Expectativa déficit cero,
realidad desequilibrio fiscal
La gestión municipal sigue empantanada en un desequilibrio fiscal que no logra subsanarse a pesar del fuerte incremento en los tributos municipales. A eso, se suma una refinanciación de deuda que se pagará en 120 cuotas y comprometerá a la actual gestión y las dos posteriores. En las próximas semanas, se tomará más deuda en letras pero desde el Municipio aseguran que también se achicará el gasto.
El déficit registrado en los últimos tres trimestres del 2024 rompió con seis años de equilibrio fiscal en la Municipalidad de Río Cuarto. Inevitablemente, los dardos apuntaron a la campaña electoral municipal, que marcó un antes y un después en estos indicadores. Al poco tiempo de la asunción de Guillermo De Rivas, el segundo informe trimestral de gestión financiera arrojó un déficit de $1900 millones. Desde entonces, siguió el efecto dominó con un déficit mayor en el tercer trimestre del año pasado, que superó los $2300 millones. El último trimestre del 2024 registró un déficit de $1500 millones.
El 2024 no iba a ser un buen año para las cuentas del Municipio y esto había sido admitido por el propio oficialismo y representantes de la secretaría de Economía en las distintas reuniones de comisión en el Concejo Deliberante. Quizás por eso, el intendente apuntó a trazar un panorama de recuperación para el 2025, procurando llegar al tan deseado equilibrio fiscal “pero sin desequilibrio social” (una frase que utilizó al presentar el Presupuesto 2025 y también en su primer discurso de apertura de sesiones).

La semana pasada, el Legislativo local ratificó un convenio a partir del cual, entre otros aspectos, se reestructura una deuda que mantiene el Municipio con el gobierno provincial. El monto sería de $4 mil millones aproximadamente y una parte se destinaría al pago de la deuda que mantiene el gobierno municipal con EPEC (tanto de EMOS como de la administración central). Dicha deuda data del 2021.
Este proyecto (aprobado sólo con los votos del oficialismo y el nazarismo) ratificaba el Acuerdo Federal 2025 entre la Provincia y Municipios. Además de implicar un fortalecimiento del fondo compensador para la obra pública, el convenio trae aparejada la reestructuración de deudas que tienen los municipios con el gobierno provincial. En este caso, se plantea que el gobierno de Río Cuarto deberá pagar dicha deuda en 120 cuotas. Es decir, comprometerá a la actual gestión y posiblemente las dos siguientes. Se pagará durante 10 años (!).
Desde el bloque Primero Río Cuarto remarcaron que el convenio marco resultaría beneficioso para la ciudad (en relación a los fondos para obra pública) pero cuestionaron que la reestructuración de la deuda local no se haya planteado en un convenio particular para poder discutirla en profundidad. Fuentes consultadas por Otro Punto aseguraron que este aspecto concerniente a la deuda fue comunicado el día antes de la sesión y de manera informal a algunos concejales, ya que los detalles de este punto no figurarían en el convenio general.
Los cañones a la Rosada
El gobierno municipal ha apuntado sus cañones al gobierno de Javier Milei, al igual que otros gobiernos municipales que también aplicaron un considerable aumento en sus tributos a partir del 2025. Al parecer, este incremento (que alcanzó el 800% en algunos casos) no bastó para compensar los números en rojo. Recientemente, el Municipio dio a conocer que se registra un déficit mensual de aproximadamente $700 millones y que adjudican, en gran parte, al desfinanciamiento del gobierno nacional en materia de coparticipación, entre otros conceptos (como por ejemplo, la falta de subsidios al transporte urbano de pasajeros).
Contrario al optimismo que mostraban en febrero, cuando destacaron que más vecinos se volcaron a pagar el impuesto inmobiliario y/o EMOS de manera anual, ahora el foco está puesto en la baja recaudación de Comercio e Industria. Actualmente, el Municipio estaría recaudando un 40% menos de lo presupuestado en relación a este impuesto. A eso, se suman las presiones del Gobierno Nacional para que el sector financiero deje de pagar las tasas municipales.
El 50% de los recursos con los que cuenta el Municipio son propios. Es decir, vienen exclusivamente de los aportes de los contribuyentes a partir del pago de los distintos impuestos municipales. De ese total de ingresos, cerca del 23% correspondería a Comercio e Industria. El Banco Nación ha pedido a la Justicia que declare esta tasa como inconstitucional, algo que encendió las alarmas en el Mójica. En caso de un fallo a favor del banco, esto implicaría una pérdida de más de $1100 millones al mes para el gobierno de Río Cuarto. Este accionar de la entidad bancaria se ha replicado en otros municipios, en línea con la postura del Gobierno Nacional.
Una bola de nieve
En las últimas horas, Puntal informó que el Ejecutivo Municipal prevé una nueva toma de deuda en letras que alcanzaría los $2500 millones. Casi 6 meses después de la primera emisión (que ocurrió en los primeros 100 días de De Rivas al frente del Municipio), el gobierno local volverá a colocar deuda con el objetivo de reducir el déficit que data desde hace más de 9 meses. Y todo indica que el informe del primer trimestre de este año seguramente arrojará otro resultado negativo, especialmente por la caída de la coparticipación.
El año pasado, el Concejo Deliberante habilitó al Ejecutivo a tomar deuda hasta por $5 mil millones ($1000 de ellos correspondientes a un crédito del Banco de Córdoba y el resto a emisión de Letras del Tesoro). En octubre, el Municipio tomó deuda en letras por $2 mil millones aproximadamente, con el compromiso de terminar de sanearla en julio de este año. En abril se pagaría la primera cuota de los intereses y el resto del capital se devolvería a mediados de julio. Es decir, el Municipio emitirá deuda en Letras nuevamente, al mismo tiempo que deberá pagar sus primeros compromisos de la deuda contraída hace seis meses. Una bola de nieve que se irá acrecentando.
No obstante, el Municipio también planteó que avanzará en el achique del gasto, algo que ya inició a fines del año pasado con la reducción de gastos corrientes que se traducen en un ahorro de $400 millones mensuales. El intendente De Rivas ha pedido a las distintas áreas que establezcan sus prioridades para avanzar en los recortes de aquellos gastos de los que pueda prescindir la gestión. Aunque esta realidad también se advierte en varios municipios que denuncian un ahogo financiero por parte del Gobierno Nacional, en Río Cuarto se suman algunos factores como la campaña electoral del 2024.

No es novedad que, desde que se conoció el primer reporte que arrojó déficit en las cuentas municipales, circulan muchos discursos que apuntan al gasto de la campaña. No es extraño en un contexto en el que la ciudadanía reclama un “gesto” de parte del Estado y se muestra cada vez más reacia a la dirigencia política a la que tildan de “casta”, concepto popularizado por el actual presidente Javier Milei (quien, irónicamente, tiene un alto porcentaje de casta en su equipo de gobierno).
Aunque se intentan dar algunas señales de “austeridad”, también se han tomado medidas que no han caído bien en la población (más allá de que seguramente no tengan un impacto real en el presupuesto municipal). Por ejemplo, la designación de dos subsecretarías (Ambiente y Prensa) entre febrero y marzo. Un período que, además, se caracterizó por ser uno de los más complicados para la actual gestión a partir de las cuatro marchas que se llevaron adelante en reclamo por la inseguridad y el “impuestazo”.
Más allá de la toma de deuda (que desde el oficialismo resaltan como un instrumento a corto plazo para salir del déficit), la reducción del gasto implicará un gran desafío para la gestión y seguramente genere cortocircuitos en las respectivas secretarías, que se verán en la obligación de resignar ciertos programas o partidas para contribuir al equilibrio fiscal que proyectó el intendente para este 2025. Luego de tomar varias medidas antipáticas, De Rivas “pasará la gorra” en su gabinete para alcanzar el objetivo del equilibrio fiscal. Por ahora, más alejado de lo esperado.
