La trayectoria de Eduardo Lhez es, en muchos sentidos, la historia de un sueño que tomó forma hasta transformarse en parte esencial de la identidad artística de la ciudad. Creador y director titular de la Orquesta Filarmónica de Río Cuarto, Lhez impulsó un proyecto que nació en el Conservatorio Julián Aguirre, se afianzó con el apoyo de la Fundación por la Cultura y terminó convirtiéndose en una agrupación sinfónica estable, reconocida y celebrada por el público local
Fotos: Javier Raiden

Antes de reencontrarse con la música, Eduardo Lhez dedicó varios años al fútbol, deporte en el que llegó a competir y al que siempre volvió como una pasión paralela. Incluso entonces intuía que debía cuidarse las manos para seguir tocando, una señal temprana de su vocación. Hoy lo juega como un compromiso más en su agenda, con la misma disciplina con la que dirige.
Su vínculo con la música comenzó a temprana edad. Fue al ver dirigir por primera vez a Canepa, entonces director de la orquesta del Conservatorio, cuando descubrió su verdadera vocación. Desde entonces, construyó una carrera marcada por el estudio, la disciplina y la convicción de que la ciudad merecía un organismo sinfónico propio. Ese anhelo lo llevó a elaborar, incluso antes de que existiera voluntad política, una propuesta formal para oficializar la orquesta. Con el tiempo, ese deseo dio origen a la Filarmónica que hoy integra a más de cincuenta músicos y que continúa creciendo concierto tras concierto.

Lhez concibe a la música como un espacio de encuentro y a la orquesta como un puente entre generaciones. Bajo su dirección, la Filarmónica exploró repertorios tan diversos como Gustavo Cerati, Serú Girán, música latinoamericana, obras académicas y producciones sinfónicas que desafiaron fronteras estéticas. Su participación en el Otoño Polifónico consolidó un vínculo profundo con el público, que ya reconoce a la agrupación como un emblema cultural de la ciudad.
Mientras se prepara para homenajear a The Beatles con el espectáculo All you need is love, el maestro reafirma su vocación de seguir ampliando horizontes. Sueña con que Río Cuarto algún día tenga un elenco sinfónico provincial y trabaja para que cada proyecto acerque un poco más esa posibilidad.
Este viernes 5 de diciembre, a las 21 horas en el Teatro Municipal, la Orquesta Filarmónica de Río Cuarto subirá al escenario con un espectáculo que promete ser inolvidable. Bajo la dirección de Lhez, la agrupación presentará All you need is love, un recorrido sinfónico por los clásicos de The Beatles. La propuesta reúne arreglos originales del profesor Diego Seitz y la participación especial del guitarrista Antonio Pichi Pérez y del cantante Sebastián Tornatore.
El director describe el concierto como un desafío artístico que, lejos de ser una simple adaptación, busca capturar la esencia de un repertorio que considera fundacional. “Hablar de los Beatles es hablar del origen de todo”, señala. En esta ocasión no habrá banda de rock ni base eléctrica acompañando: la orquesta será la protagonista absoluta. Para él, parte del atractivo es volver sobre los arreglos escritos por George Martin y llevarlos a un terreno distinto, desde las cuerdas, los vientos y la percusión, con una lectura propia.

-¿Cuál es el mayor desafío o lo más complejo de hacer un concierto de Los Beatles en formato sinfónico?
-Lo difícil es encontrar el equilibrio entre respetar la obra original y hacerla funcionar con una orquesta de más de cincuenta músicos. Parece simple porque todos conocemos estas canciones, pero adaptarlas lleva mucho trabajo rítmico, tímbrico y de estilo. No es hacer rock ni hacer música clásica. Es otra cosa.
-¿Cuánto tiempo lleva ensayar un concierto de estas características?
– La Filarmónica ensaya todos los martes en el Conservatorio, donde tenemos toda la infraestructura que necesita una orquesta sinfónica. Ahí se juntan cuerdas, vientos y percusión. Y cuando se acerca un concierto sumamos a la Orquesta Municipal de Cuerdas. Entre todos completamos cerca de ochenta músicos. El ensayo es semanal, pero en la práctica implica organizar la agenda de mucha gente que trabaja, que tiene familia, compromisos. Armarlo es como un rompecabezas enorme.

La historia de la orquesta está profundamente ligada al propio recorrido de Lhez. Él mismo recuerda que la Filarmónica nació como un sueño que comenzó en el Conservatorio Julián Aguirre, en vínculo con la Fundación por la Cultura, y que terminó tomando forma gracias a un proyecto que él impulsó incluso antes de que existiera la decisión política de oficializarla. Su creación también rinde homenaje a una orquesta sinfónica que existió en Río Cuarto en los años 50 y que estuvo cerca de convertirse en un elenco provincial. “Ver hoy el escenario lleno con músicos de la ciudad es uno de los mayores logros”, expresa.
Con los años, la Filarmónica abordó repertorios muy diversos: Serú Girán, Cerati, programas de música latinoamericana, obras académicas y adaptaciones populares que abren puertas a públicos nuevos. Uno de los hitos recientes fue su participación en el Otoño Polifónico, festival que, según Lhez, cambió la vida cultural de Río Cuarto. En este punto de la entrevista, el director reconoce a Fernando Sassatelli como el impulsor decisivo de ese cambio. Recuerda que Sassatelli, casi pensando en voz alta, le dijo que había que hacer un concierto al aire libre y que esa intuición terminó convirtiéndose en un festival que marcó la identidad de la ciudad: la gente empezó a animarse a asistir en invierno, a escuchar música sinfónica en la calle y a incorporar el evento como parte de la cultura local.
Hacia fin de año, la Filarmónica y el Coro Municipal presentarán una producción audiovisual que reunirá obras sinfónico corales que aparecen en grandes películas, desde “La delgada línea roja” hasta “La misión”. Y en 2026 comenzará a celebrarse el camino hacia los cien años del Conservatorio, una institución que para Lhez es un pilar: “Es un lugar de excelencia. Formó generaciones enteras y merece un reconocimiento especial”.

-¿Qué te gustaría que suceda a futuro con la Filarmónica?
-El sueño es que Río Cuarto tenga un elenco sinfónico provincial. La orquesta ya está lista para serlo. Solo falta una decisión política. Sería un salto enorme para la ciudad y para la provincia. Un reconocimiento al trabajo de tantos años.
En la previa del concierto de The Beatles, Lhez se muestra como lo que es: un director apasionado y un soñador que convirtió una idea en una orquesta que ya es parte de la identidad de la ciudad.

-¿Es necesario saber música para disfrutar un concierto así?
-No, no es necesario. A veces un buen oyente es más músico de lo que cree, porque tiene sensibilidad, discernimiento, gusto propio. La música cumple muchas funciones: acompaña, alegra, conmueve. Con escuchar alcanza. Y dejarse llevar.
Este viernes, cuando suene All you need is love, el homenaje no será solo a los cuatro de Liverpool. Será también la celebración de un trayecto que empezó con un niño que tocaba el violín, siguió cuando decidió que quería dirigir y continúa hoy en cada uno de sus proyectos.


