Exclusivo de Otro Punto
Las mujeres que denunciaron
acoso en Pami rompen el silencio
El Coordinador del Área Médica de la delegación Río Cuarto está acusado en la Justicia de haber hostigado laboralmente a tres trabajadoras. Se trata del número dos en la escala jerárquica. Las empleadas denunciaron que, además las sometía a tocamientos y manoseos. Una de ellas llegó a advertirle: “Estamos en una obra social, vos no podés tocarles la cola a las empleadas”. Aseguran que varios episodios sucedieron a la vista de otros compañeros
Una de las primeras en advertir la conducta desviada de uno de los máximos jefes en el Pami Río Cuarto fue la encargada de Auditorías, en el año 2023. Corría la voz de que el Jefe de Médicos –el “número 2” en el escalafón jerárquico- manoseaba a las empleadas y nadie hacía nada para frenarlo, porque las intimidaba la posición de poder que ostentaba (¡y que aún detenta!). Pero ella tomó coraje y lo encaró sin vueltas:
“Vos no podés seguir haciendo esto. Estamos en una obra social, no podés tocarles la cola a las empleadas. –Le enrostró en aquel momento, aunque no obtuvo la respuesta esperada. “Lo tomó a gracia, sin darle importancia”, declararía dos años después la mujer en la Unidad Judicial Número 1 que funciona en el edificio de la Policía.
La jefa de Auditorías no estaba sola en la cita con la Justicia. En el edificio de la calle Belgrano al 50 la acompañaban otras dos funcionarias de Pami que habían atravesado por lo mismo que ella y, cansadas de no obtener respuestas puertas adentro, decidieron denunciar la grave situación.
La presentación fue hecha la mañana del 18 de junio de este año, y Otro Punto lo sacó a luz en exclusiva en la edición del viernes 27 de junio ( https://otropunto.ar/a-fondo/jefe-acosador-en-pami-rio-cuarto/ ).
Al día siguiente de la publicación, este periodista se presentó en la delegación local de Pami para conocer si se había tomado alguna medida interna tras la denuncia. Pero no fue posible obtener ninguna información. Esa tensa mañana, la plana mayor de la obra social estaba reunida con delegados de varios sindicatos. ¿El presunto abuso era parte de la agenda? No lo podemos asegurar, aunque una de las secretarias de Despacho de Pami, aportó un indicio: “¿Vos sos el periodista que sacó la nota? ¡Uhhh, los whatsapps estaban prendidos fuego, anoche!”. La mujer se mostró preocupada por la situación de sus compañeras de trabajo pero, sin perder la amabilidad, se escudó en el silencio. “No puedo hablar”.

Ahora, las denunciantes aportaron su testimonio a Otro Punto y revelaron los episodios que narraron en la Justicia y que dan cuenta de un hostigamiento que fue in crescendo y que se tornó insostenible. Dos de ellas hoy están con carpeta de salud y se encuentran medicadas. La única que sigue asistiendo a la delegación local de Pami es la Jefa de Auditorías que, por estos días, fue confinada en una oficina aislada en el subsuelo, al lado del baño y del patio del edificio.
De las denuncias judiciales, se desprende que después de la advertencia que la Jefa de Auditorías le hizo a su superior, la conducta de médico bonaerense de 55 años no cesó, sino todo lo contrario. Ella misma acabaría viviendo el hostigamiento en carne propia. Fue el día de su cumpleaños, el 20 de mayo de 2024.
En horas del mediodía, en el primer piso de Pami, le hicieron una pequeña celebración junto a ocho compañeros de trabajo (que en la denuncia a la que tuvo acceso Otro Punto están identificados con sus nombres). En un momento se acerca el jefe denunciado y a viva voz habría incitado al resto: “Toquémosle el culo hoy que es su cumpleaños”. Acto seguido, habría pasado a los hechos. “Me abrazó y me tocó un glúteo por encima de la ropa”, confió la mujer en la Unidad Judicial 1. Agregó que en el momento se quedó paralizada y no hizo nada para no exponerlo frente a sus compañeros, pero poco después se acercó a su escritorio y le advirtió: “lo que me hiciste recién no me lo hagas nunca más”. Desde entonces, la relación se tensó y asegura que el acoso laboral, se intensificó.
Del compañero encantador al déspota
Las tres denunciantes tienen larga trayectoria en la delegación y nunca antes habían vivido una situación similar. Una es jefa del sector Afiliaciones y tiene 47 años, otra es médica auditora y tiene 59 años, y la ya mencionada jefa de Auditorías tiene 45 años. Todas ellas coincidieron en afirmar que en 2022, cuando el médico en cuestión fue trasladado desde Buenos Aires a la delegación local, se mostró como una persona atenta y cordial. “Una vez que logró la confianza de todos, empezaron los tocamientos. Recuerdo que todo el tiempo estaba hablando de sexo. A mí, particularmente, lo que me hacía era pegarme chirlos fuertes en la cola. No al punto de causarme lesión, pero hasta se escuchaba el ruido. Incluso había otras mujeres que veían eso y se reían, es como que lo habían normalizado”, confió la médica a este periodista, en un bar de la ciudad.
A su lado, la responsable de Afiliaciones se cuida en no levantar el tono para no ser escuchada desde las otras mesas, pero se muestra decidida a hablar con la esperanza de que lo que vivió no quede en la nada. Ella habría sido la que llevó la peor parte del hostigamiento.
“En agosto de 2023 yo estaba en el área médica que funciona en el primer piso hablando con él de cuestiones laborales que ahora no recuerdo y, estando parada al lado de su escritorio él alarga la mano y me toca la cola. Te juro que no supe cómo reaccionar. Me sentí avergonzada y salí corriendo”, contó. Recordó que en esa ocasión en el mismo lugar había dos compañeras de trabajo. Pero no sería ese el único hecho que sufrió en presencia de sus compañeros.
“Ese mismo mes, estaba conversando con uno de los doctores y él se acerca, se pone a escuchar lo que hablábamos y sin mediar palabra me agarra los senos y me manosea”. La mujer remarcó que además del médico con el que hablaba, había otras dos mujeres que atestiguaron la violenta escena.
Tiempo después, la encargada de Afiliaciones habría sufrido otro episodio abusivo. “Esto sucedió en el 2024, cuando yo le estaba comentando a alguien que tenía un sarpullido en el abdomen. Entonces llega él y me dice dejame a mí que soy médico, y me levanta la remera de prepo, sin ningún permiso”. Luego de recrear las escenas la propia denunciante no puede creer cómo no lo llevó antes a la Justicia. “Es como que lo bloqueé, me intimidaba la situación de poder que tenía sobre nosotros”. Luego se enteraría que no era la única que atravesaba por lo mismo y que nunca antes se había animado a exteriorizarlo.
Las mujeres coinciden en que el abrupto cambio de conducta de aquel compañero ejemplar se produjo precisamente cuando consiguió el objetivo de ser nombrado Coordinador de Médicos, en la práctica, el puesto que le sigue al del jefe de delegación. “Pasó a ser un déspota, pensó que íbamos a hacer todo lo que dijera y que íbamos a permitirle que nos hiciera cualquier cosa. Pero las tres somos mujeres de carácter y no lo consiguió. Por eso empezó el hostigamiento laboral. Empezó a recargarme tareas que en realidad le correspondía hacer a él y nos indicaba las funciones a través de comunicados vía mail. Esa es la forma que tiene de dirigirse al personal. Ahora, ya debe ir por el comunicado número 40, como sucedía en la dictadura”, evocó la médica auditora.
Aún hoy se reprocha no haber actuado antes. “Me enojo conmigo misma por eso, pienso ¡cómo no le dí vuelta la cara de una cachetada!, pero los otros días la psicóloga del Polo de la Mujer, me explicó que la reacción que tuve es la misma que tiene el 90 por ciento de las mujeres cuando sufren este tipo de abusos”.

El correo anónimo que detonó la reacción
Los primeros días de junio de este año un correo interno denominado corruptosdepami@proton.me apuntó con nombre y apellido a las tres empleadas de Pami con las que habló Otro Punto. Las escrachaba aduciendo que se prestaban a negocios espurios con el actual jefe de la delegación, el abogado Santiago Pinasco. Las acusaba, además, de recibir coimas y exigía que fueran despedidas en forma inmediata.
Por el modo en que está redactado el mail, ellas sospechan que fue el propio Coordinador Médico el que estuvo detrás de ese mail incendiario que fue dirigido, entre otros destinatarios, a la casilla de correo del propio intendente municipal Guillermo De Rivas. Pero como no tienen manera de probar la autoría decidieron que fuera el Juzgado Federal el que lo investigue.
“Ese correo nos tocó en el lugar que más nos duele, porque nos trata de corruptas a personas que siempre nos comportamos con honestidad. Por eso el 6 de junio fuimos a la Justicia Federal para pedir que se averigüe la procedencia de ese mail y que además se investigue a fondo lo que allí decía para que no quede ninguna mancha sobre nuestras actuaciones”, comentó la médica auditora.
Doce días después, las tres trabajadoras hacían una nueva presentación judicial, esta vez en los tribunales provinciales para denunciar al Coordinador Médico por acoso laboral y sexual.
La denuncia llegó a la Fiscalía de Segundo Turno, a cargo de Javier Di Santo, al filo de la feria judicial. Desde entonces, se tomaron testimoniales pero aún no se definió si el profesional de Buenos Aires será imputado o no y, en tal caso, por qué delitos deberá responder.
Donde ya tomaron una decisión provisoria fue en el Juzgado de Violencia Familiar y de Género a cargo del juez Mariano Correa quien, de inmediato, dictó una orden de restricción de contacto mutua para que ninguna de las trabajadoras que efectuaron la denuncia comparta el mismo espacio laboral con el médico señalado. Cuando el magistrado les preguntó si alguna vez el médico sospechado había vertido expresiones misóginas, una de ellas recordó una frase brutal que el profesional habría pronunciado el día después del triunfo de Javier Milei en el ballotage. “Vino todo exultante y me dijo: ´Ahora se les acabó el pañuelo verde, las vamos a hacer recagar a todas´. Eso fue lo que dijo, y eso mismo lo dije en Tribunales”, señaló una de ellas.
En la orden de restricción, el juez Correa le pide a la jefatura de Pami, que arbitre los medios a su alcance para que la medida se cumpla y que se reasignen los espacios de trabajo a fin de que no se genere una escalada de violencia.
Las mujeres aseguraron a este medio que la jefatura lejos estuvo de tomar una determinación en contra del profesional sospechado. Afirman que sigue ejerciendo sus funciones en su espacio habitual y con libertad de movimientos. Distinta es la situación de ellas. Dos de las denunciantes se vieron obligadas a tomar una licencia laboral, en tanto que la Jefa de Auditorías, como ya se dijo, fue aislada de sus compañeros en el subsuelo del edificio.
Cuando cesen sus carpetas médicas, las dos mujeres volverían a sus mismos lugares de trabajo, sólo que con una “pequeña” modificación en el mobiliario. Según las fotos que les mandaron sus compañeros de delegación, ya mandaron a colocar en los laterales de los boxes dos viejos armarios de chapas para que ninguna de ellas quede a la vista de quienes transiten por el sector.

Es terrible que pasen estas cosas y el modus operandi se repite con la manipulación y temor que generan estos seres tan perversos, abrazo a estas mujeres por su valentía, fundamental acompañarlas como sociedad, que sepan que no están solas, hacer ruido para que se haga justicia
El coord. Medico Victor Genesio no es bonaerense es vecino de aca de Las Higueras. Ya tuvo denuncias hace unos años adentro de pami, pero todo oidos sordos
Es muy valiente que estas mujeres hayan decidido hablar. El hostigamiento y el acoso laboral no deben tener lugar en ninguna institución, mucho menos cuando provienen de personas en cargos de poder. Es fundamental que estas denuncias se tomen con seriedad, se investiguen a fondo y se proteja a quienes se animan a dar testimonio.
La violencia laboral muchas veces se esconde detrás del silencio y la naturalización. Romper con eso es un acto de justicia, no solo para las víctimas directas, sino para toda la comunidad. Acompañar estas denuncias también es una forma de exigir que las instituciones sean espacios de trabajo dignos, justos y libres de abuso.
Que estos casos de acoso y hostigamiento no resulten naturales en los ámbitos de trabajo!
Que las mujeres cuenten con estamentos estatales donde puedan ser escuchadas y donde sus denuncias lleguen donde tengan que llegar y que quienes sean castigados sean los victimarios y no las propias víctimas, como ocurrió en este caso y ocurrirá en tantos otros.
Escucha y justicia para estas mujeres y tantas otras que conviven a diario con estas situaciones de violencia en ámbitos laborales.
Gracias al colega Alejandro Fara por visibilizar este caso y a los medios locales por darle un lugar necesario a estos temas que , a veces, quedan debajo de la alfombra.