La Maternidad Kowalk, en riesgo

Un ícono de la ciudad que se desdibuja

Si hay una institución siempre querida y respetada en nuestra ciudad, esa ha sido “la Maternidad”. Quizá por ello impacta tan hondamente la noticia sobre que la Maternidad de Río Cuarto, si bien no cierra, será reconvertida en un Centro Integral de Atención para la Mujer y la Infancia. En buenos términos, una mutación ambigua que dejará de cumplir con la misión fundamental que inspiró su creación, donde además del derecho investido se afectan otros, en favor de la comunidad riocuartense. Un tema que, si bien venía con luz de alerta, abre en hoy una alta polémica donde hasta la legalidad está en juego.                                                                                                                                                       

Apenas tres meses hace que se cumplieron 102 años venturosos de la inauguración de la Maternidad Hortensia Gardey Kowalk. No menos de cuatro generaciones de ciudadanos y pobladores de localidades vecinas, vieron la luz de la vida, tras esos grises muros que la protegen. La profesionalidad y la dedicación de sus trabajadores le han dado un merecido prestigio y legítimo reconocimiento en esta larga centuria de buenos servicios.

¿Cómo surgió el proyecto que marcó un antes y un después en Río Cuarto?

Primero, doña Hortensia Gardey convenció a su esposo don Carlos Kowalk; luego, juntos concibieron la maravillosa idea de hacer construir una “casa de maternidad”. No hubo titubeos, rápidamente se pusieron en la empresa de hacer realidad la novedosa y sustancial casa de salud, que sólo existía en algunas capitales del país. Ellos aplicaron filantropía en estado puro.

Así las cosas, el primer paso fue la compra de dos espaciosos terrenos, encargar los planos del proyecto, y poner la organización técnica en manos del médico de la familia, Manuel Noroña, elocuente “factótum” de la realización. Los aprestos se sucedieron sin pausa, colocándose la piedra fundamental el 23 de abril de 1922 en el sitio adquirido. Justamente el doctor Noroña comunicó a la intendencia semejante determinación, tres meses después. El señor Kowalk, dirá luego: “… el acto de desprendimiento pertenece única y exclusivamente a mi esposa llevando mi adhesión y entusiasmo, pero es ella a quien corresponde la creación de la futura Casa de la Maternidad”. Ni bien se difundió la buena nueva por los diarios del país, todas fueron muestras de beneplácito y el presagio de mejores tiempos para la salud pública de la urbe.

La espléndida construcción estuvo a cargo de la empresa local Berti Hermanos, terminada en apenas once meses, y fue inaugurada el domingo 4 de marzo 1923 con equipamiento y personal adecuado. La prensa narró: “Bendijo el edificio el cura párroco Francisco Ferreyra y a continuación el Intendente Vicente Mojica hizo gala del derroche de su verbo elocuente, impresionando al auditorio que le tributó una tempestad de aplausos. Le siguió en el uso de la palabra el Director del establecimiento, Dr. Manuel Noroña, que goza de intenso afecto en la población, y que el público premió con entusiastas manifestaciones de adhesión; en su discurso manifestó que procedía a inaugurar un establecimiento sanitario íntegramente realizado con exclusividad para maternidad, lujo que solo podían permitirse muy pocas ciudades del país, ya que habitualmente las más dotadas cuentan con algunas salas de maternidad anexas a hospitales; continuó detallando todas las nuevas dependencias divididas en dos sectores: uno gratuito y el otro pago o pensionado, tal cual ha sido ya mencionado con anterioridad. Los planos fueron confeccionados por los ingenieros Miguel Ángel Taboada y N. Jauregui, dirigiendo la construcción el ingeniero Alfredo Fotheringham”.

Días después, el 7 de marzo de 1923 nació el primer bebé: Alejandro Carlos Agnes. Los donantes Hortensia y Carlos fueron los padrinos de bautismo. El niño, que “nació de nalgas”, recibió como gratitud el segundo nombre, Carlos.

Hasta ese tiempo, ¿adónde se atendían los partos?

El tema de la procreación era un viejo problema social en Río Cuarto a inicios del Siglo XX, situación que venía desde tiempos remotos. No había entonces, suficiente conciencia del Estado responsable en la asistencia social y la garantía de la salud pública. El viejo Hospital de Caridad ofrecía un servicio deficiente en semejante aspecto. Hasta que llegaron las primeras parteras, fueron las curanderas y las comadronas quienes se ocupaban de tan sensible y delicada misión, no siempre con feliz resultado.

Las mujeres por lo común recibían a sus vástagos en cada domicilio, excepto, algunos casos que podían atenderse viajando a Córdoba o Buenos Aires. Las dificultades de salubridad e higiene, y los partos penosos eran la nota dominante. En particular, para los sectores más carenciados de la población. Muchas madres e infantes, lamentablemente, murieron en el intento de nacer y vivir. Las estadísticas fueron alarmantes. Estas consabidas y tristes noticias llegaron a oídos de una conmovida Hortensia Rosalía Gardey, acomodada dama de la sociedad, casada con Carlos Kowalk, quienes habían formalizado una buena posición en la comunidad, y fueron determinantes para la decisión.

¿Siempre estuvo bajo la órbita municipal?

Sí. Atravesaba la primera intendencia de Vicente Mojica, quien desarrollaría tres administraciones de perdurable recuerdo. Ya se había comprado el terreno y colocado la piedra basal, a unas cuadras del centro, cuando el 20 de julio de 1922 fue anoticiado de la voluntad de los donantes. Informado el Concejo Deliberante, sin duda ninguna el 10 de noviembre de 1922 aceptó el magno ofrecimiento destinado para “atender exclusivamente enfermas de parto y de ginecología, bajo las condiciones y la forma establecida” en el reglamento dictado al efecto. En algún momento, por 1930 se creó una eficaz Comisión de Apoyo. Entre los años 19931994 se creó la Fundación homónima, bajo un estatuto que perdura hasta el presente en la administración del establecimiento. No faltaron cuestiones complejas a resolver, pero, siempre se han ido subsanando por el Municipio y el apoyo social e institucional que la Maternidad fue obteniendo con los años.

¿El edificio fue construido para la Maternidad o funcionaba otra institución en el lugar?

La zona elegida, por entonces, estaba absolutamente baldía y fue comprada exclusivamente para la construcción de un amplio edificio, confortable y luminoso, contemplando jardines, árboles y plantas florales para embellecerlo. La calle del frente recibió el nombre de Ingeniero Carlos Kowalk, padre del caballero donante, en los aledaños donde funcionaba la Barraca Ferrer. Hasta nuestros días, siempre está recibiendo mejoras, adecuaciones y nuevo equipamiento apropiado. Impresiona la calidad de la construcción y la terminación de los detalles que permanecen en su lugar, resistiendo el paso del tiempo.

Más allá de las personas que donaron las instalaciones, ¿quiénes fueron las figuras fundamentales para su consolidación y crecimiento a lo largo de la historia?

Desde un primer momento, hubo esmero para conformar los mejores planteles de médicos y auxiliares de servicios. A través de los años, profesionales reconocidos fueron directores de la Maternidad. La memoria rescata algunos nombres entre cientos. La primera planta: director, Dr. Manuel Noroña; médico de sala, Dr. Gumersindo Enrique Eusebio Alonso; partera interna, Rosa N. Drago (reemplazada por Angelina Lobos de Riner); ecónoma, Catalina viuda de Goya; enfermeras, Estefanía de Caneda y María Gerbes; mucamas: Margarita Prado, María Muñoz y Josefina Pereyra; cocinera: María Pereyra; ayudanta: Luisa Aguilera; lavandera: Rosario de Aguilera; portero: Juan Caneda. Los directores: 1923 Dr. Manuel Noroña; 1925 Dr. Cayetano Vitale; 1928 Dr. Félix Fortunato Imposti; 1930 Dr. Pedro Pury; 1930 Dr. Ernesto Álvarez; 1930 Dr. Manuel Noroña; 1932 Dr. León S. Bonino; 1942 Dr. Salvador C. Costanzo; 1949 Dr. Humberto Julio Mugnaini; 1951 Dr. César Cortona; 1951 Dr. Humberto Julio Mugnaini; 1955 Dr. Raúl Casal; 1955 Dr. Pascual Pablo Dauría; 1957 Dr. Andrés Vicente Meinero; 1978 Guillermo Alejandro Montes; 1983   Dr. Carlos Salvador Costanzo; 1987 Dr. Aldo Lepoldo Lagioia; 1991 Guillermo Alejandro Montes; 1992 Dr. Raúl Vicente Federighi; 1992 Dr. Marcelo Armando La Falce; 1999 Dr. Juan Carlos Aprá; 2006 Dr. Daniel Eduardo Grippo; 2020 Dra. Diana Amelia Portela. Otros médicos: Ernesto Álvarez, Raúl Aparicio, Ubaldo Ignacio Garimaldi, Hugo Osmar Gaudino, Marcelo Pedro La Falce, Juan Carlos Mondini, Leopoldo Tacca, entre muchos. Personal de perdurable recuerdo entre obstetras y enfermeras: Berta Arent, Estrella Barjacoba, Angela Cotz, Alcira Dávila de Fajardo, Catalina Evaristi de Lorenzatti, Nélida Lamborizzio de Villafañe, Fanny Lorio de Abuzaid, Otilia Giúdice, Petronila Luján, Gregoria, Filomena y Dina Mercado, Teresa Montes, Esther Palacios, Herminia de Pérez, Dominga Teresa Romano de MontesFinola, Nelly Sotelo, Blanca Torres de Mercau, Argelia Villegas, Marta Yenarópulos, Pura Verde ecónoma, entre decenas de abnegadas mujeres hasta nuestros días.

Los donantes

HORTENSIA ROSALÍA GARDEY: nació en Río Cuarto el 16/8/1871 en el hogar formado por la dama francesa Marie Laborde (1848 – 1908) y el súbdito francés Jean Gardey (1844 – 1914); fue la segunda entre cinco hermanos (Pedro, Juan Luis, Adela, y María Adela). Su familia, establecida en Río Cuarto por 1870, acumuló una apreciable fortuna, debida a la acertada concepción comercialempresarial de su padre, sumando acertadas inversiones en campos agropecuarios entre Reducción y Las Acequias. El 26/1/1895 contrajo enlace en Río Cuarto con el joven Carlos Kowalk. Un año después, el 8/3/1896 nació el único hijo de la pareja: Carlos Juan Gregorio Kowalk. Dama de vida hogareña, nunca tuvo actuación pública o social para destacar. Falleció en Buenos Aires el 19/5/1925 a los 53 años.

CARLOS KOWALK: nació en Río Cuarto el 21/4/1868, hijo de la dama puntana Lorenza Jofré y el ingeniero alemán Carl Kowalk. A un mes de nacer quedó huérfano por el asesinato de su padre. Comerciante primero; luego productor agropecuario, propietario de las estancias: La Independencia, La Hortensia y El Porvenir (FragaSan Luis). Simpatizante de la Unión Cívica Nacional; después del Partido Demócrata. Concejal período 19261927 por el Comité de Comercio. Otras instituciones en Río Cuarto: Dirección de Economía Rural y Estadística (corresponsal); Club Social (socio); Banco Español y Río de la Plata (apoderado y corresponsal); S. A. Cooperativa de Hacendados Riocuartenses Ltda. (cofundador y vicepresidente 1919, presidente 1923); Sociedad Anónima de Seguros Generales El Surco (cofundador, vicepresidente); diario El País de Córdoba (accionista). Donante del palco en la rotonda de la plaza General Roca. Casó en PN con Hortensia Rosalía Gardey, padres de un hijo: Carlos Juan Gregorio Kowalk; en SN (1926) con María Victoria Calderón (1885 – 1969), padres de una hija: Martha J. Kowalk Calderón (c.c. Francisco Vallejo). A los 60 años murió en Buenos Aires el 21/5/1928.

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