Mía Salas: “La música me salvó la vida”

Cantante, activista y referente de la comunidad LGBTIQ+, no solo ha logrado trascender como artista, sino que también se ha consolidado como una firme defensora de los derechos de las personas trans y de la diversidad sexual. En diálogo con Otro Punto, la cantante nos cuenta su historia que no solo está marcada por la música, sino también por su proceso personal de aceptación y la constante batalla por la visibilidad y los derechos de su comunidad.

Mía Salas nació y creció en Río Cuarto, en una familia profundamente ligada a la música. Su padre le transmitió el amor por la música desde muy temprana edad. “Crecí rodeada de melodías, de guitarras y canciones. Mi abuelo ya era locutor y mi papá era cantante, así que la música siempre estuvo presente en mi vida”, recuerda.

Su padre, al darse cuenta de que su hija mostraba afinación y oído musical, comenzó a enseñarle a cantar. “A los ocho años ya tenía mi pequeño repertorio de folclore y boleros, cantaba junto a mi papá en fiestas familiares, y eso me permitió acercarme más al canto”, cuenta.

En sus años de secundaria, la música se convirtió en un refugio y, a la vez, en una forma de resistencia. “Era un lugar donde podía ser yo misma, cantar y expresarme. Ahí, me sentía libre”, afirma Mía, quien nunca dejó que las expectativas de la sociedad o el temor a la discriminación frenaran su pasión por el arte. Sin embargo, el proceso de aceptación personal y familiar no fue fácil.

El amor por las canciones no fue el único motor que la impulsó a adentrarse en el mundo del arte. Mía vivió de cerca las dificultades que implican el proceso de aceptación y autodescubrimiento. Desde temprana edad, sabía que su identidad de género era distinta a la que le habían asignado al nacer, pero su camino hacia la aceptación fue largo y, en muchos casos, doloroso. “Siempre fui Mía para mis amigas, pero en casa era otro mundo. Me escondía, no me atrevía a mostrar quién era realmente”, relata con sinceridad.

-¿Cómo hiciste para hablarlo con tu familia?

-Fue difícil, todo un proceso para mí y para ellos. Pero siempre tuve muy en claro que no tenía que obligar a nadie a la aceptación o a que entiendan, sino que tenía que dejar que mis padres también vivan sus procesos. En la secundaria para mis compañeras siempre fui Mía, pero en casa era otro mundo. Mi casa en ese momento era el closet. Hasta que sentí que era el momento de decirles y Mía salió a la luz en un escenario, en uno de los certámenes. Fue en 2006 en el programa “Solo Canto”, en el que la artista asumió públicamente su identidad como mujer trans y se consagró como la ganadora de esa edición.

“Mi mamá se enteró en ese momento, en pleno show. Mi papá y mis hermanas ya lo sospechaban. Pero en ese momento fue como decir soy esto y de ahora en más seré Mía”, dice la referente trans.

-¿Cómo fue la reacción de tu mamá al enterarse en pleno certamen?

-Mi mamá, al principio, tenía miedo. Tenía miedo por la discriminación y los insultos que podría enfrentar. Pero con el tiempo, y a medida que la gente comenzó a reconocerme y a apoyarme, ella también entendió que estaba haciendo lo correcto.

Para Mía, la música fue trascendental en su proceso de aceptación, porque en el arte es donde ella logró sentirse libre y mostrarle al mundo su pasión: cantar. “La música me salvó la vida. Me hizo nacer”, dice emocionada y agrega: “gracias a la música mi mamá pudo hacer más llevadero ese proceso de aceptarme como mujer trans, porque la misma gente la frenaba en la calle y le decían que me habían visto en la tele, la felicitaban, y eso también la llenaba de orgullo”.

“Digamos que fue un proceso gradual y hoy en día mi mamá me dice que está orgullosa de mí, me acompaña a los shows y me apoya en todo lo que hago”, explica.

A pesar de los avances en la aceptación familiar y la visibilidad pública, la cantante, tuvo que enfrentar muchas barreras en su carrera. En su paso por el conservatorio, por ejemplo, sufrió discriminación por parte de un profesor de canto, quien no aceptaba su voz. “Me decía que tenía que cantar como hombre”, recuerda la militante. En lugar de rendirse, siguió adelante con la fuerza que la música le otorgaba y hoy pudo cumplir muchos de sus sueños.

Su faceta como militante

Además de su carrera como cantante, Mia Salas se ha convertido en una referente de la comunidad LGBTIQ+. En 2010, durante los debates sobre la ley de matrimonio igualitario en Argentina, comenzó a involucrarse en el activismo, siendo parte de la Mesa de Diversidad de Río Cuarto. Su trabajo militante fue clave en la inclusión de las personas trans en la sociedad y en la política. Actualmente, trabaja en la Subsecretaría de Género, Diversidad y Discapacidad de la Municipalidad.

Pero su compromiso no se limitó solo al activismo ya que, junto con otros compañeros de la comunidad, fundó el Ciclo Soy: un espacio cultural destinado a artistas trans y de la comunidad LGBTIQ+ para que puedan tener un lugar donde visibilizar y compartir su arte. “En Soy, la música y el arte se convierten en una forma de resistencia, de mostrarle a la sociedad que existimos, que estamos aquí y que merecemos el mismo respeto y reconocimiento”, afirma la artista.

Su participación en programas de televisión, su presencia en festivales y su labor como embajadora de la diversidad han logrado hacer de Mía una figura de renombre. Uno de sus videos más vistos pertenece a una performance que brindó en el reality: “Soñando por Cantar”, emitido por Canal 13 de Buenos Aires. En esa oportunidad, la artista, cantó el tema de Gloria Trevi “Todos me miran”: un himno a la autoaceptación, el empoderamiento y la superación personal. Pero más allá de los premios y reconocimientos, lo que más valora es el cariño y la admiración que recibe de quienes la siguen.

-¿Te saludan por la calle?

– ¡Ay sí!, es increíble. Me saluda gente de todas las edades. Las niñas me piden fotos y me dicen que les inspiro a ser ellas mismas. Eso es lo más bonito de todo.

“Nunca dejen de soñar. La vida puede ser difícil, pero siempre hay una salida, siempre hay una oportunidad”, dice la cantante en el final de la nota.

-Mirando en retrospectiva con todo lo que lograste hasta hoy, ¿qué le dirías a tu niña interior?

-Que sea paciente, que se ame siempre, que siga sus metas, que siga soñando. Que muchos de sus sueños se van a hacer realidad. Que en un futuro va a conocer a una persona maravillosa, que la va a acompañar toda la vida y que será muy feliz.

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