Diego Torres, el actor y director que hizo popular por su personaje humorístico, muestra su faceta intimista en “Conversaciones con mamá” la obra que presentará en junio en el Teatro Municipal junto a Griselda Calosso

Luego de una larga búsqueda, una obra que marcó generaciones tendrá su adaptación local en Río Cuarto. Se trata de “Conversaciones con Mamá”, una pieza entrañable que popularizaron en el cine China Zorrilla y Eduardo Blanco, y que ahora será interpretada por dos actores locales bajo una apuesta completamente renovada.
El libreto de la obra es de Santiago Carlos Oves y el elenco está conformado por Griselda Calosso (en el rol de Luisa), Diego Torres Silvera (interpeta a Jaime).
El estreno está previsto para el 7 de junio en el Teatro Municipal, con entradas a la venta a partir de mayo.
En diálogo con Otro Punto, Diego Torres, productor y actor del proyecto, comentó cómo surgió la idea de hacer esta obra.
“El deseo de llevar esta historia a escena viene desde hace décadas. Cuando vi la película por primera vez, tenía 16 años, y supe que ese texto tenía que estar adaptado al teatro. Conseguir los derechos fue como conseguir una franquicia: implica demostrar trayectoria, referencias y sostener una mirada artística desde el interior del país”, explicó el artista.
El esfuerzo para Diego no es nuevo: el año pasado logró un éxito rotundo con Esperando la Carroza, y ahora renueva su compromiso con el teatro local.

-¿Qué nos podés contar de la obra y tu papel?
-El texto es súper tierno, súper teatral y titánico, porque aborda un vínculo que está desapareciendo: la relación con nuestras madres. En esta ocasión me pongo en la piel de Jaime, un hombre con una profunda crisis personal y laboral que, en una mañana de confesiones con su madre, se enfrenta a sus propias miserias y verdades. La obra tiene una duración de casi una hora y media y, aunque somos solamente dos actores en escena, detrás hay un equipo completo.
“No se parece en nada a la película. Te sorprende en el primer acto, y en el segundo más todavía. No quiero spoilear, pero es muy poderosa”, anticipó el productor.
El humor, que lo hizo popular en personajes como “Carlota Light”, queda guardado por un ratito. “Siempre decían que tenía que hacer un drama. Bueno, me animé. Esta es una comedia dramática con mucha ternura. Y en este caso, el humor no lo hago yo, lo hace mi compañera”, explicó Torres.

–No es la primera vez que trabajás en adaptaciones de obras protagonizadas por China Zorrilla, ¿casualidad o las elegís por ella?
-Sí, me gusta mucho la China, y también me encanta Gasalla por sus estilos histriónicos con el humor. A pesar de que me han pedido mucho que haga un drama, nunca me había animado hasta ahora. Esta obra tiene algo de comedia dramática y mucha ternura, por eso decidí hacerla. En esta ocasión, el humor lo aporta mi compañera Griselda, mientras que mi personaje es completamente triste y está pasando por una gran crisis. Es un contraste interesante.
–Hablás justo de Gasalla que falleció hace poco, ¿qué significó él para vos como actor?
Fue una gran pérdida para el mundo del espectáculo. Para mí, Gasalla fue un maestro. Lo que Chespirito fue para México, él lo fue para Argentina. Me marcó profundamente su forma de hacer humor. Recuerdo que a mis diez años, veía “El Palacio de la Risa”, mientras otros jugaban al fútbol. A través del humor, él mostró realidades y miserias del argentino, y eso es algo que nunca se olvida.
–¿Cómo ves la actualidad del teatro en Río Cuarto?
-En nuestra ciudad el teatro tiene un lugar, pero nos falta mucho. Somos una ciudad de doscientos mil habitantes con un solo teatro, y eso es raro. Hacen falta más salas públicas donde podamos actuar. Necesitamos que se apueste al teatro desde el interior, no solo desde Buenos Aires. Y, además, las personas que están al frente de la gestión cultural deben entender que el teatro popular tiene un espacio importante que debe ser fomentado.
Actualmente, además de actuar y producir, Diego Torres, dirige su propia escuela de teatro, “Histeria”, lugar donde dicta clases a más de 45 alumnos de todas las edades. “Es un espacio de liberación de energía, donde se construye un teatro colectivo. Me siento privilegiado de vivir de esto”, expresó el director.
La obra promete risas, lágrimas, y sobre todo, una experiencia inolvidable para quienes alguna vez (como muchos), hayan tenido una conversación con su mamá.

La ciudad no tiene un solo teatro. Tiene, al menos cuatro espacios municipales donde se ofrece teatro (Trapalanda, Viejo Mercado, Galpón Blanco y explanada del Andino, Teatro Municipal) Tres salas independientes Mascaviento, Hijas de Susu y Espacio Bizarro)