El Ejecutivo presentará un proyecto de ordenanza para “ordenar la actividad de trapitos, cuidacoches y limpiavidrios”. No implica una regulación ni un reconocimiento de la actividad pero apuntaría a atenuar las situaciones de conflictividad. En paralelo, en la Legislatura, se volvió a presentar el proyecto que busca prohibir la actividad en toda la provincia.
Foto portada: Andres Oviedo
Esta semana se hizo viral un video en el que Ornella, flamante egresada de la Universidad Nacional de La Plata, festejó su último final junto a Adrián, el cuidacoches que le guardó un lugar para estacionar durante sus cinco años de cursada. Luego de abrazar a sus amigos y empapada en engrudo, papel picado y esas mezclas extrañas propias de las recibidas, Ornella pidió ir a buscar a “Adri”, con quien entabló una amistad y quien se sumó a los festejos de la flamante abogada. Ornella aseguró que su título, más allá de ser un logro personal, también es de aquellas personas que la acompañaron en el trayecto, incluído el joven cuidacoches.
El video mostró una felicidad genuina entre la egresada y el “trapito” pero generó diversas repercusiones. Más allá de los likes y comentarios positivos, también hubo usuarios que cuestionaron a la joven por ser amiga de quien te “extorsiona” para pedirte dinero en la vía pública”. En sus redes sociales, Ornella se encargó de remarcar que Adrián “no es de esas personas y siempre te desea una buena jornada y te tira buena onda”, además de ser una persona “muy querida por los vecinos de la cuadra”. El debate, sin dudas, tiene múltiples dimensiones y en Río Cuarto, cuatro meses después del anuncio del intendente Guillermo De Rivas, se avanzará en una normativa para “ordenar” la actividad.
Este proyecto, que será presentado este viernes en el Concejo Deliberante, seguramente pondrá a Río Cuarto en los titulares de los medios provinciales, ya que varias localidades han testeado (y siguen testeando) distintas alternativas para afrontar el tema. A nivel provincial, el legislador de Mejor Futuro, Gregorio Hernández Maqueda, ha propuesto su prohibición en todas las ciudades de la provincia y ayer por la tarde volvió a presentar la iniciativa en la Unicameral. El año pasado, el proyecto había sido tratado pero fracasó por tener un “sesgo discriminatorio”, según el oficialismo y el resto de las bancadas que se opusieron a la iniciativa.
En Río Cuarto, se estima que hay entre 60 y 80 personas que se dedican a la actividad. Algunos puntos neurálgicos se encuentran en cercanías al ex Palacio de Justicia, en la zona del shopping Paseo de la Ribera y en Banda Norte, en Avenida Marcelo T. de Alvear y Chile. La subsecretaría de Desarrollo Social, así como la subsecretaría de Niñez, han realizado un relevamiento para conocer la situación de los trapitos, cuidacoches y limpiavidrios. En diálogo con Otro Punto, fuentes del Ejecutivo anticiparon que el proyecto no pretende hacer una “sobreactuación” como se ha hecho en Mar del Plata -cuyo intendente expresó que “con el trapito van a terminar puliendo los barrotes de la celda”- sino plantear una alternativa “realista”.
“Queremos hacer un instrumento balanceado y de sentido común. Ya tenemos identificados los focos con mayor nivel de conflicto pero no toda la actividad trae problemas. Esta ordenanza viene a traer un marco para un abordaje razonable en aquellos casos donde hay conflictos y desorden público”, manifestaron desde el Ejecutivo. De los relevamientos realizados hasta el momento, surge un dato cualitativo que el Municipio asegura que tendrá en cuenta a la hora de implementar la medida: “En esta actividad, hay personas valoradas y queridas por la comunidad, respetuosas. No vamos a ir contra todos porque sí, sólo contra aquellos que tengan una actitud inadecuada en la vía pública, amedrentamiento, presión o extorsión para obtener un rédito económico”.
No habrá una regulación, ya que no se propone habilitar o registrar a quienes ejercen la actividad. Tampoco habrá una medida “punitiva” al 100%. No obstante, el proyecto plantea una pata social que implicaría capacitaciones laborales y asistencia a quienes lo requieran. “La idea es abordar la situación de acuerdo a la conflictividad que se presente y de acuerdo a las denuncias de los vecinos”, señalaron desde el Ejecutivo y agregaron que “en ese marco, se ofrecerán oportunidades para que estas personas puedan reconvertir su actividad”.
En línea con lo que plantea el Código de Convivencia de la Provincia, la ordenanza no puede plantear grandes cambios, ya que la conflictividad en la vía pública (venga de quien venga) debiera ser abordada de igual manera por los efectivos facultados para intervenir en estas situaciones. El aspecto puntual que introduciría este proyecto tiene que ver con políticas sociales en materia laboral o de asistencia para trapitos, cuidacoches y limpiavidrios y enfocar el control en aquellas zonas neurálgicas en donde se registran mayores denuncias. “No es contra la actividad sino contra los conflictos que puede llegar a generar”, afirmaron desde el gobierno local.

El modelo de Capital ha servido de cierta inspiración para el proyecto que se tratará en Río Cuarto. El intendente de Córdoba, Daniel Passerini, ya “eliminó” a los naranjitas del Parque Sarmiento en dicha ciudad y avanzaría en distintos sectores de manera progresiva, a la vez que lleva adelante un proceso de reconversión de las cooperativas que nuclean esta actividad. En Río Cuarto, esa es una de las principales diferencias, ya que se trata de una actividad lisa y llanamente informal como, por ejemplo, la venta ambulante. En este sentido, instituciones como el CECIS ya se han pronunciado al respecto. En diálogo con Poster Central, el presidente del Centro Empresario, Iván Safadi, consideró que “no puede haber personas que se hagan dueños del espacio público, más allá del momento conflictivo social”.
“Una cosa es pedir una colaboración por la limpieza de un vidrio o el estacionamiento pero la ocupación permanente, con violencia en algunos casos o venta ilegal de productos, debe ser discutido. Así como tampoco está bien que un comerciante saque un cartel o mercadería en la calle y afecte a un peatón”, señaló el referente mercantil. Más allá de dar el visto bueno a iniciativas que apunten a controlar la actividad, desde el CECIS aseguran que el Estado local ya cuenta con herramientas para ordenar el espacio público y que en grandes ciudades se ha podido revertir la problemática.
El bloque Primero Río Cuarto ya había expresado su posición al respecto, luego de que De Rivas hiciera el primer anuncio de esta medida en la apertura de sesiones en febrero. El jefe de la bancada, Gabriel Abrile, manifestó que “hay que sacar a los trapitos de la calle pero hay que darles contención social” y apuntó también a que no haya vendedores ambulantes en la vía pública: “ Lo ideal sería que tengan otra salida laboral”. Entre las alternativas, Abrile había sugerido la conformación de cooperativas para “tener un trabajo digno y que el Municipio los pueda capacitar”.
Desde el Ejecutivo insisten en que es imposible “erradicar” la actividad pero que prefieren “resignar algunos puntos marketineros para hacer un abordaje serio”. Allí es donde se ponderaría el rol de la Guardia Urbana Local, así como los agentes de la dirección de Tránsito y de Espectáculos Públicos. En cuanto a las denuncias, se pondrá a disposición el programa Ojos en Alerta pero desde el gobierno municipal resaltan que “el abordaje social es tan importante como la parte del control y los acompañaremos porque sabemos que no hay que meter a todos en la misma bolsa. Este proyecto también tiene una faceta humana”.
En la Legislatura, sin medias tintas
Ayer por la tarde se presentó nuevamente el proyecto que busca prohibir la actividad de los “naranjitas” o cuidacoches en toda la provincia. El legislador de Mejor Futuro, Gregorio Hernández Maqueda, volvió a apostar a la iniciativa que, el año pasado, se vio frustrada en la Legislatura por tener un “sesgo discriminatorio”. El dirigente afín a La Libertad Avanza ha planteado que, en Córdoba, la situación está “desmadrada por un grupo de violentos que toma el control del espacio público” y aseguró que el proyecto pide “que nadie pueda cobrar por estacionar”.

“No todos los naranjitas son violentos pero el sistema está mal hecho porque se presta para la extorsión y la mafia. Son redes usadas por los delincuentes para comprar y vender droga o comprar información para cometer delitos”, consideró Hernández Maqueda, quien argumentó que debiera haber un estacionamiento libre y que, en caso de querer restringirlo, que los municipios puedan intervenir mediante una aplicación digital “y no con una persona que saca el pecho y te dice que son 2, 5 o 10 lucas”.
“Bancamos con impuestos a la Policía para que nos cuiden, a estas guardias urbanas que son estos autitos que andan dando vueltas, gastando nafta, tomando mate y usando el celular y, ¿aparte al naranjita?” planteó el legislador en diálogo con el Doce TV, horas antes de tomar revancha en la Unicameral para que el proyecto alcance los consensos necesarios. El dirigente aseguro que los naranjitas están en “situación de esclavitud”, ya que responden a los jefes de las cooperativas que los nuclean y que “se han hecho inmensamente ricos porque se quedan con el 80% de la recaudación”.
Hernández Maqueda apela a que su proyecto pueda tener otra recepción en el parlamento provincial, ya que en Capital se ha comenzado a intervenir en estas situaciones. “Valoro lo que está haciendo ahora el intendente Passerini pero tiene que haber igualdad ante la ley para todos, no para unos pocos. Y a él, los legisladores del peronismo no lo trataron de racista y clasista como a mí”, expresó.
