A 10 meses del inicio de su gestión, el intendente tuvo sus primeras expresiones fuertes en contra del gobierno nacional a partir del litigio judicial que enfrenta al Municipio con el Banco Nación. “Si quieren achicar y despedir empleados, que no usen a los intendentes de excusa”, manifestó.
“Si nos tocan los ingresos, qué quilombo se va a armar”. El litigio judicial que enfrenta el Municipio de Río Cuarto, al igual que otras 50 municipalidades del interior del país, destrabó una faceta de De Rivas que no se había visto en sus primeros 10 meses de gestión. Al menos, no en relación al gobierno de Javier Milei, del que se mostraba algo distante pero pocas veces había cuestionado de manera contundente. En Río Cuarto, el Banco Nación busca que la Justicia Federal declare inconstitucional el cobro de la tasa municipal de Comercio e Industria. Desde allí, se ha desandado un litigio judicial que también se replica en otros municipios como Córdoba, Río Tercero y San Francisco. Ya son tres los gobiernos locales que lograron un acuerdo con el banco y dos de ellos pertenecen al sur de Córdoba: General Deheza y General Cabrera.
Pocas veces se lo escuchó a De Rivas fuera de un tono moderado. El conflicto con el banco devino en un perfil más combativo del intendente, quien se mostró molesto por el accionar de la entidad financiera. “De repente, sin una instancia de diálogo previa y sin plantear la problemática o necesidad que tenían, acudieron a judicializar y no quieren pagar con el argumento de ser eficientes y ajustar sus números para seguir teniendo mayor ganancia. En lugar de pensar que esos tributos hacen a la estructura económica del Municipio para brindar y sostener los servicios”, manifestó el intendente de Río Cuarto desde Cordoba Capital, en diálogo con el stream Fenómeno Barrial.
“El impacto de la tasa de Comercio e Industria es ínfimo en la sucursal de Río Cuarto. Si quieren achicar el banco, despedir empleados o si buscan excusas para irse, que no nos tomen a los intendentes de excusa”, enfatizó De Rivas e insinuó que la consecuencia para la entidad sería perder apenas “un poquito de rentabilidad”. Y es que en otras localidades, el banco llevó a cabo sus amenazas de cerrar sucursales. Así ocurrió en Ramos Mejía (La Matanza) desde fines de abril de este año. Con el argumento de la “alta carga tributaria municipal”, el Banco Nación consideró “inviable” sostener dicha sucursal y fue trasladada al municipio de 3 de Febrero.

El planteo judicial en la Capital Alterna había sido rechazado por el juez federal Carlos Ochoa y ahora se encuentra en la Cámara Federal de Córdoba. El pasado 25 de abril, el intendente Guillermo De Rivas asistió a la primera audiencia en Capital, junto al secretario de Economía, Pablo Antonetti y el fiscal municipal, Ricardo Muñoz. Se trató de una instancia preliminar en la que ambas partes dieron a conocer su postura.
Previo a esta audiencia, el intendente había puesto el foco en el Banco Nación, entidad presidida por el cordobés Daniel Tillard y en la propia Justicia para que “evalúe el enorme impacto que esto generaría para Río Cuarto”. Según el Municipio, si el Banco deja de pagar la tasa municipal de Comercio e Industria, se perderían más de $1100 mensuales en un contexto en el que el Municipio ya registra un déficit mensual de aproximadamente $700 millones. En aquel entonces, el discurso se tornó alarmante en relación a la posibilidad de que se resientan servicios o prestaciones municipales si se deja de contar con este ingreso. Aún así, todavía no se apuntaban los cañones al gobierno nacional.
Pero a pocos días de que se reanude la audiencia, el tono del intendente De Rivas se ha tornado más punzante y es algo prácticamente inédito desde que asumió en julio del año pasado. De Rivas se plantó contra el gobierno de Javier Milei, con el que aseguró compartir la idea de “reducir gastos para hacer el Estado más eficiente” pero se diferenció de “la falta de políticas públicas”. El mandatario municipal explicó que la tasa que se le cobra al Banco Nación en Río Cuarto, también la pagan otras 18 entidades bancarias, a quienes se les cobra la misma tasa hace 19 años.”Ya forma parte de la estructura de los ingresos del Estado con el fin de brindar los distintos servicios de la Municipalidad”, aseguró.
En el interior provincial, localidades como General Deheza o General Cabrera también temieron por el cierre de sus sucursales pero ya lograron un acuerdo con la entidad. Esta semana, General Cabrera alcanzó un consenso con el Banco Nación. El intendente Guillermo Cavigliasso se mostró conforme con la medida, aunque aseguró que se verán reducidos los ingresos del Municipio a partir de esto. Allí no se acordó precisamente una reducción de la tasa de Comercio e Industria, sino la quita del componente de los títulos públicos de la base imponible para el cobro de Comercio e Industria. Actualmente, el Municipio recibe entre $30 y $40 millones por mes. Según lo planteado por el intendente de dicha localidad, el ítem que será eliminado no implicaría una suma muy significativa. Desde agosto se le cobrará una suma fija al Banco hasta el mes de diciembre y, desde el 2026, ya no estará contemplado este componente que incidía en el valor de la tasa que paga el banco.
Lejos de un tono crítico, el intendente radical celebró el acuerdo y dijo a FM Sensaciones que “el banco se comprometió a que esa baja en los costos que afronta la sucursal derivará en beneficios para los cabrerenses que operan con el banco” como el acceso a créditos hipotecarios”. Pese a que la coparticipación ha bajado cerca de un 20% en comparación al 2024 y que ya no hay obra pública de parte del gobierno nacional, Cavigliasso resaltó que en la Municipalidad “hay un uso muy responsable de los recursos”.
Ese es el punto en el que municipalidades más pequeñas quizás no se encuentren reclamando con el mismo tenor que el intendente de Río Cuarto. Primero, porque su estructura de costos es más chica y posiblemente tengan menos compromisos de obra y asistencia social. Segundo, porque consideran que los acuerdos alcanzados no afectarán sus ingresos de manera considerable, mientras que las cuentas municipales de Río Cuarto están en rojo desde hace casi un año. Hubo tres trimestres consecutivos con déficit y el primer trimestre de este año apenas tuvo un superávit del 7% que no fue festejado en la Municipalidad ante los frentes activos de conflicto: la puja judicial con el Banco Nación, la falta de subsidios para el transporte urbano, la baja en la coparticipación y una caída de 20 puntos en la recaudación de Comercio e Industria.
“Hay que entender que un Banco como el de Río Cuarto, cuya sucursal es una de las que produce mayor ganancia y rentabilidad en el interior del país, no puede no contribuir a sostener las actividades y el funcionamiento del Municipio con el pretexto de aumentar su rentabilidad”, planteó el intendente De Rivas, quien aseguró que está dispuesto a seguir dialogando, siempre y cuando “no haya ofertas irrisorias” en referencia a los planteos vertidos por los representantes del Banco Nación en la primera audiencia que se realizó en Córdoba. Además, le achacó al gobierno nacional que “pese a todo lo que se extrae de nuestro sector productivo, el IVA sigue siendo igual, las retenciones van a volver a estar, sigue el impuesto al combustible y otras cosas que antes venían en obras o subsidios para el transporte”.

De Rivas no ocultó su molestia con la presión del gobierno nacional para que los municipios reduzcan su carga tributaria. Desde la Municipalidad consideran que, por el contrario, ante la ausencia del gobierno nacional en distintos esquemas, el gobierno local debió “tomar la posta” y hacerse cargo de una mayor asistencia social, así como también del sostenimiento del servicio de transporte, la salud pública, entre otros aspectos.
Durante la campaña electoral, con un gobierno nacional que ya había comenzado a mostrar sus cartas, De Rivas (al igual que la mayoría de los candidatos) evitaba confrontar con el mandatario nacional. No resultaba extraño, ya que Milei había cosechado más del 70% de los votos en Río Cuarto. Luego, con algo de moderación, se mostró crítico de algunas medidas pero siempre remarcó que “no había que excusarse en la crisis” para gestionar. Ahora, ante el peligro de perder una de las contribuciones más significativas para la estructura económica del Municipio, De Rivas mostró los dientes y aseguró que seguirá defendiendo el cobro de dicha tasa.
El temor del Municipio no solo radica en la posibilidad de perder un ingreso de más de $1100 mensuales sino que otras entidades bancarias quieran optar por el mismo camino de la judicialización y pedir que se les suspenda el cobro de alguna tasa municipal. La pulseada con el Banco Nación tiene detrás al ministro de Economía, Luis Caputo, quien ha empoderado el reclamo de la entidad bancaria. “Toto” ha aprovechado situaciones como el cierre de la sucursal del Banco Santander en La Tablada (La Matanza) y el traslado de sus operaciones a la sucursal de Caseros (3 de Febrero) para defender la idea de que los municipios con poca carga tributaria “atraen” mayores inversiones privadas. De Rivas espera su segundo round el próximo martes 20 de mayo.
