Un riocuartense en la flotilla a Gaza

“No llevamos armas, sino paz

Ezequiel Peressini es dirigente de la Izquierda Socialista, exlegislador, que forma parte de la flotilla humanitaria que navega el Mediterráneo con alimentos, agua y medicamentos. Por la envergadura, es una expedición sin precedentes. Llevan asistencia psicológica y legal. El miedo a ser interceptados. Los ojos del mundo se posan en llevar algo de alivio ante tanto sinsentido.

Fueron 30 mil las personas que se inscribieron para formar parte de este conjunto de embarcaciones que representan todo un símbolo de esperanza en el medio de tanta muerte. Subirse a un barco, con el convencimiento de una causa mundial que busca engendrar algo de paz, a una ciudad sumida en la desesperanza. Por estas horas, las embarcaciones, con un total de 350 almas a bordo, están en pleno viaje, tras salir del puerto de Barcelona el domingo 31. Días después, se reúnen en el mar Mediterráneo, con decenas de barcos provenientes del sur de Italia, Grecia y Túnez.

Ezequiel Peressini entiende que forma parte de algo grande, y que lo que vaya a ver, y vivir, puede cambiarlo para siempre. Uno, tras acontecimientos extraordinarios, no puede ser el mismo. Entre la euforia y la reflexión, menciona que forma parte de Flotilla Mundial SUMUD, que es una coalición entre distintas organizaciones, que navegará varios días por el mediterráneo con el propósito de llevar ayuda a Gaza, allí donde el régimen de Benjamín Netanyahu no lo permite. “El genocidio televisado ha disparado la bronca mundial y la movilización en la mayoría de las ciudades y ha forzado que haya acciones unitarias entre sindicatos, trabajadores, la juventud, las mujeres, los pueblos del mundo. Se trata de la expedición humanitaria más importante de la historia”.

 La muerte parece ser algo corriente en aquel rincón del mundo. Te la podés encontrar, frente a frente, en cualquier instante. Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, han muerto más de 63 mil personas desde octubre del 2023, y 170 mil han resultado heridas. Son momentos en los cuales esta humanidad está atravesada por la insensibilidad, ignorando todo tipo de alertas.

En torno a lo que significa el viaje en sí, el riocuartense cuenta que serán días de aprendizaje y de hermandad. “Nos embarcamos en la costa de Barcelona para navegar todo el mar mediterráneo entre 15 y 20 días. Estos barcos van a estar cargados de alimentos, agua y medicinas para la población gazatí que está sufriendo un genocidio por los bombardeos sistemáticos y los asesinatos de las fuerzas de defensa israelíes. También por el uso del hambre como método de guerra, impidiendo el ingreso de alimentos. La ONU ha dicho que hay 500 mil personas, entre niños niñas y mujeres embarazadas, que pueden morir en las próximas semanas. Las fronteras de Gaza están bloqueadas por Israel”, menciona Ezequiel con un brillo aventurero en sus ojos.

Esos barcos, algunos a vela y otros a motor de distinto porte, que se dejan conquistar por el mar, además de víveres, acuñan ilusión. Su tripulación está formada por cientos de activistas de 44 países que van a ponerle el cuerpo a esta movilización marítima. “Desde el 2008 que se envían flotillas de dos o tres barcos, pero desde el 2010 estos no llegan porque lo impide el estado de Israel y su complicidad con los gobiernos europeos y del norte de África. Esta vez haremos un gran intento ya que seremos muchísimos más barcos, porque la impotencia y la bronca, contra el estado de Israel es muy grande.  Vamos a poner el cuerpo para acompañar al pueblo Palestino y exigir que se abra un corredor humanitario, que se abran las fronteras y pueda llegar el agua, medicamentos, alimentos y los profesionales de la salud”, cuenta el dirigente de Izquierda con la voz serena pero repleta de convicción.

No es el único cordobés a bordo, lo acompaña el actual diputado nacional por la Izquierda socialista en el Frente de Izquierda Unidad, Juan Carlos Giordano. Entre los navegantes se encuentra la activista sueca Greta Thumberg y distintos referentes del mundo de la política, del arte y de la ciencia. “La constitución de las embarcaciones es muy heterogénea: hay periodistas, fotógrafos, abogados, médicos, figuras públicas de todo el mundo”.

En el medio de la crueldad y de un enfrentamiento, hay un pueblo que sufre y ve morir a sus niños, a sus hombres y a sus mujeres. “Hay dos millones de personas que están viviendo en una cárcel a cielo abierto, matados por el hambre, por los bombardeos. El 90% de la estructura de la ciudad está destruida y, sin embargo, la resistencia de ese pueblo continúa y quieren quedarse ahí, a pesar de las continuas amenazas”.

Preparados, al agua…

A Ezequiel lo mueve la convicción. Forma parte de un grupo de luchadores que ansían un cambio verdadero. Tanto él, como sus compañeros, han tenido una preparación para encarar lo que van a vivir. “Esta experiencia va a recolectar las mejores tradiciones de lucha del movimiento obrero, de los pueblos del mundo para ponerla a disposición del enfrentamiento del nazismo del siglo XXI que representa el estado de Israel y sus aliados que lloran lágrimas de cocodrilo, pero siguen enviando armas y sosteniendo acuerdos políticos y diplomáticos con Israel. Tienen las manos manchadas con sangre, y quienes no las tenemos, queremos ayudar. Vamos a vivir una experiencia unitaria, internacional, heterogénea”. 

Y en este contexto, agrega que “está ante el evento internacional más importante de mi vida. Elegí esto. Soy militante de la Izquierda Socialista, en el Frente de Izquierda. Fui diputado provincial por Córdoba desde 2015 al 2019 y tras ellos, me encomendé a acompañar la construcción de una organización revolucionaria en Perú y después estuve en Chile tres años, tras el estallido social, y regresé el año pasado.  Ahora el llamado fue ir a Gaza. Siento orgullo, desafío y una gran responsabilidad de poder llevar adelante esto con la mayor convicción política. Es el lugar donde hay que estar y quiero estar”, reconoce con entusiasmo.

Escenarios inciertos

El dirigente de Izquierda comenta que se han preparado física y mentalmente para lo que se viene aguas adentro. Señala que la acumulación de la experiencia de las fuerzas que integran la expedición brinda seguridad. “Nos estuvimos capacitando, entrenándonos para enfrentar distintos escenarios. Queremos llegar a Gaza. Esto va a significar una determinación política muy importante que depende de varios factores: la cantidad de barcos, la movilización mundial en apoyo a la flotilla y del rol de los gobiernos”.

Menciona que, a través de una declaración común de distintos parlamentarios que participan de la flotilla, habrá una exigencia muy importante a los gobiernos europeos que tienen que garantizar la segura navegabilidad de los barcos y de sus tripulantes. Sin embargo, saben que navegan aguas hostiles y han asumido el riesgo. Entienden que pueden ser interceptados por la Marina Israelí en cualquier momento. “Estamos preparados para la intercepción de Israel, nos hemos preparado física y mentalmente, legalmente y con acompañamiento de todo tipo. Hemos acomodado todos nuestros papeles para demostrarles que el ilegal, el terrorista, es el estado de Israel y no nosotros ni ninguno de los habitantes de Gaza que hace 70 años se están defendiendo de una ocupación e invasión en su territorio. Contamos con respaldo político, acompañamiento legal, médico y hasta hay psicólogos y psicólogas para poder abordar las crisis que puedan aparecer a bordo”.

En cada embarcación, viajan entre 12 y 20 personas, según el tamaño. En estos primeros días de navegación, han avistado drones que controlan sus pasos y también siembran miedo y desconfianza. “Es una acción democrática, humanitaria, heterogénea, pacífica y legal. El estado de Israel está ocupando de manera ilegal la costa de Gaza. Pueden intentar deportarnos, estamos preparados para eso. Lo vamos a resistir pacíficamente. No llevamos armas ni nada eso, sino alimentos. Llevamos una movilización de paz en barcos”.  

Planean llegar a destino a mediados de septiembre, entre el 14 y el 16. Entregar todo lo recolectado a las organizaciones que están allá y emprender el regreso. “Vamos muy lento, formando una movilización de lucha y el regreso será más rápido, está planeado para el 18”.

El objetivo es denunciar, visibilizar lo que se está viviendo. Poder entregar todo lo recolectado y, además, cosechar algo de esperanza. Pasarán tormentas, las emocionales y las del tiempo. Habrá relámpagos y truenos. Ojalá las aguas bajen calmas.

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