Superliga de Básquet Recreativo
Figuritas en acción
La Superliga de Básquet Recreativo convocó a mediados de 2023 a ex jugadores y a jugadores que no participan de torneos asociativos para que se reencuentren con el deporte. Hoy, es un boom. Se transformó en el plan ideal de domingo para muchas familias ¡y hasta tiene un álbum de figuritas propio! El fundador Luciano Rodríguez contó cómo creció el certamen.
Domingo al mediodía. Mientras algunos prenden el fuego para el asado y se toman unos mates, otros eligen pasar el día de descanso en una cancha de básquet. Al llegar, se ven las tribunas con los primeros espectadores. Hay chicos jugando con sus pelotas naranjas, y otros intercambian figuritas que se apresuran a pegar en el álbum. “¡Me salió papá!”, se puede escuchar por ahí. Sí, la Superliga de Básquet Recreativo tiene su propio álbum de figuritas y, para regocijo del público, cualquiera puede verlos en acción cada fin de semana.
Río Cuarto y el básquet tienen una trama con muchos capítulos a lo largo de su historia. La ciudad ha vivido grandes momentos con este deporte, desde las participaciones nacionales de Asociación Atlética Banda Norte en la década de los 80’, pasando por la de Acción Juvenil a inicios de siglo y la del femenino de Gorriones recientemente. Es una ciudad en la que siempre se respiró básquet.
El amorío con la “americana” se traduce hoy en la Superliga de Básquet Recreativo, todos los domingos. Se trata de un torneo recreativo, como su nombre lo indica, creado a mediados de 2023 por Luciano Rodríguez, ex basquetbolista y periodista de la ciudad. “Lucho”, para quienes lo conocen de años de partidos y coberturas, vio una necesidad entre sus ex colegas. Muchos querían volver a jugar y sentir nuevamente el rigor competitivo, sin las demandas que genera el día a día de un club. Con grupos de amigos que se juntaban a tirar a un aro pero no tenían dónde demostrar sus habilidades en competencia, nació la Superliga.

– ¿Cómo se dio el surgimiento del proyecto?
– Al principio yo veía que había equipos de maxi básquet, o había algunos clubes que estaban haciendo básquet recreativo, que alquilaban sus canchas para los chicos que tenían ganas de jugar. Veía que había ciertos grupos, que había un movimiento. Después algo que yo noté también es que, por ejemplo, iba por la calle y veía muchos chicos con camisetas de NBA, o tirando en las plazas donde hay estructuras de básquetbol, jirafas, aros. Empecé a ver por las redes que había algunos pueblos que habían empezado a juntarse, a tirar el aro, o a practicar básquet. Dije, qué loco, se podría armar algo, a ver qué se puede gestar. Voy a comunicarme con esta gente, con estos chicos, para ver qué se puede hacer. Me encontré con un amigo en Adelia María que me contó que se estaba formando algo, y bueno, hablando con uno, hablando con otro, pensé en algún torneo o alguna organización para nuclear a todos estos equipos y hacer un torneo recreativo.
Luciano se contactó con aquellos interesados en formar equipos y participar de lo que sería el primer torneo de la Superliga de Básquet Recreativo. Se formaron 8 planteles. Del 0 al 100% del torneo se llegó con rapidez, en tan solo dos meses se armó una estructura de certamen, un equipo de trabajo alrededor, fixture y sedes para su disputa.
La Superliga no se planteó como un certamen más. Su fundador quiso darle todo el color de un espectáculo no solo deportivo sino también familiar y tribunero. En redes sociales, el torneo presenta los highlights de cada partido, entrevistas a los MVP de los encuentros con premios de distintas marcas, y sorteos para el público. Antes de cada juego, se realiza la presentación de los jugadores al estilo NBA. La Superliga probó suerte en los primeros meses y con velocidad se asentó como un gran plan de cada domingo uniendo el básquet y la familia.
“Ya pasaron varios torneos de la Superliga, la gente está muy contenta y, lo mejor de todo, que fue una sorpresa desde el primer día, es el acompañamiento de la familia. La gente que se acerca a la cancha, hijos que se acercan al deporte gracias a que su papá juega en la Superliga, o que se acercan a un club, no solamente a jugar el básquet, sino que se acercan a los clubes, porque su papá está vinculado a una comisión, o al equipo recreativo de ese club. Yo soy un agradecido, y estoy sorprendido de la convocatoria de la familia para cada fecha de la Superliga, desde el inicio hasta el día de hoy”, expresó con emoción Rodríguez.
Un torneo que arrancó con 8 equipos, ahora tiene más del doble. Son 17 los que participan en este 2025, divididos en Zona A (primera división) y Zona B (segunda división). El éxito de las primeras ediciones atrajo más interesados a querer competir en la Superliga.

– ¿Imaginabas ese crecimiento en tan poco tiempo?
– No lo imaginaba desde el inicio, pero ni bien fueron pasando las temporadas de la Superliga, las consultas por redes sociales no tardaron en llegar. Equipos de todos lados preguntan cómo son las condiciones, cuáles son los requisitos para poder participar, hasta me han hablado de otros lugares para hacer una especie de franquicia de la Superliga en otras localidades, en otras provincias. Creo que eso es un indicio de que por ahí las cosas se están haciendo bien y que, tratando de respetar una cierta organización y haciendo las cosas prolijas, todo el mundo está contento y agradecido de tener la oportunidad y el espacio para poder jugar al básquet. Aquellos que alguna vez han jugado de chico o aquellos que han dejado de jugar a nivel oficial, con el paso del tiempo tienen posibilidad de volver a jugar al básquet, que su familia lo acompañe y lo vea, así que yo estoy súper orgulloso de eso.
– ¿Qué destacó a la Superliga en estos años?
– Creo que en cuanto a nivel organizacional, y hablo desde el desconocimiento, no sé si en los torneos oficiales tienen el tiempo de planificación de la fecha que ya tiene la Superliga. Por ejemplo, en febrero ya están dispuestas las fechas para poder organizarse en cada equipos, así sean 16, 25, la cantidad de chicos que fueran. El técnico puede ver con cuántos jugadores cuenta tal fecha, porque viene uno y dice, no, yo tal día tengo un viaje y no estoy. Esto al ser 100% recreativo tiene esa flexibilidad. Obviamente de esto salen favorecidos los equipos que tienen más cantidad de jugadores en la lista de buena fe, pero ya los jugadores con las fechas estipuladas pueden organizarse, ya el técnico puede planificar con qué jugadores cuenta. Ese es un punto a resaltar de la Superliga. Solamente una vez en la historia se tuvo que postergar un partido por una cuestión de goteras en una cancha, pero nada más. En ninguna de las ediciones de Superliga se ha suspendido un partido. Por otro lado, el tema show, visibilización, redes sociales, cuentas periodísticas, acompañamiento en redes, en prensa, yo creo que eso es un gran punto de valor porque es lo que yo imaginé que me hubiese gustado presenciar en mi época de jugador. Es algo para destacar que, por lo menos de mi parte, he intentado hacer y que el resto de los jugadores lo perciben.
– ¿Cuán importante es el acompañamiento familiar en la cancha? ¿Qué significa para vos volver a ver tribunas llenas de gente viendo básquet?
– Se ha puesto de nuevo en valor eso de ir a la cancha en Río Cuarto. Creo que también ese es el punto alto que tiene la Superliga, el acompañamiento de la familia. Siempre le buscamos la vuelta para que la familia esté presente, mediante un premio, un sorteo, fechas especiales como el Día del Padre, el Día de la Madre, o el Día del Niño. Siempre se ha celebrado de una manera distinta, amena. Creo que también hay como una energía especial en el que la familia puede pasar una linda jornada. Mientras su hijo ve al padre jugar al básquet, o su mujer ve a su marido jugar al básquet, su hijo a lo mejor puede entablar una conversación, puede hacerse amigo con otro niño de otro equipo, o simplemente pasa una tarde a puro básquet. Mientras están los otros partidos, la familia ve a otros equipos, su hijo puede jugar y tirar al aro con otros chicos. Así se han generado amistades entre familias. Hay como una función social en cuanto a la calidez de lo que se vive ahí.

– Hasta crearon un álbum de figuritas, ¿cómo algo tan analógico llama tanto la atención en un presente tan digital?
– La intención es crear algo para la interacción social. Ya no solamente los hijos o las familias están metidas con el tema del álbum de figuritas, ya el hecho de haberse ido a sacar la foto, de poder tener una figurita que no solamente le peguen el álbum, le peguen un termo, la pueden pegar en cualquier lado, tener tu propia figurita. Ahora lo que se ha puesto de moda con la última edición del álbum, es que hay algunos niños que van y hacen firmar la figurita por el propio jugador, así que eso ya es un plus que le da a los jugadores un momento de fama. Pero lo que se ha generado con el álbum es muy lindo, porque lo que se busca es lograr la interacción de la familia.
La meta: Que el básquet crezca en la región
Desde su primera edición a mediados de 2023, la Superliga tuvo como participantes a equipos conformados en pueblos del sur cordobés. Los pioneros fueron los Pericos de San Basilio y Levalle Basket, pero con el tiempo se fueron sumando desde otros pueblos. En algunos casos, fue el propio torneo el que impulsó que en determinados lugares se reavivara la práctica del básquet.
– ¿Cómo ha sido la recepción de la Superliga en otros pueblos?
– Exceptuando Sporting Club de Sampacho, que es una institución muy importante en la Asociación de Río Cuarto, con respecto a los demás pueblos no había mucho antes. General Cabrera supo tener básquet, pero hacía un tiempo ya que había dejado de practicar. Es más, agarraron la posta los chicos de Independiente Dolores de reestructurar el club, armar una escuela, divisiones formativas. Están trabajando muy bien y muy entusiasmados. En buena hora que se hayan podido sumar a la Superliga para darles el empuje que a lo mejor necesita la disciplina en la ciudad. Con respecto a San Basilio, presentó un equipo que desde el inicio de la Superliga sigue vigente, están súper entusiasmados. General Levalle no estaba participando de ninguna competencia, simplemente eran unos chicos que les gustaba el básquet y se juntaban con amigos del barrio. Les comenté la idea de la Superliga, se prendieron, están desde la primera edición y pudieron armar la escuelita de básquet. Tienen algunos equipos de formativas, tanto en masculino como en femenino, así que yo lo celebro muchísimo. También Adelia María, que el año pasado logró armar su equipo para participar de la Superliga, y ya este año largó con las formativas y está formando un equipo mayor de femenino. Los chicos armaron una sub-comisión para trabajar en pos del básquet del pueblo, y lo están haciendo muy bien. Se están preocupando y ocupando de todo lo que es el básquet, poniendo aros para toda la escuela, preparando todas las instalaciones, se compraron jirafas nuevas para hacer su propia cancha, para tener su propio estadio. Estoy orgulloso de lo que por ahí se ha generado con la Superliga, tratar de llevar el básquet, en lo posible, a todo el sur de Córdoba.

El próximo domingo 29 de junio en el estadio de Gorriones se jugarán las semifinales del Torneo Apertura 2025 de la Superliga de Básquet Recreativo, con una jornada que comenzará a las 12:30 y finalizará cuando se esconda el sol. Rodríguez cerró con una visión a futuro de lo que pretende para el torneo: “Quiero ampliar la cantidad de equipos. Siempre dije que mi máximo tope para hacer la Superliga acá en Río Cuarto va a ser de 20 equipos, 10 de cada zona. Desconozco cómo será el Clausura de este año. Ni bien termine el Apertura, abro las inscripciones para el Torneo Clausura y ahí voy a ver recién la cantidad de equipos con los que voy a contar para el torneo que viene. La intención de la Superliga es ir elevando la vara cada vez más. Es un gran desafío seguir superándonos. En la región seguir en lo posible incorporando equipos y hacer crecer la disciplina. Que los equipos de Río Cuarto tengan la posibilidad de encontrar un espacio familiar y sobre todo basquetbolístico. Además de pasar un buen momento en familia, no perdemos el foco de estar adentro de una cancha, de volver a ponerse las zapatillas, de volver a sentir eso, lo que a lo mejor sentimos cuando éramos chicos, esa tensión, lo que te da la competencia. Volver a jugar”.