Pagliacci, la ópera que promete
cautivar al público riocuartense

Por primera vez en la ciudad de Río Cuarto se realizará la emblemática ópera del compositor Ruggero Leoncavallo. Habrá más de 70 artistas en escena y dos funciones: el viernes 5 y domingo 7 de septiembre a las 20.30, en el Teatro Municipal. Imperdible diálogo con el director del Delfino Quirici, Julio Menéndez y con la reconocida solista, Marina Silva

Pagliacci, el drama en dos actos que narra la tragedia de un payaso y la infidelidad de su esposa llega con la impronta del Coro Polifónico Delfino Quirici, impulsor de la propuesta. Acompañado por músicos de la Orquesta Sinfónica de Córdoba y de la Banda Sinfónica de Córdoba, un coro infantil creado para la ocasión, solistas invitados de Buenos Aires, Tucumán y Córdoba, y la participación de actores circenses. La dirección escénica es de Fernando Alvar Núñez y la dirección general, de Julio Menéndez, actual titular del Coro Polifónico Delfino Quirici.

El elenco de solistas reúne a Arnaldo Quiroga y Marina Silva (Buenos Aires), Matías Zaffarsi (Tucumán) y a los cordobeses: Federico Finocchiaro y Maximiliano Espósito. En la sala de ensayos, la pianista Irene Amerio forma parte de una pieza clave en la preparación previa al ingreso de la orquesta. También, la maestra preparadora del coro y el técnico del coro articularon con el equipo de Agencia Córdoba Cultura en vestuario y escenografía. Y además, se integraron Sandra Cardarelli (de Las Hijas de Susú) y Luca Rusillo en maquillaje y caracterización.

Otro Punto se metió tras bambalinas para conocer detalles sobre la ópera y cómo la vienen preparando. En pleno ensayo en el Teatro Municipal, dialogamos con el director general Julio Menéndez y con la solista Marina Silva.

-¿Cómo surgió la idea de hacer esta ópera?

Julio – Pagliacci surgió en principio como una idea de volver a poner ópera en Río Cuarto. La elección del título en sí responde a que cumple con ciertas con ciertos requerimientos y expectativas de realización, en la que el Coro Delfino Quirici (que impulsa la producción), tiene mucha presencia escénica. Por otro lado, es un título de relativamente corta duración para una ópera, lo cual lo hace ameno el público. El drama es muy intenso, con una música que se emparenta al texto y realza el realismo. Todo eso la convierte en una propuesta atrapante e ideal para el Teatro Municipal.

-Recién comentaste que esta ópera es relativamente corta en relación a otras, ¿cuánto dura aproximadamente?

J- Esta ópera dura una hora y cuarto. Normalmente en promedio una ópera suele durar más de dos horas. En esta hora y cuarto hay una condensación tan grande del drama que también lo hace muy potente. Pagliacci es muy intenso, no tiene momentos en los que uno pueda estar sin prestar atención. Resulta muy interesante.

La trama vuelve sobre la vida dura de una troupe itinerante del siglo XIX y el triángulo que desata el conflicto: Canio (director de la compañía) Nedda (su pareja) y Silvio (un joven del pueblo). Lo que empieza como un juego teatral se vuelve tragedia ante los ojos de la comunidad. En esta lectura, el coro, que interviene al principio de la obra y al comienzo del segundo acto, funciona como ese “pueblo” que descubre demasiado tarde que la comedia es, en verdad, vida en carne viva.

Con una voz imponente, la soprano Marina Silva, se pone en la piel de Nedda. Su personaje es una joven y soñadora actriz de teatro, casada con el jefe de la compañía, Canio. Nedda está atrapada en su matrimonio y comienza una aventura amorosa con Silvio.

-Marina, ¿qué significa para vos volver a cantar Pagliacci en este momento de tu carrera?

-Es muy emocionante. Debuté con esta ópera siendo muy joven, y hoy siento que mi voz y mi experiencia artística están en el punto justo para darle toda la profundidad que merece. Para mí es una obra muy querida, la que me marcó desde el inicio. Julio es de La Plata y casualmente mi debut fue en el Teatro Argentino de La Plata, así que se puede decir que me recomendaron desde allí. Me comentó que necesitaban gente que ya la hubiera hecho porque es una ópera muy complicada y había poco tiempo de ensayo.

Con una sólida trayectoria en el Teatro Colón y el Argentino de La Plata, Silva es considerada una de las voces más destacadas de su generación.

Su formación comenzó en la Escuela de Música de la Universidad Nacional de Rosario, donde debutó con apenas 21 años interpretando Pagliacci. Posteriormente, continuó sus estudios en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, becada por la Fundación Teatro Colón. Allí perfeccionó su técnica y se consolidó como una intérprete versátil en el repertorio lírico.

A lo largo de su carrera, Silva desarrolló una relación cercana con maestros y directores de prestigio, como Reinaldo Chenzabella y Raúl Giménez, quienes acompañaron su crecimiento profesional. “Desde muy joven me dijeron que este rol lo iba a cantar bien recién a los 40, y ahora siento que se cumplió esa profecía”, confesó la artista en diálogo con Otro Punto Digital.

Su voz ha trascendido fronteras gracias al impulso del doctor Alejandro Cordero, mecenas ligado a la Fundación Teatro Colón, quien organizó giras internacionales en las que Silva participó con éxito. Así, su canto llegó a ciudades como Miami, San Francisco, Nueva York, San Petersburgo, Moscú, Madrid y Barcelona. También fue elegida por el tenor catalán José Carreras para integrar una gira por Brasil, Chile y Argentina.

-Tu carrera te llevó a escenarios internacionales. ¿Qué recuerdos te dejaron esas giras?

-Muchísimos. Estuve en Estados Unidos, Rusia, Italia, España, entre otros lugares. Fue un aprendizaje enorme. Cada escenario tiene su propia energía, y cantar en lugares tan distintos me permitió crecer y entender mejor mi voz.

Un desafío y un proceso

El montaje se planificó por etapas. “No se puede empezar con todos juntos; el engranaje requiere ir paso por paso”, explica Julio Menéndez. Primero trabajó el coro, luego se sumó la pianista acompañante, más tarde llegó el director de escena, los cantantes que viajaron desde otras provincias y finalmente, la orquesta. El director viene trabajando la obra desde hace más de tres meses, no solo en lo musical sino también en la producción y la logística. “Es un equipo muy grande de trabajo el que se ha armado”, resume Julio.

La puesta de Fernando Alvar Núñez pone el foco en la actuación y en el diálogo creativo con los intérpretes. “Fernando mezcló lo pedagógico, siempre enseñando cosas nuevas a los artistas, y al mismo tiempo esperando de ellos propuestas. Se dio un ida y vuelta muy interesante”, destacó Menéndez. El propio director asume el reto como uno de los más exigentes de su trayectoria: “Pagliacci implica muchísimos artistas en escena y una dificultad de lenguaje musical que requiere mucha presencia del director, mucha conexión con el foso y con el escenario. Es un gran desafío y lo tomé con enorme responsabilidad”.

-¿A qué público apunta y puede alguien “que no entiende de ópera” disfrutarla?

J-Es una gran oportunidad para quienes no tienen recorrido en lírica. Además del sobretitulado en español, la obra es muy teatral y la música es maravillosa. Es como ver una película y, por su duración más breve, resulta muy llevadera.

 “No es habitual que se presenten títulos de esta envergadura en el Municipal: es una oportunidad muy importante para el público de encontrarse con un espectáculo novedoso, intenso y que moviliza emociones”, explica el director. El Coro Delfino Quirici encontró en Pagliacci una obra a su medida: por su presencia escénica coral, por la compacta duración y por su potencia dramática.

La maquinaria y el despliegue detrás de esta producción, habla de una ciudad movilizada por un objetivo común: que el público de Río Cuarto viva y disfrute por primera vez de Pagliacci. “Es un privilegio estar al frente de un elenco de excelencia”, concluye el director y expresa su mayor deseo: “espero que nadie se la pierda”.

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