kowalk con ampliación de servicios en la atención pediátrica y ginecológica. Destacaron que habrá clases de preparto y preparación para la crianza, psicología y consejería en salud sexual y reproductiva. Agregaron que se incorpora el Circuito Integral de la Mujer que implica mamografías (mediante convenio con LALCEC), Papanicolau, colposcopía y ecografías. Más allá de todas estas incorporaciones que, por supuesto, son bien valoradas, el Municipio y la Provincia dejaron en claro que ya no habrá partos en el centenario establecimiento.
“¿Por qué no se van a hacer más partos?” Fue lo primero que preguntó de manera retórica el nuevo director de la Maternidad, Diego Cagnolatti, advirtiendo el “elefante en la habitación”. El médico procuró sentar postura antes de la conferencia de prensa en la que inevitablemente se le iba a preguntar esa inquietud. “Yo respondo que si esa paciente o esa mujer que va a parir no está sana, ese parto no va a evolucionar favorablemente. Es fundamental la prevención si hay problemas de adicción o alguna enfermedad porque la evolución del embarazo no va a ser normal. Hay que ver un montón de situaciones para que ese embarazo llegue a término. Por eso armamos consultorios con especialistas que abarquen todas las áreas más específicas y brinden una atención integral”, señaló Cagnolatti.

Hace más de 18 meses que en la Maternidad no se asisten (y ya no se asistirán) partos. En principio, por las refacciones que se estaban llevando a cabo en el lugar. En febrero del 2024, el gobernador Martín Llaryora recorrió las obras que se encontraban con un alto grado de avance y garantizó aportes para finalizarlas: quirófanos, salas de recepción, vestuarios y baños, cuatro salas de parto respetado, entre otros trabajos. 250 metros cuadrados fueron intervenidos y se realizaron de manera conjunta entre la Provincia y el Municipio (en aquel momento, Llaryora anunció que desembolsaría $100 millones para finalizarlas).
En el comunicado oficial de aquel entonces, el Municipio destacó que “desde hace tiempo se vienen ejecutando trabajos para mejorar las prestaciones, ya que anualmente se producen cientos de nacimientos de niños y niñas que provienen de familias de Río Cuarto y de otros puntos del país que se vienen a atender a la institución debido al prestigio y a la excelencia de sus instalaciones y del cuerpo de profesionales que trabajan a diario”. Un año y medio después, la realidad es otra.
El factor humano
Rosana Cardozo, licenciada en Enfermería y trabajadora del hospital San Antonio de Padua, consideró que el gobierno provincial y la dirección del nosocomio han gestionado las inversiones en infraestructura y equipamiento para poder asistir la demanda de neonatología. “Se ha hecho una readecuación del personal y se han tomado a más especialistas como neonatólogos, aunque no son tantos como se debería”, expresó la enfermera. Cardozo agregó que, en total, el hospital cuenta con aproximadamente 180 camas, de las cuales 30 se utilizarían para asistir situaciones de mayor complejidad como los partos.
La profesional de la salud opinó que las inversiones realizadas por el gobierno provincial podrían ir directamente a la Maternidad y, además de ampliar los servicios de atención como se anunció en las últimas horas, consideró que se podrían sostener las salas de partos: “Más allá de que en el hospital haya equipamiento y un espacio, a veces la contención no se puede brindar como corresponde. La Maternidad es un lugar con personal capacitado para eso y abocado exclusivamente a eso, por lo que permite otro tipo de atención”.

Un aspecto importante es que, cuando el hospital se ve colapsado, se activa un código rojo de derivación al sector privado. Según pudo averiguar Otro Punto, en los últimos meses se incorporaron parteras y médicos y se ampliaron los consultorios de embarazo de bajo riesgo, a la vez que se reacomodaron al menos tres salas de parto y además, se ha comenzado a dictar el curso de preparto en un trabajo en red con la Maternidad. Pese a estas mejoras, el personal de salud coincide: “Nada reemplaza a la gran casa de nacimientos que tuvimos. No hay comparación”.
“A veces, para poder llegar a la guardia de obstetricia, las mujeres tienen que pasar por un laberinto de pasillos donde hay otros consultorios de otras especialidades”, manifestó una trabajadora de la Maternidad a Otro Punto. Ante este tipo de planteos, el ministro Pieckenstainer señaló que las pacientes en proceso de preparto, posparto o condiciones ginecológicas “nunca se mezclan con otros pacientes” en el Hospital y agregó que se aprovecharán los quirófanos reacondicionados de la Maternidad para utilizarlos en operaciones de baja complejidad. Cabe recordar que, en abril de este año, el gobernador había anunciado el envío de $1900 millones para fortalecer el sistema de salud municipal (incluida la Maternidad). Fue allí que deslizó lo que esta semana terminó de concretarse: la reconversión del lugar en un centro de atención para las mujeres, niños y niñas.
Vulneración de derechos
El problema no está planteado desde la falta de recursos o equipamiento, ya que se reconoce que en el Hospital se han hecho inversiones necesarias. El foco está puesto en la importancia de seguir contando con un espacio exclusivo para la contención de las personas gestantes al momento de parir. Micaela Bedano, ex paciente de la Maternidad, asistió con una pancarta a la conferencia brindada en el Palacio Municipal. Mientras el intendente Guillermo De Rivas, junto al nuevo director de la Maternidad y el ministro de Salud, Ricardo Pickeinsteiner, daban a conocer el nuevo esquema de atención, la mujer levantó un cartel que rezaba: “La maternidad es para parir y nacer. Honremos la voluntad de Hortensia Gardey de Kowalk”.

Micaela habló con Otro Punto y consideró que el nuevo esquema de la maternidad implica un recorte en los derechos de las mujeres: “Teníamos este espacio ganado hace más de 100 años. Un espacio exclusivo para nosotras. Me encantan las mejoras que quieren hacer con atención más integral pero si nos quieren cuidar antes del parto, que nos cuiden en el momento más importante que es el parto y por supuesto después en el mismo lugar”.
Si algo es resaltado por la mayoría de las personas que tuvieron a sus hijos e hijas en la maternidad es la atención del personal de salud y la posibilidad de encontrarse con otras mujeres que atraviesan la misma situación. “¿Por qué no se puede hacer todo ahí? La atención integral y además los partos”, se pregunta Micaela, quien relató que su experiencia como madre hace dos años fue “excelente” y destacó que, más allá de las instalaciones, es un establecimiento adaptado a las demandas del parto respetado: “Una allí conoce a la gente, a los profesionales. Yo entiendo que se mejore la atención en el aspecto médico pero, ¿qué pasa con la condición humana? Eso también es importante a la hora de parir. No es lo mismo hacerlo con tu médico/a y junto a profesionales que ya te acompañaron durante el embarazo, que llegar a un hospital enorme, lleno de gente que está atravesando distintas enfermedades y no conocer a nadie”.
Las palabras de Bedano también resuenan en algunas trabajadoras de la maternidad con las que pudo dialogar Otro Punto. Las “buenas nuevas” que se dieron a conocer en las últimas horas no son receptadas de la misma forma por el personal de salud que considera que hay un aspecto simbólico que no puede dejarse de lado: el propósito con el cual fue creada la maternidad para garantizar un parto digno y seguro a mujeres y personas gestantes de la ciudad y la región.

Al ser consultado sobre el cambio del propósito inicial de la Maternidad (cuyo establecimiento fue donado hace 102 años por Hortensia Gardey de Kowalk), el intendente Guillermo De Rivas consideró que con el nuevo esquema “no cambia el propósito porque sigue estando la función integral de la prestación de salud: desde el momento de la concepción, la atención y el cuidado de la mujer hasta el momento del parto y la atención posterior de la paciente y el niño. El parto es un momento dentro de todo el proceso del embarazo y en esta decisión de trabajo articulado entre la Provincia y Municipio, entendimos que eficientizar los recursos económicos y profesionales nos permite dar la mejor calidad de atención de manera complementaria”. El mandatario municipal insistió en que “se sigue respetando el objetivo que tenía la Maternidad y se profundiza para garantizar mejores prestaciones en estos tiempos, adicionando una mayor cantidad de servicios que tienen que ver con el fin para el cual fue donada la maternidad: la atención de la mujer embarazada”.
Las palabras de los funcionarios no logran convencer a un sector clave en esta discusión: las mujeres y personas con capacidad de gestar. Básicamente porque, pese a valorar la inversión en salud pública -algo disonante en este contexto socio-económico-, lo que genera preocupación no tiene que ver necesariamente con recursos (que siguen siendo necesarios para mejorar los salarios del personal de salud). Si una institución centenaria es tan bien valorada, alguna razón debe haber. “Ya no hay más partos”, dijeron hace unas horas en el Palacio Municipal y, de este modo, el hijo de Micaela Bedano, de apenas dos años, integra el grupo de los últimos bebés que nacieron en la centenaria Maternidad Kowalk

Es ilegal cambiarle el destino a la MATERNIDAD, ya que fue una DONACIÓN CON CARGO, atento que tanto el terreno como el edificio fue donado por el matrimonio KOWALK con ese fin, por ello no se le puede convertir en un centro médico que no sea MATERNIDAD: Preparto, parto, y posparto todo en ese lugar.
Hoo que hermosa nota… Soy Micaela Bedano y se me caen las lágrimas pensando que mí hijo puede ser de los últimos niños en nacer en la Kowalk… Ojalá esa casa logre estar abierta para las generaciones por venir… Vamos a dar la pelea por nuestra Maternidad con la consciencia de estar por un camino de amor y cuidado a la vida!