La “Lechuza” logró tener una división campeona en juveniles tras 14 años. En exclusiva para Otro Punto, Santiago Cabello y Pablo Rossi Jaume hablaron sobre esta inolvidable consagración.

Este sábado se vivió una jornada para el recuerdo en Soles del Oeste. La M17 de Urú Curé se consagró campeona de su categoría en el torneo organizado por la Unión Cordobesa de Rugby. La división 2008 de la “Lechuza” logró el título en la Copa de Oro del Bloque Juvenil A. En la final, Urú derrotó 33-24 a Jockey de Villa María, en condición de local.
Se trata de una división muy numerosa, con 46 chicos divididos en dos planteles, A y B. A raíz de esta cantidad de jugadores, varios entrenadores se reparten las funciones: Pablo Rossi Jaume, Juan Cruz Cignetti, Matías Hipermayen, Francisco Sansot, Francisco Abrile, Gio Achilli y Federico Catalano. Guillermo Woelke fue el preparador físico. Rossi Jaume dialogó en exclusiva con Otro Punto al igual que Santiago Cabello, el capitán de la división.

La palabra del coach
“El proceso de este año en realidad comenzó el año pasado, donde llegamos a semifinales y perdimos contra Tala. Nos quedamos con ese sinsabor de quedarnos afuera y entrenamos muchísimo este año. Fue muy bueno, hubo un crecimiento de todos. Muchos chicos empezaron a tener mucha más participación y entrega. En un momento del año nos dimos cuenta de que estábamos muy bien y que podíamos pelear más arriba”, comenzó contando Rossi Jaume.
La 2008 de Urú Curé fue considerablemente dominante en su categoría. La división de la “Lechuza” estuvo puntera prácticamente toda la fase regular, en la que solamente perdió dos partidos. Una de las derrotas fue contra Jockey de Villa María, a la postre su rival en la final. La otra caída fue ante La Tablada, luego semifinalista, en condición de visitante.
El haber terminado la fase regular en el primer puesto le dio al equipo la posibilidad de jugar la semifinal y la final en Río Cuarto. Así, Soles del Oeste fue el escenario de una de las semifinales, en donde Urú Curé derrotó 26-21 a Jockey de Córdoba. De esta manera, la “Lechuza” se ganó el derecho a jugar en su cancha el partido por el título. Jockey de Villa María, que venció 22-18 a La Tablada en la otra semifinal, fue el rival. En un Soles del Oeste renovado con su flamante iluminación artificial, Urú consiguió un campeonato que se hizo esperar.
“El dato de que hacía mucho que no teníamos a una juvenil campeona salió más al último, cuando empezamos a darnos cuenta de que estaba bien el equipo. Francisco Abrile y Gio Achilli fueron los últimos campeones en juveniles (en una M16 en 2011). No nos dábamos tanto cuenta por lo bueno que fue la Primera, así que era un dato opacado, no lo teníamos tan presente. Es un dato muy importante, gracias a Dios podemos contribuirle al club con un título. Ojalá que no dure tanto tiempo y salga otro equipo campeón”, expresó Rossi Jaume.
Una disyuntiva común a esta edad es complementar la formación de los chicos con la búsqueda de logros deportivos. Sobre esto, el entrenador expresó que “el rugby es un deporte de maduración más lenta que otros deportes. Siempre trato de bajar esa ansiedad de salir campeón, pero estos chicos ya venían en un proceso. En la M14 los entrenaba yo con Martín Aramburu y llegamos a la final. Si bien el torneo de Córdoba no da ningún premio, porque es casi considerado por la UAR como rugby infantil, los chicos venían muy bien. En la M15 llegaron a instancias finales y el año pasado llegamos a semifinal. Vos notás cuando los equipos son más maduros y se sienten más capacitados. Este año empezamos ya a hablar de ser campeones directamente. Pero en el club, lo principal es la formación de los chicos”.

Otro problema que suele surgir en la dirección técnica es la de gestionar una gran cantidad de jugadores sin dejar afuera a nadie pero sin perder la competitividad. Rossi Jaume también reflexionó acerca de esta cuestión: “Esta división empezó a ser numerosa a partir de los 14 años. En el club tenemos las puertas siempre abiertas para todos. Este año, al igual que en 2024, teníamos 46 chicos y formamos un A y un B. Siempre decimos que hay dos planteles pero que somos un solo equipo. Por eso, eran todos ganadores en esta final”.
“Este deporte es muy físico y hemos tenido mucha rotación. El 90% de los chicos jugaron en el A. Las necesidades y las lesiones generaron que haya alta rotación. Lo que yo hablaba con los chicos es que todos se tienen que sentir campeones, porque en algún momento jugaron en el A. Somos una división grande con dos equipos y siempre vamos a ser una sola cosa, ese fue siempre el mensaje. El sentido de pertenecer al grupo lo tenían todos”, añadió Pablo.
A sus 17 años, los jóvenes ya comienzan a estar en el radar de los entrenadores del plantel superior. El entrenador destacó que algunos tienen proyección de seleccionado, aunque asegura que hay muchos con futuro de Primera: “En el plantel hay tres o cuatro chicos fuera de serie que tienen una característica distinta al resto. Pero no sé si para ya jugar en Primera, por eso digo que en este deporte madurás mucho más tarde. Cuando no teníamos gente en Urú Curé, jugabas a los 17 años en Primera. Hoy necesitás estar más desarrollado físicamente, salvo algunos puestos que no sean tan físicos. Seguro que estos chicos van a tener chance de jugar en la Primera, hay muchos que pueden hacerlo. Pero estos tres o cuatro pueden tener una chance mucho más arriba, ya en planteles UAR. Tenemos siete chicos seleccionados a los Doguitos”.
“Nosotros no formamos jugadores para hoy, si no para ser jugadores de la Primera. Todavía no me ha tocado que algún chico que formé en el bloque juvenil llegue a Primera. Me encantaría verlos en el plantel superior o en cualquier otra cancha representando a Urú Curé y que brillen. Haber dejado esa semilla sería lo más lindo de todo”, agregó.
Por último, Rossi Jaume contó su historia con el rugby y cómo llegó a ser entrenador: “Siempre estuve muy cerca del club, de mis hijos. Desde chico estuve muy involucrado con el club, siempre me gustó, es una necesidad estar acá. Si bien, a veces por trabajo, he estado un par de años afuera, siempre he seguido vinculado. Cuando fui padre me metí de lleno en empezar a entrenar. Empecé con infantiles y, al poco tiempo, fui coordinador del rugby infantil. Después hice un parate, en el que fui dirigente del club por dos años. Jugaba en una preintermedia, dejé de jugar y lo único que me quedaba era seguir siendo entrenador”.

“Fui aprendiendo y escuchando mucho, tenemos a Diego Ghiglione que está muy actualizado y nos baja mucha información. Voy tomando, haciendo algunos cursos, y te vas actualizando solo. En este deporte necesitás darle siempre una mano al club, porque no hay grandes auspiciantes ni hay dinero de televisación. Es todo muy trabajado, necesitamos que los dirigentes estén siempre lo más predispuesto posible. Me gustó la idea de ser entrenador y por eso lo soy. Siempre me gustó estar bien rodeado, el grupo de trabajo que tengo hoy es increíble”, finalizó reflexionando Pablo.
El capitán del campeón
Santiago Cabello, capitán de la 2008 campeona, explicó lo que significa esta consagración para el plantel: “Siempre Urú estuvo arriba, pero poder coronar de vuelta un título después de tantos años tiene un toque especial. Y, para nosotros, es un sueño que cumplimos muchos desde chicos. Ganar un campeonato con nuestro club y más en este último año juntos”.
Además, reflexionó sobre la unión del grupo: “La 2008 como grupo es un equipo con todas las letras. Nosotros siempre recalcamos que, aunque el sábado solo hayan entrado 23, el equipo es más que todos esos. Son todos los 46 jugadores más todos los profes, preparadores físicos, fisios, familia. Eso es un equipo para nosotros, formar una familia y de ahí unirse, más que todo sabiendo que es el último año juntos. El año que viene nos juntamos con una camada diferente pero este año era un toque especial”.

“Es una división que viene desde hace mucho jugando juntos, desde los 5 años. Después se fueron agregando jugadores y fuimos cada vez agrandando cada vez más. En mi caso, yo juego al rugby desde los 3 años, pero no empecé con los chicos. Yo venía del Jockey y en M12 me decidí cambiar para el lado de Soles del Oeste. Desde que me junté me trataron como una familia”, contó “Santi”.
Luego, habló sobre su rol como capitán de la división: “Ser capitán de esta división fue más que todo por una elección de los chicos que siempre hacemos todos los años. Creo que los chicos se sienten identificados y eso es lo que yo trato de transmitir, siendo o no capitán. El primer capitán fue Salvador Aramburu que es el subcapitán actualmente, otro jugador que es un líder tanto fuera como dentro de la cancha. Ser capitán también es un orgullo total y una felicidad tremenda y un sueño cumplido, y dentro de las funciones que tiene es poder siempre ser ejemplo tanto dentro de la cancha como fuera, con todas las acciones, todos los valores. Es algo que me encanta y cada día es más hermoso ser capitán de esta 2008, que es mi familia”.
Para finalizar, Cabello aseguró que están enfocados en el presente y que no se apuran en pensar el salto al bloque superior: “Siempre tuvimos y tenemos como foco disfrutar cada etapa y cada proceso, como disfrutamos todas las juveniles. Siempre nuestros profesores nos recalcaron de poder disfrutar de cada etapa como la última, porque cada etapa es única. Siempre pasarla lo mejor posible y siempre estar a disposición del club, que es lo más lindo que hay”.



