A 80 años de la bomba atómica sobre Hiroshima
“Niño bien nacido”. El escueto mensaje enviado desde Alamogordo llegó a las manos del Presidente Harry Truman. Era la confirmación de que las pruebas nucleares en lo que iba a ser una bomba atómica habían sido exitosas. Automáticamente, el Presidente Truman exigió públicamente a Japón la “rendición incondicional”, de lo contrario iban a padecer los efectos de un arma cuyas consecuencias serían impredecibles.