El sueño cumplido de volar alto

Candela Ruffino analizó la temporada debut del club Gorriones en Liga Nacional Femenina, la máxima categoría del básquet en todo el país. Luego de casi 10 años de muchas experiencias jugando este torneo en distintos clubes, llegó la oportunidad de representar a Río Cuarto en los grandes escenarios. Los detalles de cómo se gestó la posibilidad de su vida para una jugadora estratégica, que lleva su rol docente a todas partes.

Fotos: Santiago Mellano

“Volar alto, haciendo historia” es el lema principal de Gorriones. El club de barrio Santa Rosa ha tenido un marcado ascenso competitivo en los últimos años y, sin dudas, se ha metido en los libros deportivos de Río Cuarto. El lema se ha cumplido.

Las tribunas del estadio de básquet, sobre calle Alberdi, están vacías un lunes poco después del mediodía. Pero han sabido estar colmadas, con gente sentándose al borde de la cancha, niños corriendo a los costados y desviando alguna pelota hacia dentro del campo de juego. Gorriones ha generado una revolución en el básquet local por su participación inédita en la Liga Nacional Femenina, la máxima competencia en todo el país.

Hoy todo está más calmo. Ha terminado la primera temporada del club riocuartense en el gran escenario del básquet femenino nacional. Solo una persona está esperando para adentrarse en los recuerdos de lo que fueron meses frenéticos: Candela Ruffino, una de las referentes del primer equipo y quien cumplió uno de los sueños de su carrera deportiva.

La pívot del conjunto riocuartense ha pasado por muchos equipos en competencias nacionales como la Superliga, Liga Federal y Liga Nacional desde hace casi 10 años (véase su trayectoria deportiva al pie de la nota). Siempre en búsqueda de oportunidades fuera de la ciudad, finalmente llegó la tan esperada posibilidad de representar a un club de Río Cuarto.

Gorriones culminó el Torneo Clausura, donde alcanzó las semifinales de la conferencia norte y cayó en tres juegos ante Instituto de Córdoba. En el Apertura, logró meterse en el final four y quedó como el cuarto mejor equipo del país. Una actuación superlativa para ser su temporada debut. Con el certamen finalizado, la mayoría de las jugadoras que fueron refuerzos regresaron a sus respectivos lugares de origen. Candela, por primera vez, fue de las que se quedó.

– ¿Cómo han sido estos primeros días después de finalizar el torneo? ¿Qué sensaciones te han quedado?

– Es la primera vez que en lo personal me pasa de ser de las que se quedan en el club, porque siempre que finalizo una Liga yo era de las que me iba a mi casa de nuevo, entonces esto fue como distinto. Por primera vez me toca verlo de esa forma, de despedir yo y que no me despidan. Pero muy bien, tuvimos una muy buena serie de semis, pero era una realidad que Instituto estaba un poco mejor que nosotros. Creo que hicimos un papel muy bueno frente a las circunstancias, fuimos muy competitivas, pudimos llevarnos un partido jugando a un altísimo nivel y perder el último por dos puntos. Como siempre con Instituto podía ser para cualquiera de los dos y así lo fue. Cerramos un ciclo largo y muy intenso en todo sentido, pero con sensaciones muy lindas de que es el inicio de mucho más. Obviamente nos despedimos de las compañeras, compartimos un montón de tiempo, es raro. En lo personal, ya necesitaba un descanso.

– Se generó una familia dentro del club: hinchas, dirigentes, cuerpo técnico, jugadoras, sobre todo con las que vinieron desde afuera. ¿Cómo fue esa despedida?

– La verdad que fue muy intenso, porque por lo menos yo en lo personal lo veo muy emocional a todo. Me siento identificada, la gente acompaña, entonces eso se siente de otra forma. La despedida fue linda, nos juntamos a comer con toda la dirigencia ampliada, toda la comisión, que son los que están detrás de nosotras permanentemente. Se hizo un cierre y compartimos una última comida con todo el equipo después de todo lo vivido. Algunas de las chicas esa misma noche se fueron y las otras se quedaron unos días más, pero ya empezaron a irse cada una a su casa. Como te digo, fue raro para mí porque es la primera vez que me toca ser de las que se quedan, pero se dio así.

– Ahora que sos una de las que te quedás acá, ¿cómo se continúa el día a día en el club?

– Tomé unos días de descanso para aflojar tanto el cuerpo como la cabeza de todo este proceso y ahora vamos a volver con el equipo local. Más que nada para mantener, mejorar quizás algunas cuestiones físicas para llegar de la mejor manera a una futura Liga y tratar de todos modos, dentro de esos torneos que nos toca jugar, ser competitivas. Buscamos campeonar en el torneo local para mantener esta racha que venimos teniendo de varios años y en el provincial intentar lo mismo. No hay nada definido, es súper incierto en todo sentido, como siempre en el femenino. En el momento que se dé, jugarlo con las chicas del club sobre todo para que puedan tener minutos, porque vienen de mucho tiempo entrenando sin tener posibilidad de jugar y se merecen disfrutar también el básquet desde la cancha y no solo de acompañar al equipo. Quien te dice, nos traemos otra copa más.

La gran oportunidad de volar

A mediados de julio de 2024, Gorriones se coronó campeón de la Liga Provincial por primera vez en su historia en una histórica noche con triunfo en el “Ángel Sandrín”, estadio de Instituto en Alta Córdoba. A partir de ese logro, el elenco “tricolor” apuntaba a disputar nuevamente la Liga Federal -como lo hizo en 2023-, pero ante un formato complicado del torneo, se planteó la posibilidad de escalar aún más alto.

– ¿Cómo viviste ese tiempo, post título provincial, en el que se da la oportunidad de jugar Liga Nacional con Gorriones?

– Nunca ni siquiera lo imaginé. Tenemos con Vale (Numa) una conversación cuando salimos campeones provinciales, diciendo que no queríamos parar, con la idea de jugar un posible Federal, que esa era la opción. Teníamos un muy buen equipo. En ese momento estábamos diciendo que íbamos a jugar un federal y ya venían propuestas de Liga de otros clubes porque se jugaba casi en simultáneo. Yo quería ir a jugar la Liga, pero si con nuestro equipo jugamos el Federal y clasificamos, me quería quedar. Estábamos pensando en qué hacer. Cuando surgió la opción de jugar Liga acá, fue algo que no lo dudó ninguna de las que estaban en el equipo porque hay una pertenencia muy grande por el club también. En algún momento se transformó el Federal en: vamos directamente a la Liga Nacional.

– ¿Implicó temores, miedo por no estar a la altura de ese gran desafío?

– Yo sabía que el club estaba a la altura. La verdad que todo lo vivido en el Provincial, para mí como jugadora, fue muy lindo porque, sinceramente, yo no vi en otros clubes tanta seriedad como estoy viendo hoy acá. Me saco el sombrero con la dirigencia porque en muchos equipos de Liga Nacional ni siquiera se llegaba al nivel de seriedad que tuvimos en el Provincial nosotros y así pensamos en jugar el Federal primero. Lamentablemente, la Liga Federal es un torneo que para mí va a desaparecer si sigue así porque cada vez se le da menos importancia, dura tres fines de semana y se acaba. Y estamos hablando del segundo torneo a nivel nacional. Es lamentable. Que un club te diga, no, vamos directo a la Liga porque no nos sirve jugar esto, debería ser un indicio. El esfuerzo y el gasto no se reditúa, debería ser para cuestionar. Pero yo nunca tuve duda de que iba a estar más que a la altura del club.

Final Four en el Apertura, semifinales de conferencia en el Clausura, efectivamente estuvieron a la altura. ¿Imaginabas estos resultados?

– En el momento en que se armó el equipo supe que íbamos a ser competitivas porque el ADN de Gorriones es así, se contagia mucho. Pero no, jugar un Final Four no. Cuando se fue dando el fixture y vi los otros equipos, me empecé a ilusionar porque la realidad es que la zona que nos toca a nosotros está más abajo de nivel y nos permitió ser más competitivas. Sí me quedó la espina de poder cruzarnos con más clubes de la zona sur porque tuvimos una sola oportunidad que fue contra el campeón y que, claramente fue muy superior a nosotras. Pero me hubiese gustado poder jugar contra un Rocamora, contra Unión Florida y ver qué tan lejos estamos de esos equipos, de los top. Pero bueno, eso es una cuestión de formato que no se nos habilita.

– ¿Cómo pensás que tendría que ser un ideal de formato de torneo?

– Creo que para que crezca el básquet y, sobre todo en el interior, como fue el torneo anterior, creo que está muy bueno que jueguen el Apertura por zona, pero el Clausura todos contra todos. Eso permite, primero, más volumen de partidos porque te aseguras más de 20 juegos en un torneo y eso es altísimo. Imagínate que un Provincial y local acá no llegas a 15 partidos en todo el año. Además porque te permite jugar contra jugadores de otro nivel y eso es lo que te hace ver dónde estás, qué tenés que mejorar y cómo ir creciendo.

Una década de experiencia

– ¿Qué has podido sacar, más allá de esta experiencia de esta temporada, en todas tus ligas nacionales a nivel personal? ¿Qué tipo de jugadora sos hoy?

– En general, muchas vivencias. Fueron ya nueve años de jugar en distintos clubes y distintas experiencias que son cosas que me quedan para toda la vida. Desde lo deportivo, creo que si comparás a la Cande que se fue por primera vez a Talleres de Paraná con 20 años y la de hoy con 30, soy una jugadora totalmente distinta. Es cuestión de que uno va madurando también un montón de cosas y empieza a tener más lectura de las situaciones. Físicamente en ese momento corría para todos lados, que hoy no lo hago por una cuestión lógica del desgaste y de mi rol de juego, pero creo que he podido crecer en otros aspectos que me permiten quizás tener otro peso dentro de la cancha hoy que no lo tenía en ese momento. Hoy tengo más lectura y también más recursos técnicos que uno va ganando con jugar, las mañas que uno va ganando dentro de la cancha.

– Sacando la temporada de Gorriones de Liga Nacional, ¿con cuál de esas experiencias te quedás?

– Es imposible elegir una. Cada una tiene algo tan propio que la hace única. Qué sé yo, si me pongo a pensar, en la de Santiago del Estero deportivamente no fue buena porque nos fue muy mal, pero fue mi primera Liga, entonces tiene un gustito particular. En Ameghino fue una Liga hermosa, un grupo fantástico que nos costó despedirnos. La de Berazategui también fue muy linda porque para mí significó mucho jugar en un club de esa jerarquía, que me llamaran de un club así. No sé, la de Ferro, volver post-pandemia… pero si tengo que elegir una creo que me quedo con la de Gorriones, sin dudas.

La docente del equipo

Egresada de la carrera de Educación Física en la Universidad Nacional de Río Cuarto, Candela fue abanderada de la Facultad de Ciencias Humanas. Hoy se desempeña como docente de las cátedras de Fisiología y Básquet, además de haber tenido experiencia como profesora en distintos clubes con categorías formativas, tanto masculinas como femeninas.

– ¿Te gusta el enseñar, transmitir ese conocimiento?

– Sí, me gusta. Las chicas del equipo que sea y ahora también, se ríen porque yo siempre voy con los libros a los viajes. Sea lo que sea, yo estoy estudiando, leyendo algo, la verdad que es muy importante para mí el estudio, lo disfruto un montón, es algo que realmente me gusta tanto como venir a entrenar. Por eso he logrado también tener otros méritos en lo académico y hoy también desempeñarme como docente, algo que me encanta. Hoy priorizo siempre que puedo jugar, por una cuestión de que tiene una fecha de límite, pero en un futuro me veo más abocada a ese rol docente.

– ¿Saben tus estudiantes la carrera que has tenido como jugadora?

– Los que son del palo sí lo saben. Hay algunos que capaz ni se enteran porque es dentro de un profesorado de Educación Física, donde el básquet es uno de los deportes que ven, pero la mayoría después termina enterándose que juego. Cuando se enteran, me piden mucho jugar.

Un camino que inicia

– ¿Qué significó para vos esta experiencia de Liga Nacional con Gorriones? ¿Está la posibilidad de participar de la siguiente edición?

– En el momento en el que se habló de la posibilidad de jugar de Liga, yo no me la creía. Cuando se dio fue como que se cumplió un sueño que ni yo sabía que tenía. Realmente fue algo tremendo para mí poder jugar una Liga Nacional en mi casa. Si bien no es mi club de origen, yo lo siento como propio hoy. Ver la tribuna y que siempre esté mi familia fue fabuloso. No tiene comparación. Si bien todas las Ligas las disfruté un montón, esta fue especial. Quizás porque estoy más grande también, pero fue muy linda. Ahora nos enfocaremos en el local, en el Provincial y aspirar a llegar de la mejor manera posible a la próxima Liga. Todavía no hay nada hablado, pero seguramente sí la disputemos.

Trayectoria de Candela Ruffino a nivel nacional

2016: Talleres de Paraná (Superliga)
2017: Ciclista Olímpico de La Banda, Santiago del Estero (Liga Nacional) – Montmartre de Catamarca (Liga Federal)
2018: Ameghino de Villa María (Liga Nacional) – Bolívar de Carlos Paz (Liga Federal)
2019: Tomás de Rocamora de Concepción del Uruguay, Entre Ríos (Liga Nacional) – Red Star de Catamarca (Liga Federal)
2021: Ferrocarril Oeste y Catamarca Básquet (Liga Nacional) – Red Star (Liga Federal)
2022: Catamarca Básquet (Liga Nacional)
2023: Deportivo Berazategui (Liga Nacional) – Gorriones de Río Cuarto (Liga Federal)
2024/25: Gorriones de Río Cuarto (Liga Nacional)

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1 comentario en “El sueño cumplido de volar alto”

  1. Maria Celia Ferrer

    Excelente nota…con contenido variado y con facetas que se desconocían de una gran jugadora qué hemos seguido durante todo el torneo, no solo a ella sino a todo el equipo a través de basquetpass. Felicitaciones a gorriones y al periodista. 🙌

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