Si entramos en un terreno absolutamente subjetivo, las preferencias y los gustos musicales muestran un abanico interminable de posibilidades. “Cada quien es cada cual y baja las escaleras como quiere” decía Joan Manuel Serrat en una de sus canciones. Como es casi imposible que nos guste toda la música que escuchamos, a veces llama la atención que hay ciertos artistas consagrados con quienes no hay “feeling”. Más allá de las causas, no nos gustan, simplemente no hay conexión. El modo de cantar, la actitud como performer, la publicidad a su alrededor o el tipo de música que interpretan nos hace pensar una vez más: ¿Por qué a tanta gente le gusta y a mí no?
