El primer año de gestión, ¿se celebra?

El próximo 2 de julio se cumplirá un año de De Rivas en la intendencia. Con un contexto distinto al que tuvo Juan Manuel Llamosas en 2016, da la impresión de que el actual mandatario festejará su primer cumpleaños con sabor amargo. Promesas ambiciosas que aún no se concretaron, una “primavera” corta y la necesidad de apelar a la creatividad en época de vacas flacas.

Guillermo De Rivas asumió hace casi un año. Con ambiciosas promesas de campaña, logró dar algunas señales en los primeros meses de su mandato pero se vio enredado en el comienzo del 2025 con el “impuestazo” y las marchas por la inseguridad. Lo mismo ocurrió en las vísperas del aniversario de la gestión con una decisión que sigue generando rechazo en un gran sector de la sociedad riocuartense: no retomar la atención de los partos en la centenaria Maternidad Kowalk.

Tras su asunción, se advirtió que el proceso de transición no fue tan rápido como se esperaba, pese a tratarse de un gobierno que mantuvo buena parte del gabinete de las gestiones llamosistas. Hasta cierto punto, tenía su lógica, ya que había transcurrido apenas una semana entre el acto electoral y la asunción del actual mandatario municipal. En su momento, el intendente remarcó que se había achicado la cantidad de coordinaciones y secretarías, en afán de aggiornarse a un contexto en el que el “achique” de la estructura del Estado ya no es mala palabra sino que, por el contrario, es celebrado por el grueso de la población.

Los primeros 100 días no permitieron mostrar mucho en términos de gestión y fueron una especie de período de adaptación. Luego de eso, la toma de deuda en letras (aunque en montos relativamente chicos), dejó a la gestión en un lugar incómodo. Incluso susceptible a ser señalada por el déficit que comenzó a registrarse desde el segundo trimestre del año pasado, período coincidente con la campaña electoral municipal. Aquí no se pudo adjudicar ninguna “pesada herencia” de otro color político: habían pasado ocho años de gestión peronista y ocho años del mismo secretario de Economía, Pablo Antonetti, quien sigue estando a cargo de dicha cartera.

Créditos: La Voz del Interior

Vale decir que, en los últimos meses del 2024, el intendente procuró dar señales claras sobre algunas de sus promesas de campaña más rimbombantes. Tomó medidas en relación al transporte con la eliminación paulatina del sistema de transbordo, algo criticado por los usuarios desde que se implementó la actual modalidad a fines del 2022. También fue bien recibida la ordenanza en relación a la Noche Joven, una asignatura pendiente de las últimas gestiones municipales y que contempla la participación de los adolescentes de entre 16 y 17 años en la noche riocuartense (procurando que, con autorización mediante, puedan asistir a los locales bailables y evitar la proliferación de más fiestas clandestinas).

En ese fin de año también se logró la aprobación de la regulación de las aplicaciones de transporte, que permitió habilitar servicios como el de Uber en la ciudad. La aprobación de Ficha Limpia también fue un gesto de la dirigencia hacia la ciudadanía, aunque vale decir que el contexto nacional y provincial tuvo su injerencia: hace tres años la oposición presentó el mismo proyecto y el llamosismo no avanzó en su tratamiento.

Estas últimas iniciativas no requirieron necesariamente de muchos recursos sino de voluntad política y contemplar ciertas demandas que también habían sido promesas de campaña (como la regulación de Uber que, un año antes, había sido prohibida durante la gestión Llamosas). Por supuesto, estos hechos lograron poner a Río Cuarto en la agenda provincial durante al menos unos días. Pero la ciudad no solo fue noticia por estas iniciativas sino también por las primeras flaquezas que comenzaron a verse en el comienzo del 2025: el denominado “impuestazo” cosechó un fuerte rechazo de la ciudadanía, pese a que la medida se quiso contrarrestar con descuentos al contribuyente cumplidor. Los aumentos tributarios llegaron al 200% incluso al 800% de incremento en algunos casos.

El punto álgido, sin dudas, fueron las cuatro movilizaciones por la inseguridad que derivaron en una mayor presencia del gobierno provincial y una visita del ministro Juan Pablo Quinteros para desplegar un fuerte operativo interfuerzas. Quizás el yerro principal en torno a este tema fue que, a diferencia de otras campañas municipales, la última vez ocupó un rol central. En contraposición con lo sucedido durante gran parte de la gestión Llamosas, en la que se insistía en que el Municipio “no tenía competencia” en ese aspecto. En cuanto al abordaje de esta problemática, cabe mencionar que el intendente realizó una promesa de campaña que prácticamente no ha vuelto a mencionar: la cárcel metropolitana del sur de Córdoba, cuyo proyecto fue presentado por el propio De Rivas ante el gobierno provincial cuando aún era secretario de Gobierno.

La seguidilla de hechos de inseguridad que ocurrieron entre febrero y marzo desembocó en las distintas marchas de vecinos e incluso una quema de neumáticos frente al Palacio Municipal. Sin embargo, en enero, el intendente Guillermo De Rivas parecía erigirse como un embajador de la implementación de la Guardia Urbana Local en el interior provincial y visitó la localidad de General Deheza para hablar de su experiencia. Al mes siguiente, la realidad fue otra y haber sumado el cuerpo de agentes de la Guardia Urbana Local (a partir de la adhesión de la Ley de Seguridad Provincial) inevitablemente puso expectativas mayores que aún no fueron satisfechas.

En este y en otros frentes, De Rivas sigue sosteniendo algo que ya se advertía en la gestión Llamosas y que quizás se vio de manera más contundente en la presentación del nuevo esquema de servicios de la Maternidad Kowalk. El gobierno provincial sigue siendo la principal mano que recibe el gobierno municipal para gestionar pero esto también coloca al Municipio en situaciones de cierta “debilidad” y que devienen en críticas al liderazgo del intendente. De Rivas se vio “opacado” en el anuncio junto al ministro de Salud provincial pero, será quien pague el mayor costo político de haber quitado la atención de los partos de la centenaria institución.

Gobernar “sin excusarse en la crisis”

Ese fue el lema del intendente durante gran parte de su primer año de gestión. Por momentos pareció lograrlo con iniciativas que, más que recursos, requirieron de voluntad política. No obstante, hubo momentos en los que ese discurso no tenía mucha cabida: la caída de la coparticipación, la baja en la recaudación de Comercio e Industria y el planteo judicial del Banco Nación que quiere dejar de pagar esta tasa en la ciudad. Luego de esto, De Rivas tuvo sus primeras declaraciones fuertes contra el actual gobierno nacional, atento a la posibilidad de perder más de $1100 millones mensuales que forman parte de la estructura económica del Municipio hace más de 20 años. “Si el Banco Nación quiere achicar o despedir empleados, que no nos pongan a los intendentes de excusa”, planteó el intendente.

Por otra parte, y en consonancia con lo que manifestó cuando presentó el Presupuesto 2025, De Rivas dio su primer discurso de apertura de sesiones apelando a ir “hacia el déficit cero y la autonomía financiera”. Nuevamente, un objetivo que parece lejano y que se vio postergado luego de tres trimestres consecutivos de déficit y un trimestre en el que el superávit fue de apenas un 7% (y estuvo lejos de celebrarse).

Puntos a favor y desafíos

Aunque no son tiempos de bonanza para el Municipio, el sostenimiento de obras de pavimentación, cordón cuneta y luminarias LED sigue ocupando un lugar ponderado en la gestión. En términos de ordenanzas, se podría sumar la normativa que determina sanciones más firmes para los organizadores de fiestas clandestinas y quienes utilizan escapes libres en sus vehículos. También la iniciativa de “ordenar” la actividad de trapitos, cuidacoches y limpiavidrios que se trató en las últimas horas en el Concejo y que también responde a cierta demanda de la ciudadanía. El desafío será conjugar el aspecto del control con el abordaje interdisciplinario y social que el propio Ejecutivo se propuso.

Una promesa que también se vio postergada pero que fue traída a colación en la previa al aniversario es el centro de tratamiento de adicciones. El mismo día que se cumplió un año del triunfo electoral (23 de junio), De Rivas presentó el llamado a concurso para la construcción del nuevo centro asistencial para personas con consumos problemáticos. Según explicaron desde el Municipio, la obra adaptará una casa existente para convertirla en un centro de atención integral ubicado en la calle Río Segundo, al lado del Dispensario N°6.

El gran desafío vendrá sobre el cierre de este año con la licitación del servicio de higiene urbana, cuyo contrato debió prorrogarse por seis meses más y todavía no se conocen las bases y condiciones que tendrá el nuevo pliego. Lo único que ha anticipado el secretario de Obras y Servicios Públicos, Martín Cantoro, es que contemplará la separación en origen y establecería una menor cantidad de días para la recolección de residuos. Este último punto podría implicar una reducción del costo de un servicio que actualmente se lleva más del 13% del presupuesto total. Un punto a favor de De Rivas: en este eje, evitó hacer promesas que luego le pasen factura, como le ocurrió a Llamosas con la expresión “Conmigo, Cotreco se va”.

Finalmente, se advierte en gran parte de las voces opositoras, que hay una buena valoración de las políticas territoriales del paradigma “gestión basada en la evidencia”. “Gestionar con datos es una manera de ser más justos y eficientes. Más justos porque todos los vecinos, sean del sector que sean, deben tener las mismas posibilidades de acceder a los programas y las políticas públicas”, manifestó el subsecretario de Estadísticas, Roger Fabre, uno de los funcionarios que lleva a cabo el proceso de relevamiento y diagnóstico en los distintos sectores de la ciudad. Esta pata de la gestión, en articulación con el gabinete social, ha sido reconocida por casi todo el arco opositor al considerar que, en tiempos de crisis, es clave la cercanía con los vecinos. Así como el Presupuesto Participativo fue el programa insignia de la gestión Llamosas, la “gestión basada en datos” y programas como La Muni en tu barrio serían la apuesta de De Rivas para consolidar la identidad de su gestión.

No fue menor el hecho de que De Rivas haya ganado hace un año y garantizara algo inédito como una tercera gestión consecutiva para el peronismo en Río Cuarto (pese a la bajísima participación electoral de aquella jornada). Pero, claro está, su arribo al Palacio de Mójica no tuvo el mismo período de gracia que su antecesor y su “primavera” fue bastante más corta. Con esas cartas, deberá iniciar su segundo año de gobierno.

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