Sincronicidad: coincidencia de dos o más sucesos que no están relacionados causalmente, pero que tienen un significado similar. Según Jung, es un principio de conexión acausal, es decir, que los acontecimientos psicológicos internos están vinculados a los acontecimientos externos por coincidencias significativas.

Bob Marley conoce la música como tabla de salvación. Bob Marley quiere hacer un sonido que llegue a todo el mundo. Bob Marley hace malabares en su cocina, recibe un balazo que le roza el corazón y termina en su brazo. Bob Marley escucha desde lejos, en su habitación, la música de la película Éxodus. De ahí toma el nombre del que va a ser considerado el mejor disco del siglo XX. Bob Marley juega al fútbol como un niño felíz. Bob Marley siente sus raíces africanas, se le va la vida en eso. Bob Marley es abandonado por su padre blanco, lo mata un raro cáncer de piel vinculado a esa parte de la genética.
Sincronicidad/ Azar/Casualidad/ Coincidencia/ Destino/ Dios. Este filme no responde eso, la música en él tal vez.

Las películas sobre biografías nos han dado grandes producciones desde los inicios del cine, empezando con “La pasión de Juana de Arco” (“La passion de Jeanne D’arc”, 1928), pasando por “El ocaso de una estrella” (“Lady Sings the Blues”, 1972) sobre Billie Holliday, “Toro salvaje” (“Raging Bull”, 1980) sobre Jake LaMotta, “Amadeus” (1984) sobre Mozart. Hasta algunas más actuales tales como “I’m not there” (2007) sobre Bob Dylan, “Bohemian Rhapsody: La historia de Freddie Mercury”, entre muchas otras. “Bob Marley: One Love” (“Bob Marley: La leyenda”, 2024) se inserta en este listado.
Dirigida por Reinaldo Marcus Green, quién dirigió en 2021 “El método Williams”, la ‘biopic’ sobre el padre de las tenistas Venus y Serena Williams, una de las mejores películas de ese año. En esta oportunidad va a trabajar sobre la vida del cantante de reggae más popular de la historia: Bob Marley. La película aborda la vida del músico desde un hecho particular, cuando en 1976 sufre un atentado él y su mujer junto a su representante dentro de su casa. En medio de una Jamaica tomada por la violencia debido a enfrentamientos políticos, decide irse a Londres con algunos compañeros de la banda The Wailers.

Como biografía tiene puntos fuertes, la decisión de pararse desde las canciones y no contar su vida cronológicamente es un acierto. Sobre la música, su piedra fundacional de resistencia, está narrada la historia. Bob Marley resiste con su música la vida de Ghetto (Trench Town) y descubre allí valores que lo acompañan toda la vida. Luego será la voz que cuente sus problemas y su existencia con música. Muestra su disciplina, su ética y alegría que luego se acentúan cuando se une al culto Ras Tafari. Se le da espacio a la fé y muestra cómo ésta influyó en su música. El rastafarismo, su creencia en la justicia social y su crítica de los sistemas políticos y económicos como una Babilonia moderna serían pilares en su manera de interpelar el mundo. La película no acentúa las miserias humanas pero tampoco las evita. Se lo ve posesivo con su esposa Rita, en ocasiones violento con otros, severo en los ensayos y cierta soberbia. Por otra parte el actor que interpreta al músico, Kingsley Ben-Adir, lo hace de una manera impresionante. No son tan parecidos físicamente pero su manera de hablar, de bailar y de mirar hacen que se te olvide.

Como contracara, la biopic nunca llega a abordar la inmensidad de la leyenda que es Marley. Hay escenas que parecen demasiado armadas y alejan a la obra de la organicidad que puede tomar en los pasajes más íntimos.
No creo que la película vaya a pasar a la historia del cine, sin embargo quiénes no forman parte de la cultura reggae se van a encontrar con un artista que era mucho más complejo y profundo que la imagen de relax y playa que se construyó en torno a él. ¿Cuántos artistas conocemos tan sólo por los sonidos involuntarios que nos llegan? En su obituario de 1981 la revista Rolling Stone escribió: “La imagen más generalizada de Bob Marley es la de un rasta alegre, con un porro del tamaño de una medialuna apretado entre los dientes, fumado sin que le importe nada del mundo. Pero de hecho fue un hombre con sentimientos políticos y religiosos profundos, que salió de la indigencia para volverse una de las figuras musicales más influyentes de los últimos 20 años”. De los últimos 50 años. Tal vez su imagen se asemeja más a la de un revolucionario que a la de un pibe buena onda tirado en la arena. En ese sentido es un homenaje a sus convicciones y manera de ver el mundo.

Su nombre completo era Robert Nesta Marley. Su segundo nombre es de origen africano y significa “El Mensajero”. También en otras culturas tiene otros significados, como valiente, puro, digno. En todos los casos aplicaría a su figura. Sus canciones tenían un propósito. Llevaba un mensaje de paz, de unidad, de lucha, de denuncia. Con su muerte él mismo se convirtió en mensaje y cada una de sus canciones se puede seguir escuchando, ampliando capas de sentido.
Hoy me interpelan sus letras, en el mundo tan agresivo en el que estamos viviendo cobran más sentido. En su disco “Survival”, en la canción que lleva el nombre del disco, dice: “How can you be sitting there?/ Telling me that you care/ When everytime I look around/ The people suffer in suffering/ In everyway. In everywhere” (¿Cómo puedes estar sentado ahí?/ Diciéndome que te importa/ Cuando cada vez que miro a mi alrededor/ El pueblo sufre en el sufrimiento/ En todos los sentidos. En todas partes) y también “It takes a revolution to make a solution”.