Un 6 de abril, pero de 2013, David Nalbandian se retiró de la actividad tenística. Sus últimos destellos en el tenis, el repaso de su carrera y “lo que pudo ser” para el rey sin corona.
La provincia de Córdoba ha entregado pocos pero muy buenos tenistas a lo largo de la historia. Uno de los primeros en trascender a nivel nacional fue Mariano Puerta, nacido en San Francisco. Con una corta carrera, Puerta llegó a la final de Roland Garros en 2005, lo que le permitió alcanzar el noveno puesto del ránking mundial.
Unos años antes, Agustín Calleri ya daba sus primeros pasos en el circuito. Oriundo de nuestra ciudad de Río Cuarto, Calleri ganó 2 títulos ATP, fue 16° del mundo y dejó un grato recuerdo representando a Argentina en Copa Davis.
En la actualidad, Juan Ignacio Lóndero (Jesús María) intenta recuperar el protagonismo que tuvo en 2019, cuando ganó el ATP de Córdoba. Por último, Gustavo Fernández es uno de los máximos exponentes del tenis en silla de ruedas. El nacido en Río Tercero se consagró campeón en 5 Grand Slams y fue 8 veces finalista.
Pero, a la hora de repasar tenistas cordobeses que han dejado huella, el nombre de David Nalbandian es inevitable. Este domingo se cumplen 12 años del último partido profesional del nacido en Unquillo. Un 6 de abril, pero de 2013, el “Rey David” se retiró para siempre de la actividad tenística.
El último zarpazo por Argentina
El escenario fue el Parque Roca, en Buenos Aires. Una Argentina sin Juan Martín del Potro recibía a Francia, por los cuartos de final de la Copa Davis. El equipo francés era temible: los singlistas eran Jo Wilfried Tsonga, Richard Gasquet (ambos Top 10) y Gilles Simon (13°). Por si fuera poco, la pareja de doblistas era la número uno del mundo, Michael Llodra y Julien Benneteau.
En el primer punto, Carlos Berlocq luchó ante Tsonga, en cinco sets. Gasquet no jugó por una lesión, siendo reemplazado por Simon, quien perdió contra Mónaco. Con la serie 1-1, Argentina se veía prácticamente obligada a ganar el dobles contra la mejor dupla del planeta.
Ahí emerge la figura de Nalbandian, conformando la dupla argentina junto a Horacio Zeballos. La pareja nacional dio la sorpresa ante Llodra y Benneteau, ganando por 3-6, 7-6, 7-5 y 6-3. Sin saberlo, el cordobés daba su última batalla en representación de Argentina.

Al día siguiente, Mónaco fue despachado por Tsonga, aunque Berlocq logró un histórico triunfo ante Simon. Fue el recordado festejo de “Charly” rompiéndose la remera, justo en el momento en que Argentina festejaba la clasificación a semifinales de la Copa Davis, donde esperaba República Checa.
En vistas a la serie de noviembre en Praga, Nalbandian se sometió a una doble operación de cadera y hombro derechos, en Barcelona. Pero la rehabilitación no fue exitosa y el “Rey David” no pudo recuperarse del hombro, lesión que lo complicaba para sacar. A raíz de eso, el unquillense terminaría retirándose del tenis profesional, anuncio que hizo oficial el 1° de octubre de ese 2013. Dos semanas antes, finalmente Argentina fue barrida por República Checa, país que a la postre terminó consagrándose campeón.
Un 3 del mundo que siempre dio la cara por Argentina
Que el último partido de David Nalbandian haya sido en la Copa Davis tiene tinte de poético. Es uno de los argentinos con mejor porcentaje de victorias, muy cerca de Guillermo Vilas, el más ganador en singles. Nalbandian cuenta con un récord de 38 victorias y 11 derrotas, contabilizando encuentros individuales y de dobles.

Aún en las finales que la Selección Argentina perdió, Nalbandian siempre dio la cara. En 2006, ganó sus dos partidos ante Rusia, derrotando a Marat Safin y Nikolay Davydenko. En 2008, contra España, barrió a David Ferrer. Y en 2011, también frente a los españoles, ganó el dobles junto a Eduardo Schwank.
Pero la Copa Davis no fue el único terreno en el que Nalbandian se destacó. El 20 de marzo de 2006, con 24 años recién cumplidos, llegó a ser 3° en el ránking ATP. Fue un año antes de ganar 2 Masters 1000 en 2007: Madrid y París. En total, se consagró campeón en 11 torneos en el circuito.
En el mencionado Masters 1000 de Madrid, en 2007, hizo historia. Fue el tercer jugador en la historia en derrotar a los tres primeros del ránking mundial en la misma semana. Venció a Rafael Nadal en cuartos de final, a Novak Djokovic en semifinales y a Roger Federer en la final.
Logró su mayor título en el Torneo de Maestros 2005, disputado en Shanghái. En ese torneo, derrotó a Guillermo Coria en fase de grupos. Luego, venció a Nikolay Davydenko en semifinales. Y, en la final, superó a un Roger Federer que parecía invencible.

Es el único tenista argentino, en toda la historia, que logró llegar a semifinales en los cuatro Grand Slams. Llegó dos veces a esa instancia en Roland Garros (2004 y 2006), una vez en el Abierto de Australia (2006), una vez en el US Open (2003) y una vez en Wimbledon (2002).
Lo que pudo ser
En esa edición de Wimbledon, Nalbandian llegó a la final, en la que cayó en sets corridos frente a Lleyton Hewitt. El no haberse consagrado campeón de ningún Grand Slam es, junto a darle a Argentina una Copa Davis, una de las cuentas pendientes que quedaron en la gran carrera del “Rey David”.
Hay una sensación generalizada en el mundo del tenis. Ex tenistas, tenistas actuales, periodistas y público coinciden en que la carrera de Nalbandian quedó en “lo que podría haber sido”. Nalbandian tenía un juego que llegó a ser dominante y que se ganó los elogios del mejor Roger Federer.
Lesiones, finales perdidas y hasta afición por otras actividades son algunas de las variables que caracterizaron la carrera del mejor tenista cordobés de la historia. Probablemente, podría haber conseguido mucho más de lo que ganó. Pero su huella y legado ya son permanentes en el prontuario tenístico argentino.
