Perro Viejo ya está en la calle
Dedos manchados con tinta en la era digital
Se trata de una revista de cuentos e historietas creada por estudiantes del último año de la carrera de Comunicación Social. Idearon un producto que rescata las antiguas historias hechas a mano, con tinta y pluma. Todo comenzó por lo que uno de ellos vio a través de una ventana. Veinte páginas para viajar en el tiempo
Fotografías: Santiago Mellano
https://www.instagram.com/revistaperroviejo


A tenerle respeto a este perro, porque viene a reivindicar el valor del papel y de las historias trabajadas de manera artesanal. La nostalgia perdida, en una versión actual. Con este proyecto se intenta rescatar del ostracismo a este género, en un contexto de era digital.
Son jóvenes, compinches y tienen las ganas y la ilusión que da la juventud. Soñaban con tener un producto propio y lo lograron. Tres compañeros de facultad que tienen en claro que para hacer las cosas hay que hacerlas bien, y desde el alma.
Nos convidan un rico mate amargo. En la punta de la mesa, están ellas, “recién salidas del horno”. Se trata de la primera edición de la revista Perro Viejo, única en su tipo en- la ciudad. Las mismas son fotografiadas una y otra vez, luciendo sus gruesos trazos sobre la portada que se confunden con los rayos del sol matinal. El producto llena de orgullo a sus creadores: Ernesto Funes, Martín Álvarez y Alejandro Calderón, alias “Alito”.
-¿Cómo podrían definir esta revista?, ¿Qué es Perro Viejo?
– Ernesto: Hay un término en inglés qué es Pulp Fiction, como las tiradas de papel muy barato y publicaciones muy económicas para la clase popular que se hacían antes como Nippur Magnum. Son para la clase popular y material de ficción bien dura.
– Martín: En Perro Viejo te vas a encontrar con historietas autoconclusivas; quiere decir que en un solo tomo de pocas páginas van a encontrar una historia que se completa ahí, en una misma edición. Vas a encontrar cuentos cortos que siempre tiren más a lo nacional y lo ficticio. También, hay notas de opinión que lo hace Alito. Él tira sus ideas, habla, en una especie de columna con su talento literario.
-¿Es el único producto de este tipo en la ciudad?
-Ernesto: A nivel país hay, pero muy poco. Yo compro una revista llamada Salvaje Sur que la hacen en San Martín de los Andes. En Río Cuarto, no hay una revista así.
Se respetan como historietistas y también como amigos. Se miran y escuchan atentamente. Uno al otro. No compiten, disfrutan de este perro que salió a la calle con olor a naftalina y que tiene mucho para decir.
-¿Cómo fue que surgió el proyecto?
-Ernesto: Nos juntamos una vez en el Andino, ahí cerca hay una residencia de ancianos. Yo me volvía a mi casa caminando y vi a los abuelos que estaban como planchados. Se me ocurrió hacer un proyecto que les de algo para esperar todos los meses. Está apuntado a las personas mayores, a las residencias y centros de jubilados para revivir un poco las revistas de antes que yo las conozco por mi viejo. A partir de ahí surgió esto. Se los conté a los chicos y se sumaron.
-Martín: Es raro que tres amigos de comunicación se junten a hacer algo, que quieran lo mismo, y encima en papel, que es un formato que se está abandonando. A los más grandes, esto les da nostalgia, el papel en mano recuerda a la infancia y buscábamos trasladarlo un poco al hoy. El mayor atractivo que tiene es el precio ($3 mil).
Al unísono cuentan que el nombre de la producción fluyó rápidamente. Como si hubiese estado predestinado a ser. Lo sacaron de un juego que los entretenía una y otra vez. “Cuando uno lo dijo, a todos nos resonó”, dicen convencidos.

Qué fue primero
Hoja en blanco y mente con mil ideas. Segundos, minutos, horas. La hoja abandona el blanco y comienza a ser intervenida. Líneas, sombras. Comienza el arte; la prueba y el error. “Los dos dibujamos”, comenta Ernesto con su peinado “a lo Beatles” y su modo pausado de hablar. Ambos intentan explicar cómo es el proceso de creación de la historieta. ¿La historia primero o el dibujo? “Hay distintos métodos para trabajar. Me gusta mucho la historieta, leo mucho y me gusta hacerlas. Hay dos métodos: primero se hace la idea del dibujo, sin saber que dicen los personajes o antes haces un guión detallando todo lo que va a pasar y después dibujas. A mí me queda más cómodo primero hacer un boceto. Yo primero dibujo”.
En cambio, Martín, primero escribe. “En mi caso, el personaje recurrente es el “Tuerto” Godoy, mi idea es reivindicar al gaucho como un héroe y es el que se enfrenta a los mitos del folclore argentino. Con esa idea cree el personaje, lo puse a bocetar. Yo ya dibujaba, pero Ernesto me trajo la tinta y la pluma como técnica. Practiqué, practiqué y salió. Es otra cosa, esa forma de hacerlo y luego verlo impreso te da la idea de que hiciste todo a mano”.
Productos con alma
Entre pregunta y respuesta, Martín acerca un mate. La charla los moviliza. Por momentos miran la revista y no puede creer que este perro ya está impreso.
-¿A dónde quisieran llegar?, ¿Cuál es el techo?
-Ernesto: Quisiéramos que Perro Viejo saliera de su público meta, las personas mayores, y se expandiera más allá. Quisiéramos apuntar también a los jóvenes, a aquellos que les gusta el papel. Se va perdiendo el trabajo tradicional, la IA le está haciendo tan mal al arte. Uno puede utilizarla como una herramienta, pero se está usando como productor, no como creador, se hace un producto para consumo. No un arte para el disfrute. Es consumo inmediato de algo que hace una máquina. Además, en mi opinión, no tiene alma. Para la creación y el arte, el alma es importante. El mensaje del creador, lo que quiere decir con lo que hace, es lo principal. Si uno solo quiere hacer un producto para consumición, estás errado”.
-Martín: Militamos desde la acción. El que vaya a leer nuestra revista sepa que hay un grupo detrás y que se quiere decir algo. Tiene un objetivo. El arte es humanidad, queremos que se vea eso.
Tienen muy en claro qué quieren y sobre qué terreno están parados. “Aunque sea un género para la clase popular, no es algo hueco. Por ejemplo, Héctor Oesterheld, arrancó publicando en la Hora Cero. Eran publicaciones baratas y le fue mal. El mensaje que tiene El Eternauta o Sargento Kirk es social, hay algo detrás de eso, aunque no lo veas al principio. Te queda un mensaje de colectivismo, de cómo alguien puede cambiar las cosas, el statu quo, teniendo principios, valores. Cuando uno hace algo, quiera o no, dice algo con eso. Siempre hay un mensaje”, añade Ernesto.
Educación Pública
Los tres ingresaron en 2020 a la UNRC. Tiempos de pandemia, con todo lo que eso implica. Su primer año lo cursaron en casa, computadora de por medio. No fue fácil, pero les dejó un aprendizaje. “Quiero destacar la importancia de la Universidad. La semilla que nos sembraron los profes de cómo hacer una revista, cómo distribuirlas, cuidar los detalles en términos de una obra. No solo fue dibujar, sino financiarla, hacer la gráfica, armarla. Cuando la hacíamos, volvimos a la clase de la pandemia del profe Charly Pascual. Sin esas clases no hubiésemos podido”, dice orgulloso Martín.
Ernesto asiente cada frase, y agrega: “Ojalá que esto pueda prosperar. Por las ventas que hemos tenido de este primer número, vemos predisposición en la gente. Las ofrecimos a los centros de jubilados y ahora tenemos que distribuirlas”.
Este perro ya está en la calle. Va a salir una vez por mes. Es un perro viejo, distinto a todos. No ladra ni muerde, pero sí piensa.
