Semana difícil para ser peronista. El oficialismo recibió dardos por diversos frentes. La primera marcha en contra de la gestión De Rivas, una dura asamblea de la Sociedad Rural en contra de los aumentos tributarios de la Provincia y la primera baja en el Concejo Deliberante. Paula Dalmasso se mudó al Ejecutivo y Edith Rott (dirigente de Estudiantes y afín al empresario de la carne, Alicio Dagatti) asumió como concejala del oficialismo. Vamos por partes.
En los pasillos del Concejo Deliberante, era sabido que la (ahora ex) concejal no se encontraba muy a gusto en un rol en el que, en casi ocho meses, no logró destacarse mucho. Un denominador común que tienen la mayoría de los “outsiders” que ingresan a ámbitos legislativos es el silencio y bajo perfil una vez que están en funciones. Algo que contrasta con su participación en las campañas, cuando aquellas figuras “descontaminadas de la política” se mostraban más ponderadas por los equipos de comunicación y marketing y eran las caras visibles del equipo que acompañaba al candidato.
“No lo podemos creer”, dijo un dirigente oficialista a este medio cuando se filtraron los primeros nombres de la lista de concejales de Hacemos Unidos por Río Cuarto. En el primer y segundo lugar, no había nadie del peronismo. Los outsiders, que usualmente ocupaban algún lugar testimonial en la nómina, ahora estaban al frente. El empresario Gustavo Perlo como primer candidato a concejal y Paula Dalmasso en el segundo lugar. Nombres que, en su momento, se sospechó que serían inmediatamente incorporados al Ejecutivo. Con algo de delay, la profecía empieza a cumplirse.
A diferencia de lo que sucedió durante la primera gestión de Juan Manuel Llamosas (cuando la mayoría de las renuncias se debían a escándalos como el caso Simón y los cheques duplicados del Edecom), la salida de Dalmasso respondería a una cuestión de índole personal. Tal como lo planteó en su último discurso como concejal, Dalmasso aseguró que decidió “aprovechar la oportunidad” de sumarse al área de Educación.”Hace años que vengo trabajando en eso y es un sueño que tengo desde siempre”, dijo la edil antes de resignar su banca.
Pero no todo fue color de rosas y pese a que gran parte del oficialismo “fingió demencia” en su momento, hubo un hecho que dejó expuesta a Dalmasso en una situación que no fue irregular pero que implicó algún que otro reproche ético: su viaje a India durante el mes de noviembre. No fue algo menor si se tiene en cuenta que a la diputada radical, Gabriela Brouwer de Koning, su viaje a Disney le valió numerosas críticas. El pasado 19 de noviembre, Dalmasso arribó al país asiático a partir de un viaje espiritual grupal que bien podría estar asociado a una de sus actividades del ámbito privado (además de licenciada en Ciencias Políticas, es diplomada en Eneagrama, acompañante en Bio-Neuroemoción y coach ontológico profesional).
Aunque Dalmasso no hizo ostentación de su experiencia, las redes sociales hicieron lo suyo y las fotos compartidas por quienes participaron del viaje dejaron expuesta a la entonces concejala. Las imágenes con el majestuoso Taj Mahal de fondo no tardaron en circular por los grupos de Whatsapp del Concejo. La edil se ausentó durante casi tres semanas, mientras el Presupuesto 2025 y otras iniciativas como la regulación de Uber (que dependían de la comisión de Servicios Públicos que presidía Dalmasso) se debatían en comisión. Dentro del Legislativo, hay quienes sospechan que el tratamiento de esos proyectos se podría haber dilatado hasta mediados de diciembre para poder contar con el voto de la edil. Lo que a otros funcionarios les valió un fuerte tirón de orejas y hasta unos cuantos “memes”, no tuvo las mismas consecuencias para Dalmasso en el Concejo. El hecho tampoco repercutió en la mayoría de los medios locales. La sacó barata.
Contener a los propios en un momento en el que la ciudadanía cuestiona con efusividad el tamaño del Estado implica hacer un par de malabares. De alguna manera, el intendente se las arregló para que la primera baja de su equipo no sea tildada como tal sino como una “mudanza”, sin que esto implique una designación “pomposa” como la creación de una nueva secretaría o subsecretaría.
Sin desmerecer los aportes hechos por Dalmasso en el aspecto social y en la creación de la Mesa de Abordaje de Consumos Problemáticos, la ex edil quedó algo opacada en el tablero político del oficialismo. De ser la segunda en la lista de concejales a ocupar una tercera línea dentro del Ejecutivo. Su nuevo rol será el de responsable de las coordinaciones locales de Educación, un nuevo programa de descentralización que apunta a “mejorar la articulación institucional de las escuelas con otras instituciones de la ciudad”.
La nueva incorporación en la bancada oficialista es Edith Celina Rott, quien juró como concejala en las últimas horas. Es alguien que ya cuenta con experiencia en política y además integra la comisión directiva de Estudiantes de Río Cuarto. Cercana al empresario Alicio Dagatti, Rott también se desempeña como jefa de Recursos Humanos en Agropecuaria Transur, otro de los frigoríficos del próspero empresario de la carne (actualmente detenido por presunta participación en una asociación ilícita a partir del contrabando en distintos establecimientos penitenciarios de la provincia).
De su experiencia política en Río de los Sauces no hay mucho registro digital pero hasta el 2008 se desempeñó como secretaria de Hacienda. El entonces intendente Carlos Acosta y Edith Rott se encontraban imputados en una causa que investigaba la utilización de fondos provinciales (previstos para la construcción de un puente) para cubrir gastos corrientes del Municipio. Acosta estaba imputado por administración fraudulenta y malversación de caudales públicos y Rott, por peculado. En el 2016 y tras ocho años de investigación, en un juicio por jurado popular en los Tribunales de Río Tercero, ambos fueron absueltos. El fiscal Gustavo Martín ordenó que se investigue a su sucesor, Nestor Fabián Gigena, quien gobernó la localidad durante 16 años y quien además, era querellante en la causa.
La asunción de Rott transcurrió sin mucha pompa. Luego del discurso de despedida de Dalmasso, se le tomó juramento a la flamante concejal, quien procedió a sentarse en su banca y no emitió algún discurso en relación a sus expectativas en este nuevo rol. Desde el peronismo, aseguran que la nueva edil ya tenía vínculo con el círculo del intendente De Rivas, más allá de la buena relación que ha tenido el propio Alicio Dagatti con las últimas gestiones peronistas. Cabe recordar que, desde que Llamosas asumió en 2016, varias personas vinculadas a la Asociación Atlética Estudiantes tuvieron un lugar en el Palacio de Mójica: Javier Gabutti (quien presenció la jura de Rott), Iván Rozzi y actualmente Rodrigo Siravegna. El “León” ahora también cuenta con una banca en el Concejo.
Hoy finaliza una semana compleja para el oficialismo, que arrancó con la primera marcha en contra de la actual gestión municipal. La movilización en rechazo al “impuestazo” y en reclamo por más seguridad reunió a cerca de 500 personas en el microcentro de Río Cuarto. Contrario al espíritu de la convocatoria de los comerciantes, quienes querían evitar las “banderías políticas”, el reclamo tuvo el acompañamiento de distintos referentes de la UCR, el Frente Cívico, La Libertad Avanza e incluso del nazarismo. Ante alguna que otra consigna díscola a favor de Milei, los comerciantes y vecinos que marchaban pidieron evitar ese tipo de cánticos. Finalmente, se determinó que el próximo lunes habrá un cacerolazo afuera del Palacio Municipal.
La asamblea de la Sociedad Rural tampoco escapó a la “politización” (que no debiera ser un estigma, ya que el reclamo es esencialmente político). El lugar que dejó vacante el gobernador Llaryora y el ministro de Bioagroindustria lo ocuparon los legisladores radicales, quienes no escaparon al cuestionamiento de los productores agropecuarios por haber acompañado el Presupuesto 2025. El diputado Rodrigo de Loredo, con fuertes aspiraciones a gobernar la provincia en el 2027, mantuvo un discurso efusivo que, ante la apatía reinante, no movió el amperímetro de una escéptica dirigencia ruralista. Pensándolo bien, los peronistas no fueron los únicos que tuvieron una semana difícil.