¡Pasen a ver el Circo Trump!

El líder de la principal potencia continúa desplegando una batería de agresiones y amenazas cuyas consecuencias no pueden predecirse

Es real; ni Carlitos Balá lo habría logrado en su famoso “Circus-Show”.  Pero al verdadero humorista, al de acá, se le perdonaría todo porque, precisamente, era un actor que hacía humor (y sano); pero al otro, al de allá, se lo votó para líder de la principal potencia mundial. Y lo que está haciendo cotidianamente es un show de barbaridades, agresiones y amenazas.

Desde la semana pasada, Donald Trump está menospreciando a los países de la Unión Europea por cuestiones militares (les exige que “paguen más”), cuestiones políticas (“formaron la UE sólo para fastidiar a EEUU”), económicas (“ahora verán lo que es la competencia con los criterios que ellos manejan. Se las verán con nuestros aranceles”) y geopolíticas (“con Vladimir Putin lograremos una paz definitiva con Ucrania”).

Y en el medio de ese show de discursos con dardos para todo el público, volvieron las amenazas. Primero las internacionales: mantiene su obsesión con Groenlandia (por sus recursos y por su ubicación, no por sus habitantes), Panamá (sostiene en su enfermiza imaginación que al canal lo están manejando los chinos y que “debemos recuperarlo”), Canadá (“es un país que sólo existe gracias a los aranceles que le ponen a los EEUU”) y Palestina (“el Gobierno de Netanyahu debería convertir a Gaza en un infierno si no devuelven los rehenes”).

Pero le siguieron las nacionales. En un hecho sin precedentes en la historia de los EEUU, el Presidente Trump fue al Departamento de Justicia (los Presidentes se cuidan mucho de aparecer como ejerciendo presiones ante los jueces) y se despachó con un discurso en el que amenazó a sus opositores (“ahora nos toca a nosotros meterlos en cárcel a ellos”), a la prensa (“debería castigarse la publicación de ataques en contra del Gobierno de EEUU”), y jueces y fiscales que lo investigaron (“son delincuentes y corruptos. Deberían ser enjuiciados y condenados. Todo lo que me han hecho es un enorme fraude”).

Cumpliendo una amenaza de la campaña electoral, desempolvó una ley del siglo XVIII para justificar la deportación masiva de venezolanos a El Salvador, cuyo Presidente ofreció gentilmente sus cárceles para “bajar los costos de la persecución del delito en los EEUU”. Lo interesante fue que cuando un juez federal de EEUU ordenó detener esa deportación, el actor de reparto de esta comedia, Bukele, tuiteó “upss…demasiado tarde”, con un emoticón de risa.

Todo lo que antecede está sucediendo. Sí, está sucediendo. Y desde el Salón Oval de la Casa Blanca, en donde -supuestamente- se encuentra el control de la principal potencia mundial.

Se podría tomar a broma cada una de las cosas que se han enunciado, pero lamentablemente cada una de ellas tiene derivaciones cuyas consecuencias es muy difícil de evaluar ahora. Por ejemplo: está claro que el pacto con Vladimir Putin (el martes 18 hablaron durante algo más de hora y media por teléfono) usa a Ucrania como excusa. La real intención de Trump es separar a Putin del líder chino, hacia donde van dirigidas las verdaderas amenazas ante un país que está derrotando comercialmente a Washington. Y, como es típico en la teoría realista, la moral no es parte del análisis de la geopolítica. Si para aislar a China debo entregar a Ucrania y pisar a los aliados de más de medio siglo, la UE, así se hará. Los objetivos nacionales de los EEUU están por encima de todo.

Así las cosas, ¿por qué tantas amenazas? En realidad se está asistiendo ahora al verdadero Donald Trump, al que en el anterior mandato se lo tenía controlado por la estructura del Partido Republicano y por una endeble mayoría parlamentaria. Pero ahora, con la Corte Suprema con su mayoría conservadora (designada por él), el Parlamento con amplias mayorías en ambas Cámaras, y un Partido Demócrata sin líderes visibles, la guerra contra el recuerdo de Biden es total. Por decreto, decidió que los indultos de Biden a los congresistas que investigaron el levantamiento contra el Capitolio eran nulos (como si fuera un juez); el pedido para separar a los fiscales que lo investigan y acusan es cotidiano, y esa frase de que “ahora nos toca a nosotros”, convierte a la política en terreno de venganzas y no de construcción de consensos.

Atrás quedaron las enseñanzas que desde el Norte se pretendía dar a las inestables democracias latinoamericanas; desde el 20 de enero, el “Faro de las Libertades” arroja sangre, amenazas e insultos. En definitiva, fue Trump quien presionó a Netanyahu para que rompiera el endeble cese del fuego -que le permitirá rehacer su gobierno cada vez más a la derecha- con una increíble matanza en Gaza.

Trump aplaude. Inclusive, hasta tal vez pueda pedir piedad para los cripto estafadores, grupo en el que tiene algún que otro amigo.

El circo del poder mundial dio comienzo a su función. Lo único que queda por ver es si en alguna de las funciones, el mandamás de pelo anaranjado le hará “sumbudrule” nuevamente a Zelenski.

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1 comentario en “¡Pasen a ver el Circo Trump!”

  1. Alejandra Mussolini

    Me encanta leer sus comentarios o escucharlos realmente me parece una persona que sabe de lo que esta hablando,tendriamos que tener muchas mas personas asi
    LO FELICITO!!! Y LO APLAUDO DE PIE!!!

Los comentarios están cerrados.

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