Nombre del autor:Romina Mazzieri

Politóloga

El límite del treinta

El tropiezo bonaerense dejó al descubierto los límites claros del mileísmo, con un núcleo duro consolidado, pero incapaz de expandirse. La estrategia de blindaje interno y la tensión con las provincias anticipan un escenario de riesgo nacional

Otro relato que se derrumba

Milei llegó al poder prometiendo “terminar con la casta y la corrupción”. Hoy enfrenta un combo de expedientes que exponen la contradicción entre ese discurso y las prácticas que denuncia. No es “la vieja política contra Milei”, son hechos bajo investigación judicial que tocan su mesa chica y a los Menem, símbolo de privilegios, mediaciones opacas y negocios con el Estado.

Legisladores de cartón

Hay días (o incluso meses o años enteros) en los que la política argentina parece una parodia de sí misma. No hablo de chicanas de campaña ni de discusiones ideológicas legítimas; hablo de ignorancia, de desconocimiento elemental, de frases que hieren porque vienen de quienes deberían defender derechos y construir futuro.

Vetar la discapacidad: el ajuste más cruel

“¿Por qué no cierran si no cobran?”. Esa fue la pregunta que escuchó Carolina Armeloni más de una vez en el último año. Ella, referente de la Cámara de Discapacidad de Córdoba, lo tiene más que claro; si los centros de día cierran, hay personas que no comen; si los terapeutas dejan de atender, hay cuerpos que se atrofian. Si el Estado se retira, no hay reemplazo posible.

Demandas en tiempos de anarcopopulismo

El Estado, convertido en villano, es también indispensable. Se lo repudia en los discursos, pero se lo reclama en la vida cotidiana. Una problemática para investigar: negar aquello de lo que no se puede prescindir.

El ocaso de lo común

“Todo lo sólido se desvanece en el aire”, decía un ilustre pensador, y en estos tiempos pareciera que incluso lo más elemental, como es el vínculo entre ciudadanía, representación y sentido colectivo, también se disipa. Hace un par de noches, en plena celebración de la autodenominada “derecha fest”, me preguntaba qué es exactamente lo que se festejaba. ¿Es la victoria de una cosmovisión individualista? ¿Una revancha simbólica? ¿Una celebración de la antipolítica disfrazada de batalla cultural? Mientras tanto, del otro lado, el silencio, la fragmentación y una pregunta que me dejó inquieta luego de conversar con un amigo político de larga trayectoria: ¿Dónde se hace política hoy?

El precio de una banca

Comienza la partida final, solo quedan días. En el tablero cordobés, cada movimiento es una declaración de intenciones; avanzar, ceder o sacrificar. Las piezas no solo representan poder, también historia, ambición y ruptura. En esta campaña, más que ganar espacios, se juega el control del juego donde cada banca en disputa puede ser la clave del jaque final.

Contra las voces que no obedecen

En esta Argentina, los agravios ya no son deslices ocasionales. Son parte estructural del ejercicio del poder. Ya no se ve a un presidente desequilibrado o con estallidos emocionales, sino una estrategia deliberada donde el insulto opera como instrumento de control político y disciplinamiento social.

Yo tuve cáncer ¿Y vos?

¿Qué pasa cuando el Estado decide retroceder justo donde más se lo necesita? Esta es una historia personal sobre el cáncer, la burocracia y el miedo. Pero también es una advertencia pública sobre lo que implica desmantelar instituciones esenciales para la vida. Porque cuando enfrentás una enfermedad como esta, no hay tiempo para excusas ni recortes. Y lo que el Estado deja librado al azar, siempre vuelve. Siempre.

¿Qué define hoy lo políticamente legítimo?

La arena cordobesa es apenas un reflejo local de una disputa mucho más profunda y global, la que enfrenta a una representación política cada vez más erosionada con el avance de tecnologías que, al tiempo que democratizan la producción de contenidos, amplifican la desinformación y desconfianza. Nos encontramos ante una pugna estructural entre dos formas de concebir la comunicación; por un lado, la lógica institucional clásica, anclada en la formalidad de los actos y, por el otro, la lógica del activismo digital, que opera desde la disrupción, la viralización y la performatividad.

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