Flamante árbitra FIFA
La estrella de Belem
De regreso de Colombia, donde dirigió en el Sudamericano Femenino Sub 17, la riocuartense Belem Bevilacqua confió a Otro Punto cómo fue progresando en el arbitraje de fútbol, un mundo que años atrás era exclusividad de los varones, y que hoy la tiene como una promisoria figura

Belem Bevilacqua es auténtica. Como se la ve. Decidida, aguerrida y puro empuje. Arrancó de abajo y logró estar arriba, a base de empeño y sacrificio. Fue la primera cordobesa en tener un contrato con AFA y dirigir en primera división. Es licenciada en Educación Especial y hace unos días volvió de Colombia donde debutó como árbitra FIFA. Cuidado con lo que deseas porque se puede volver realidad.
La cancha de juego, un espacio copado por la adrenalina. Al costado y de frente, líneas blancas que delimitan el espacio de juego. Arriba, el cielo. Un lienzo verde donde se desencadenan emociones de todo tipo. Un campo de batalla donde luchan los sueños y las ambiciones humanas. El fútbol, es el lenguaje que se habla. Por muchísimos años, fue un espacio solo habitado por hombres. Esto es pasado. Las mujeres hacen camino dentro de la cancha, ya sea corriendo detrás de la pelota o marcando las reglas. Con su impronta, carácter y perfume.
Belem, sí, con M, es una mujer riocuartense que siempre soñó con hacer de su vida, algo grande. Iba al Lanteriano y cuando cursaba el ultimo año del secundario, el hermano de una amiga la invitó a hacer el curso de arbitraje. A partir de allí, vino todo lo demás. Las puertas comenzaron a abrirse, de par en par. “Hice 15 años de patín artístico y por problemas económicos no pude seguir con la actividad y un día, el hermano de una amiga me invita a hacer el curso de arbitraje. Quise probar. Me gustaba el fútbol, pero no sabía si me iba a gustar el arbitraje. Arranqué y me atrapó. Tenía 17 años. (…) Este curso dura dos años y es para ser árbitro provincial. Después hice dos años de curso prenacional para entrar a AFA. Debuté a los 19 en primera de la liga. Fueron varios años de estudio y de dirigir partidos hasta que en 2021 me contrataron como árbitro AFA”, cuenta con humildad.

Era común ver a Belem bordear los contornos de la plaza de su barrio, corriendo. Mejorando su velocidad y sus tiempos. Como rayo, desplazándose de lado a lado. Intentando superarse. “No solo es estudiar sino también entrenar. Tenes exámenes físicos y teóricos. Por un lado, el reglamento y también, lo que está en auge es analizar jugadas y dar una resolución. Por otro lado, está el entrenamiento que son pruebas físicas muy exigentes. Yo doy en los tiempos de los varones porque dirijo varones”.
-¿Cómo definirías la carrera del arbitraje?
-Es un desafío permanente, es lo más lindo. Siempre hay cuestiones para aprender y mejorar. El árbitro se recibe el día que se retira porque nunca dejás de aprender. El fútbol es muy dinámico, así como los jugadores tienen que ir mejorando en habilidades físicas y jugadas, nosotros tenemos que estar a la altura de lo que demanda el fútbol.
Super apasionada de su carrera, Belem disfruta lo que hace. Y aunque sea exigente y cueste, no le interesan los vuelos rastreros. Quiere volar alto. Cuando arrancó, había ya un camino allanado por las mujeres en el ámbito del futbol. “Había mujeres abriendo camino en la ciudad. Junto con Florencia Arizmendi hicimos el curso y empezamos a dirigir primera. Antes que nosotras hay una historia con Paula Adorno, Blanca… han sido pioneras en esto. Paula es como mi mamá en el arbitraje. Ella empezó en esto en el ‘93, cuando yo nací… ya venía forjando un camino. Hoy en día, en AFA, nos dan muchas oportunidades, pero no como arbitras, más bien como asistentes”.
Tiene el cabello rubio y atado. En su rostro de finas facciones aparece la sonrisa con naturalidad. Piensa cada palabra que sale de su boca. Es respetuosa de su trabajo y de la actividad que desempeña. Las tres aves tatuadas en su antebrazo vuelan por su piel. Como ella, en su vida.
Aunque se ha recorrido un largo camino, sigue costando la incorporación de mujeres en la cancha. “En el interior del país, somos 20. De esas 20, somos solo 3 las que dirigimos partidos masculinos. Hasta el año pasado, yo era la única cordobesa; ahora somos 3. Hasta 2024, éramos 8”.
-¿Cómo advertís la mirada hacia las mujeres en la cancha?
-Es muy variable, pero no depende del género. Tanto hombres como mujeres te pueden insultar o protestar si algo no les gusta. Los hombres, de a poco se han acostumbrado a que hay mujeres en los partidos. Protestan a la figura, no al género. No soy muy rebuscada con respecto al género. Yo voy para delante y dije que quería dirigir masculino porque la realidad es que tienen otra velocidad que me desafía más. Si o si tengo que estar a la par de ellos…
Belem además de ser árbitra, hizo dos carreras en simultáneo en la UNRC. “Hice la licenciatura en Educación Especial y el profesorado. Sumado a eso, hacía el arbitraje. Siempre estuve un poco loca”, dice lanzando una carcajada y sigue: “Me recibí en el 2015. Hasta el día de hoy integro chicos con discapacidad en los colegios y coordiné el área de discapacidad del Centro 11. Me reparto entre ambas cosas que disfruto mucho, de todo aprendo”, comenta entusiasta.
Por la forma en que lo cuenta, parece que sus días ampliamente superan las 24 horas. “Cada semana es distinta, hago integraciones con niños, tres veces por semana hago gimnasio y cuatro veces la parte aeróbica de correr. Además, tomo clases de inglés ya que nos piden tener fluidez con el idioma”.
Entre tantas obligaciones y tareas, hay tiempo para el disfrute y cuidar el entorno familiar y de amigos. “Amo los perros, rescato perros de la calle. Aprovecho mucho el tiempo libre. Me gusta mucho leer. El día de descanso, cuando volves del partido, hago fisioterapia y recuperación en bici y voy a visitar a mi mamá, a mis abuelos, a mis hermanos”.

-¿Has sacrificado mucho por alcanzar tus sueños?
–Si, la verdad que sí. Muchas cosas. Empecé el curso estando en 6° año del secundario y un millón de veces mis compañeros salían y yo no porque tenía partidos. Faltar a bautismos, comuniones, cumpleaños, casamientos…lo que te imagines. Porque los partidos son los fines de semana. El entorno se va achicando. Mi grupo de amigas entiende que trabajo los fines de semana entonces nos reunimos en la semana, pero otros grupos han ido desapareciendo…
Tiene la valija sin desarmar. Acaba de llegar de Colombia, donde estuvo 30 días. “Este año entré como árbitro FIFA, para dirigir a nivel internacional. Los primeros pasos son dirigir partidos femeninos. Por eso estuvo 30 días en Colombia, en el Torneo Sudamericano Femenino sub 17. Por este viaje, me perdí el cumple de mi abuela y de mi mamá. Y así pasan muchas cosas… (…) Estuvimos convocados dos chicas de Buenos Aires y yo. Una experiencia hermosa. Los cuatro primeros días fueron para aclimatarnos, adaptarnos a la altura, hacia mucho calor. Dirigimos 4 partidos y nos tocó la final. Fue mi primera experiencia internacional, una experiencia hermosa. Fue el primero y ojalá vengan muchos más”.
No le interesa dar un paso más allá de sus posibilidades. Es respetuosa de los procesos. “Uno desea siempre dirigir los clásicos, pero todos los partidos de primera, segunda y tercera categoría de nuestro país son importantes y hermosos. Nuestro fútbol es espectacular y siempre hay un marco de público muy lindo”, reflexiona y agrega: “Estoy terminando de hacer la homologación a VAR, para estar en cabina cuando no me toque estar en cancha, soy muy respetuosa de los tiempos. Acabo de subir un escalón importante y entrar en FIFA, así que tengo un camino de mucho aprendizaje y solo se aprende con muchos partidos”. Con serenidad comenta sobre la esencia de su trabajo, más allá de correr de un lado al otro del rectángulo verde. “Hay cosas que son de reglamento y no hay grises, pero el 85% del fútbol, si bien hay indicadores que nos ayudan a estar unificados, es muy difícil porque mucho depende del contexto del partido, de las jugadas. Una misma situación en distintos partidos terminan con resoluciones diferentes. No es sencillo, porque es fútbol”.
-¿Cómo te llevas con las criticas?, ¿te afectan?
-Hoy por hoy no, pero lo he ido manejando o aprendido a manejar en terapia. Antes sí, estamos muy expuestos. He aprendido a darle autoridad a los comentarios de las personas que me quieren y me quieren ver crecer. Las redes sociales es un espacio que se presta para eso… detrás de un monitor siempre es más fácil criticar al otro. La gente en la cancha nunca me afectó, si en algún momento los comentarios en redes me generaban un poquito de repudio, la agresión verbal. No le doy autoridad a la crítica destructiva.

-¿Qué dice tu familia de lo que has logrado?
-Están muy contentos por mí, me apoyan muchísimo. Mi mamá es a la primera que llamó cuando tengo noticias, ella tiene mucha fe en que esto va a seguir. Me encanta compartir lo que me pasa con mi familia. Soy re llorona, mi mamá también, mis hermanos… Llorar de emoción es muy lindo también…uno ama esto, ellos han visto y ven todo el esfuerzo en silencio que uno hace. Todo lo que callamos, las críticas y demás…es difícil para ellos también.
Cuando responde la pregunta, el rostro fuerte cambia. Algo se desarma y aparece la emocionalidad. Sus ojos se humedecen y evocan recuerdos del camino transitado. Canchas y canchas. ¡Tanto en qué pensar! Momentos difíciles en una tarea expuesta al ojo ajeno, en un ámbito visceral y marcado por la extrema pasión.
-¿Cuál es tu sueño?
-En este momento estoy viviendo mi sueño. Soñaba estar en AFA y se cumplió, estar en primera división y estoy. Y ahora en FIFA. Se están cumpliendo un montón de sueños, no tengo ni tiempo para soñar de nuevo. Hay muchos más por delante…
Belem, como las aves, de vuelo propio y seguro. Sin saber qué destino le espera. Como la vida la ha sorprendido, ella confía. Siempre, volando alto.
Hola gente soy la mamá de Belém y estoy orgullosa de ella,es una niña que a sus 5 anos perdió a su papá,mi marido ,luego perdió a su novio Román calcaterra y un mismo día pero 6 años después a su hno ,mi 2° hijo.y cada uno de sus momentos en vez de detenerse ella soporto y transformó en resiliencia su 2° carrera ya que es profe casi licenciada en educación especial y estamos más que orgullosos.
Gracias por escribir bien su nombre ( Belém) abrazos