¿Cambiando el país un meme a la vez?

No es novedad: la juventud argentina redefine el terreno político liderando una nueva forma de militancia digital. Inspirados por el discurso libertario, estos jóvenes articulan demandas que priorizan la autonomía individual y el rechazo al statu quo, desafiando los paradigmas tradicionales de participación y encendiendo el debate sobre el futuro político y social del país.

La juventud argentina ha sido históricamente un motor de transformación social y política, encarnando la pasión y el ímpetu necesarios para impulsar cambios significativos en el país. Desde la Reforma Universitaria de 1918, en búsqueda de la autonomía y democratización de las universidades, hasta las movilizaciones estudiantiles y juveniles que marcaron las décadas siguientes, los jóvenes han desempeñado un papel fundamental en la configuración del territorio nacional. Como bien se ha dicho, «el mayor riesgo de la juventud es no arriesgarse a nada», algo que los jóvenes argentinos saben evitar al marcar siempre la diferencia.

En sintonía con tendencias internacionales, Argentina ha experimentado un notable giro en las inclinaciones políticas de su juventud, especialmente entre los varones menores de 30 años, hacia posturas de derecha. Este cambio se ha visto reflejado en la aceptación de Javier Milei, cuyo discurso libertario ha resonado profundamente en este segmento demográfico. La imagen positiva de Milei entre los jóvenes supera el 75%, consolidándolo como un líder influyente en este grupo etario.

El giro de la juventud argentina hacia posturas de derecha refleja transformaciones profundas en el panorama político y social del país. Este fenómeno contrasta notablemente con la militancia predominantemente de izquierda de los años setenta, cuando los movimientos estudiantiles y las organizaciones juveniles abrazaban ideales socialistas y revolucionarios en busca de cambios estructurales en la sociedad. Durante esa década, el movimiento estudiantil se involucró activamente en causas sociales y políticas más allá del ámbito académico, participando en organizaciones que buscaban una transformación profunda del país. Este contraste evidencia cómo las circunstancias históricas y socioeconómicas influyen en las orientaciones políticas de las generaciones.

Hoy se puede ver a una nueva militancia juvenil que se articula en torno a plataformas digitales y redes sociales como un espacio propicio para la articulación de sus ideales políticos. Influencers libertarios desempeñan un papel clave en la difusión de las ideas del movimiento, utilizando varios canales como YouTube y X para llegar a una audiencia amplia y diversa. Se cita y se expone a aquellos que son considerados como los youtubers más influyentes de la ultraderecha argentina, sumado a la agrupación «Las Fuerzas del Cielo», autodenominada como el «brazo armado» y «guardia pretoriana» de Javier Milei. Esta organización, compuesta mayoritariamente por varones de entre 20 y 30 años, se presenta como defensora del gobierno ultraderechista y ha generado controversia en un país que aún recuerda la violencia política del pasado. Un panorama digital y nueva militancia que contrasta con las movilizaciones masivas y presenciales de hace algunos años, reflejando una evolución en las formas de participación política de la juventud argentina. Estos son los nuevos terrenos de la política a los que debemos acostumbrarnos, donde la interacción digital y las redes sociales juegan un papel preponderante en la configuración del activismo y la militancia contemporánea.

¿Cuáles son las nuevas demandas de estos jóvenes? Claramente existe un expreso alejamiento de la ampliación de derechos como eje central de sus reivindicaciones. Más bien, estas demandas están orientadas hacia un cambio profundo que refleja su descontento con el estado actual de la sociedad. Estos jóvenes articulan sus exigencias en torno a pilares fundamentales: buscan un futuro económico más próspero, con mejores oportunidades laborales y condiciones de vida; demandan la reducción del tamaño del Estado y la eliminación de los privilegios de la «casta» política, a la que perciben como desconectada de las necesidades reales de la ciudadanía; plantean una revisión o eliminación de políticas de género, consideradas como imposiciones ideológicas; y defienden una mayor autonomía personal y una mínima intervención estatal en lo económico y social, en línea con un enfoque libertario que prioriza la gestión individual sobre las soluciones colectivas. Así estamos… Las sociedades se configuran según las prioridades y decisiones de sus habitantes. Los jóvenes son reales protagonistas del presente y arquitectos del futuro; su participación política activa es esencial para construir una democracia sólida y representativa. Es fundamental que se involucren en el estudio de la realidad social y política, ya que una comprensión profunda de estos contextos les permitirá tomar decisiones informadas y contribuir de manera efectiva al desarrollo de políticas públicas que reflejen las necesidades y aspiraciones de toda la ciudadanía (insisto, de toda la ciudadanía). Independientemente de sus posturas ideológicas, fomentar el compromiso cívico y educativo es central para fortalecer el tejido social. Cambiar el país no se logra solo con memes ni con agresiones carentes de bases pensadas; requiere estudio, reflexión, diálogo y acciones conscientes para construir una sociedad transformadora.

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