El judo sube de nivel

Esta semana se inauguró la primera academia de judo de alto rendimiento con tatami olímpico en Río Cuarto. Los hermanos Baduy, provenientes de Río Negro, impulsaron la creación de un lugar para desarrollar futuros competidores de la ciudad con aspiraciones olímpicas. Cómo se gestó un proyecto unido por la familia, la pasión y la visión a futuro.

En Río Cuarto, un sueño de alto nivel empezó a tomar forma mucho antes de que el primer tatami olímpico se extendiera en la ciudad el pasado lunes. Todo comenzó con dos hermanos, los Baduy -Habib y Nayip-, que desde Cinco Saltos, en Río Negro, trajeron la experiencia y la pasión de años de competencia en judo. Más que una academia, construyeron un proyecto familiar donde chicos y jóvenes encuentran no solo un espacio para entrenar, sino una verdadera plataforma para soñar con competir en los escenarios más grandes del mundo.

Ese sueño se materializó con la inauguración de la primera academia de judo de alto rendimiento en el “Imperio”. Un hito que pone a la ciudad en el mapa provincial y nacional de esta disciplina y que abre una nueva puerta para talentos locales con aspiraciones de crecer deportivamente.

El lunes por la noche fue el momento elegido para cortar la cinta inaugural y dar la bienvenida al nuevo gimnasio de alto rendimiento especializado en judo de Baduy Judo Team, en Sebastián Vera 249. Entre los que dieron el presente, estuvieron dirigentes, sponsors, familia, amigos y otros deportistas como Emiliano Sordi -campeón mundial de artes marciales mixtas-, Luciano Ferrari -atleta especialista en salto en largo- y Facundo Márques -piloto de Turismo Nacional-.

El martes, Habib Baduy interrumpió su entrenamiento por unos minutos para hablar con Otro Punto. El judoca hizo una mirada retrospectiva sobre su vida, objetivos de este proyecto y lo que se puede generar tanto en Río Cuarto como en la provincia.

“Estamos muy contentos porque el judo es un deporte muy reconocido a nivel mundial y una forma de hacerle honor a eso es construyendo un lugar que esté a la altura del deporte. Fue sobre la base del esfuerzo de toda nuestra familia. Tuvimos mucho apoyo de toda la gente que nos quiere, y eso es muy importante”, comentó Baduy como reflexión inicial de agradecimiento tras lo vivido el lunes con el primer día oficial de la academia.

  • ¿Por qué una academia de alto rendimiento de judo en Río Cuarto?
  • Río Cuarto es una plaza, para mí, muy estratégica a nivel nacional. Estamos cerca de todo, tiene mucho poderío empresarial. Es uno de los pocos lugares en los que todo el mundo lee tus propuestas. Gente así no hay en todo el país. Este lugar está apoyado 100% por el sector empresarial. Por ejemplo, a la Federación Cordobesa de Judo les dije que no descuiden Río Cuarto. Nos conocemos, somos colegas y, si bien soy de otra provincia, entendieron que pueden desarrollar este lugar. Lo hizo Emiliano Sordi con la MMA. ¿Cómo puede ser que un deporte como artes marciales mixtas, tan complejo, se desarrolle tanto y algo mucho más básico como el judo no crezca?
  • Además, lo encarás con tu hermano. ¿Qué lineamientos siguen?
  • Está bueno, ambos estamos felices. Las cosas materiales en sí no me emocionan, sí por ejemplo ganar un torneo de judo, o hacer esto. Estamos haciendo fuerzas para que un deporte evolucione en una comunidad. Es un objetivo noble de darle una opción más a la gente de Río Cuarto. No hay que cerrarse, se necesita de todos los tipos de judo, las otras academias son muy buenas también pero nuestra idea es hacer foco en lo competitivo. Creo más en la especificidad, no se puede hacer todo junto.

Habib Baduy nació el 11 de abril de 1993 en Cinco Saltos, provincia de Río Negro, una localidad de poco menos de 30.000 personas en la actualidad, a 22 kilómetros de la ciudad de Neuquén y a 888 kilómetros de Río Cuarto. Allí, se inició de muy chico en el judo, disciplina muy practicada, sobre todo en el Club Atlético Cinco Saltos. “En la zona del alto valle como Neuquén y Río Negro hay mucho judo, se hacen provinciales de 700 competidores. Allí se asentaron buenos profesores enviados por la embajada de Japón en Argentina que fomentaron el judo en el país. Muchos se quedaron a vivir en el alto valle. Mi profesor Bernabé, que tiene casi 60 años de historia de judo en la localidad, aprendió de uno de esos japoneses y se alió a la FAIJ (Federación Argentina Intercolegial de Judo) que fue la primera federación argentina de judo. Mi sensei fue uno de los socios iniciales que se encargaron durante la primera parte del Siglo XX de desarrollar el judo”, relató Baduy sobre el por qué de la preponderancia de este deporte en su ciudad natal.

  • ¿Hace cuánto tiempo vivís en Río Cuarto? ¿Con qué judo te encontraste al llegar acá y cómo creciste?
  • Hace 14 años que vivo en Río Cuarto, desde 2011. Me encontré con un judo más orientado a la kata, fusionado con el jiu-jitsu tradicional y yo vengo más del deporte, del judo competitivo. Siempre tuve sparrings, me mantenía entrenando y compitiendo. Cuando llegó mi hermano se terminó el problema, porque desde que él nació tuvo el judo en su sangre. Por ahí yo entrenaba solo, hacía mucha técnica de sombra, que sucede cuando una persona no tiene sparrings. Estuve en otros clubes, me las rebuscaba. La prioridad era el estudio, pero hice el proceso de clasificación olímpica que no pude lograr. Hice torneos internacionales grandes, todo el circuito Sub-21 en Europa con apoyo del ENARD. Para Rio 2016 hice dos o tres torneos puntuables, para Tokio 2020 hice Panamerican Open con un quinto puesto. Era el número 1 de Argentina indiscutido en mi categoría. En la pandemia me retiré, porque no pude completar mi objetivo que era ir a un Juego Olímpico.
  • Dejaste el deporte pero volviste, ¿por qué? -Gracias a mis alumnos que tenía de la otra escuela en Indios Ranqueles, ellos me obligaron a mantener el vínculo con el judo. Cuando te retiras, te desapegas del deporte y no volvés más. Yo continué con ellos, pero estaba aburrido por no competir. El año pasado me agarró el presidente de la Federación Máster quien me propuso ir a Las Vegas al Mundial de la categoría. Gané un par de torneos y clasifiqué. Pude hacer podio en M1 de 30-34 años con mucha gente metida en el circuito internacional y olímpico. Contento por haber vuelto al máximo nivel y competir en senior. La idea es competir en cuatro o cinco torneos por año. Me encontré con un buen nivel de judo y lo estoy mejorando.
  • ¿Imaginabas volcarte también a esta parte de enseñanza?
  • No me imaginaba, me fue llevando el mismo deporte. Mi hermano me da una mano gigante, él tiene más paciencia, le da clases a los más chicos. Él tiene pedagogía a la hora de enseñar y yo no sé si soy el mejor profesor, pero sé de judo. El desafío ahora es desarrollar la parte competitiva, que le va a servir a la ciudad y a los referentes deportivos para traer torneos. En un Campeonato Nacional son 1.600 atletas, lo cual te da 3.000 personas en movimiento. Le sirve a la gastronomía y al turismo de la ciudad. Ese es uno de mis objetivos, traer torneos grandes a la ciudad.

De sur del país a sur de Córdoba, Habib Baduy trae consigo una filosofía tallada finamente por los valores del judo y por el lugar en donde se formó. Como Tandil y el tenis, como Paraná y el softbol, como San Juan y el hockey sobre patines, Cinco Saltos es una de las sedes más importantes del judo argentino. “Venimos de un lugar en donde se respira judo. Todo el mundo sabe las técnicas y el puntaje. Es muy importante para nosotros agarrar este espacio, tener una independencia, un lugar con identidad propia. No queremos mezclarnos con otros deportes, no porque cualquiera sea mejor o peor que otro, sino porque yo creo que Río Cuarto se merece un lugar en el que solo se encuentre judo”, afirmó con emoción.

Un punto a destacar de las metas de una academia olímpica de alto rendimiento es la posibilidad de formar atletas que lleguen alguna vez a los escenarios mundiales. Hay países, sobre todo en Asia, que logran posiciones de privilegio en el medallero olímpico por sus preseas ganadas en deportes de lucha como el judo.

  • Va mucho de la mano con la preparación física. Conrado Mainardi (preparador físico de años de trabajo en Uru Cure) me escribió para sumarse al proyecto. Me dijo que en sus viajes a Europa para formarse, siempre al lado de una escuela de levantamiento olímpico había un club de lucha y judo. El que viaja afuera y vuelve, se encuentra con que el judo es un deporte importante. En Francia hay 750.000 federados. En Rusia es el segundo deporte. En todo Europa del Este y Asia es muy relevante. En países de la ex Unión Soviética y ex Yugoslavia es el deporte más importante. Ellos te sacan tres oros en judo, y te salen cinco escalones por encima de Argentina en el medallero. Nosotros nos enfocamos en deportes por equipo que son más costosos, en donde hay que crear ligas, estadios. Y con un tatami y buen profesor de judo, se puede formar un medallista olímpico, como hace Japón, Kazajistán o Mongolia.

Antes de finalizar la charla y volver a su entrenamiento, Baduy sintetizó el profundo convencimiento que siente por este proyecto y lo que puede dar a futuro: “Tengo una obligación con el deporte de devolverle algo. Esta es mi forma de devolverle al judo todo lo que me dio. Yo soy todo lo que soy gracias al deporte”.

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